No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé Juan 15; 16
¿Alguna
vez has mirado atentamente una vid? El tallo de una vid, con dos ramas podadas
a unos centímetros del tallo, esperando
que llegue la primavera para mostrar su vigor. En cada una hay dos o tres
yemas, que a su tiempo darán sus brotes, cada uno con uno o más racimos de
uvas. Estas ramas están arraigadas, están limpias esperando hasta que la vid
las llene con su savia. Bello tipo del creyente, en el más absoluto vacío,
descansando, permaneciendo en Cristo, esperando la bendita venida del Espíritu,
que le permita dar fruto. Amigo lector de este blog, estudia el pequeño cuadro
hasta que hayas aprendido la lección. Medita, reflexiona, rumia el mensaje de
la Vid ¡Recibe en ti lo que la Vid tiene para darte ! entonces es fácil darlo
como fruto. Purificado y permanente, para bendición y Gloria del Dueño de la
viña.
En el primer
versículo de nuestra parábola, Cristo se reveló como la Vid Verdadera, y el
Padre como el Labrador, y pidió para Sí y para el Padre un lugar en el corazón.
Aquí, en el versículo final, resume toda su enseñanza acerca de sí mismo y del
Padre en el doble propósito por el cual los había elegido. Con referencia a Él
mismo, la Vid, el propósito era que dieran fruto. Con referencia al Padre, era
que todo lo que pidieran en Su nombre, fuera hecho por el Padre que está en los
cielos. Así como el fruto es la gran prueba de la verdadera relación con
Cristo, así la oración lo es de nuestra relación con el Padre. Una permanencia
fructífera en el Hijo y una oración prevaleciente al Padre son los dos grandes
factores de la verdadera vida cristiana.
"Para que
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, os lo conceda". Estas son las
palabras finales de la parábola de la vid. Todo el misterio de la Vid y sus
sarmientos conduce al otro misterio: ¡que todo lo que pidamos en Su nombre, el
Padre nos lo da ! Vea aquí la razón de la falta de oración y de la falta de
poder en la oración. Es porque vivimos muy poco la verdadera vida de la rama,
porquenos perdemos tan poco en la Vid, permaneciendo enteramente en Él, que nos
sentimos tan poco obligados a orar mucho, tan poco seguros de que seremos escuchados,
y por eso no sabemos cómo usar Su nombre como la llave del almacén de Dios. La
Vid plantada en la tierra ha llegado hasta el cielo; es sólo el alma que
permanece total e intensamente en él, puede llegar al cielo con poder para
prevalecer mucho. Nuestra fe en la enseñanza y la verdad de la parábola, en la
verdad y la vida de la Vid, debe demostrarse por el poder de la oración. La
vida de permanencia y obediencia, de amor y gozo, de limpieza y fructificación,
seguramente conducirá al poder de la oración que prevalece.
Todo lo que
pidáis. La promesa fue dada a discípulos que estaban dispuestos a entregarse, a
semejanza de la Vid Verdadera, por sus semejantes. Esta promesa fue toda su
provisión para su obra; lo tomaron literalmente, lo creyeron, lo usaron y
descubrieron que era cierto. Entreguémonos, como Ramas de la Vid Verdadera, ya
su semejanza, a la obra de salvar a los hombres, de hacer fructificar para la
gloria de Dios, y encontraremos una nueva urgencia y fuerza para orar y
reclamar el Todo. preguntas Despertaremos a nuestra maravillosa responsabilidad
de tener, en tal promesa, las llaves de los almacenes del Rey que nos han sido
dadas, y no descansaremos hasta que hayamos recibido pan y bendición por los
que perecen.
"Os escogí
para que deis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al
Padre en mi nombre, os lo dé". ¡Amado discípulo! busca sobre todo ser un
hombre de oración. Aquí está el más alto ejercicio de vuestro privilegio como
Rama de la Vid; he aquí la prueba plena de vuestro ser renovados a imagen de
Dios y de su Hijo; aquí está tu poder para mostrar cómo tú, como Cristo, vives
no para ti mismo, sino para los demás; aquí entras al cielo para recibir dones
para los hombres; aquí tu permanencia en Cristo ha llevado a que Él permanezca
en ti, para usarte como canal e instrumento de Su gracia. El poder de dar fruto
para los hombres ha sido coronado por el poder de prevalecer con Dios.
"Yo soy la
Vid, Mi Padre es el Labrador". La obra de Cristo en ti es llevarte al
Padre para que su palabra se cumpla en ti: "En aquel día pediréis en mi
nombre, y no digo que oraré al Padre por vosotros, porque el Padre mismo os
ama". tú." El poder de acceso directo al Padre para los hombres, la
libertad de intercesión reclamando y recibiendo bendiciones para ellos en la
fe, es el ejercicio supremo de nuestra unión con Cristo. Que todos los que
quieran ser verdadera y plenamente Ramas, se entreguen a la obra de
intercesión. Es la única gran obra de Cristo, la Vid en el cielo, la fuente de
poder para toda Su obra. Haz que sea tu única gran obra como Branch: será el
poder de todo tu trabajo.
¡Si Señor Jesús!
en Tu nombre, el nombre nuevo que Te has dado aquí, la Vid Verdadera. Como una
Rama que permanece en Ti en entera devoción, en plena dependencia, en perfecta
conformidad, en permanente fecundidad, vengo al Padre, en Ti, y Él me dará lo
que pido. Oh, dejo que mi vida sea una de intercesión incesante y
prevaleciente.
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