Hechos 17; 22-23
“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago,
dijo: Varones atenienses, en observo que sois muy religiosos; porque
pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba
esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues,
sin conocerle, es a quien yo os anuncio.”
Para los griegos que oyeron el evangelio y quedaron incrédulos, Cristo
era el "demonio" de los cristianos. También este fenómeno explica el
origen de los "santos" de los católicos; éstos equivalen a los
"demonios" de los griegos, porque según la tradición católica, los
personajes que eran muy santos durante la vida fueron "canonizados"
cuando murieron. Esto corresponde a la deificación de los héroes griegos,
porque a los "santos" católicos se ora, se pide favores, se prende
velas, etc. de la misma manera que los griegos oraban y sacrificaban a sus
"demonios".
Pablo no podía abrir las Escrituras y
hablar del Mesías. Tuvo que comenzar donde estaban sus oyentes, y paso por
paso, llevarles al conocimiento primero de Dios y luego de Cristo. De esa
situación partió Pablo. Hay una serie de pasos en su sermón:
Dios no
es hecho, sino Hacedor; y el Que lo ha hecho todo no puede ser adorado con
cosas hechas por los hombres. Es un hecho que los hombres adoran muchas veces
lo que ellos mismos han hecho. Si el dios de uno es aquello a lo que dedica
todo su tiempo, su energía y su pensamiento, muchos adoran cosas hechas por los
hombres.
Dios es el Señor de la Historia. Él estaba
presente en el surgimiento y en la desaparición de las naciones del pasado, y
su mano dirige el timón del presente.
Dios ha
hecho a los hombres de tal manera que Le anhelan instintivamente y Le buscan a
tientas en la oscuridad.
Los
días de ir a tientas y de la ignorancia han pasado. Cuando los seres humanos
tenían que buscar en la sombra no podían conocer a Dios, y Él disculpaba sus
necedades y errores; pero ahora, en Cristo, ha venido la plenitud del
conocimiento de Dios y se ha terminado el tiempo de las disculpas.
El Día
del Juicio se acerca. La vida no es una marcha hacia la extinción como decían
los epicúreos, ni hacia la absorción en la divinidad como decían los estoicos,
sino un caminar hacia el tribunal de Dios en el que Jesucristo es el Juez.
La
prueba de la Soberanía de Cristo está en la Resurrección. No se trata de
aceptar a "un dios desconocido», sino al Cristo Resucitado que nos
presenta el Evangelio.
Como Pablo, debemos estar preparados. Cuanto más sepamos acerca de la
Biblia, lo que significa y cómo aplicar su contenido a nuestra vida, nuestras
palabras serán más convincentes. Esto no significa que no debamos presentar el
evangelio hasta que nos sintamos preparados adecuadamente. Debemos obedecer con
lo que sabemos, pero queriendo saber más a fin de hablar a mayor número de
personas y contestar sus preguntas y argumentos con mayor eficacia.
Pablo dice que él no estaba predicando dioses nuevos o extranjeros,
porque en cuanto al Dios a quien él predicaba, ellos ya lo estaban adorando sin
conocerle, sin saber su nombre, pero Pablo le conocía y sabía su Nombre, sus
atributos, lo que hace para bendecir al hombre, y lo que hace para salvar sus
almas. Si escuchaban a Pablo el dios no conocido llegaría a ser el Dios
conocido y podrían adorarle con entendimiento.
"Con este golpe
maestro echa a un lado cualquier idea de violación de la ley romana o de sospechas
de herejía, y demanda su aceptación de su nuevo evangelio, un giro
consumadamente diestro"
Con esto quería convencerles que el Dios a quién él anunciaba se puede
conocer.
El carácter del Dios
Creador de todo
Hizo todas las cosas.
Es el Señor del cielo y de la tierra.
No mora en templos hechos por manos humanas.
No es servido por manos de hombres.
Es el Originador de las naciones.
Está al alcance de todos
En El vivimos, nos movemos, somos.
Somos linaje de Dios.
El da salvación a todos los que creen
Los tiempos de ignorancia ya pasaron.
Todos deben arrepentirse.
Porque habrá juicio universal.
Hechos 14; 17
“si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo
bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y
de alegría nuestros corazones.”
¡Aquí está la prueba de la existencia y poder del Dios vivo!
Seguramente todos se gozan del alimento que Dios provee, aunque la mayoría no
le da gracias. Dios no ha dejado a nadie sin testimonio y, por lo tanto,
no ha dejado a nadie con excusa.
Cuando Pablo
predicaba a los judíos, se refería a lo que Dios había hecho con su pueblo, se
refería a la ley y los profetas, y luego a Jesús como Mesías (su vida, muerte y
resurrección) por medio del cual recibimos el perdón de pecados, concluyendo
con la explicación de que la salvación es para los gentiles también. Este
pasaje es especialmente interesante porque nos presenta la manera de hablar de
Pablo a los que eran completamente paganos, sin el menor conocimiento de la fe
de Israel al que pudiera referirse. Con personas así empezaba por la naturaleza
para llegar al Dios que está detrás de todas las cosas. Empezaba por el aquí y
ahora para llegar al allí y entonces. Haremos bien en recordar que el universo
es el ropaje del Dios viviente.
Cuando predicaba a
los gentiles, hablaba del poder creador de Dios, de la relación del hombre con
su Creador, afirmaba que Dios ahora requiere el arrepentimiento de todos porque
Dios juzgará a todos y que, por eso, necesitan del Salvador Cristo Jesús quien
demostró por medio de su resurrección que puede salvarnos.
¡Maranatha!
¡Sí, ven Señor Jesús!
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