} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 10 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia

jueves, 10 de mayo de 2018

10 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia



Juan 8; 12
Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

  Jesús es la misma Luz de Dios que ha venido al mundo; y es también la Luz que da la vida al mundo. Como no puede florecer una planta que no vea la luz del Sol, tampoco pueden florecer nuestras vidas con la gracia y la belleza que deben desplegar hasta que las irradia la Luz de la presencia de Jesús.
En este pasaje, Jesús habla de seguirle a Él. Es una expresión que usamos a menudo, y animamos a otros a seguir a Jesús. ¿Qué queremos decir? La palabra griega para seguir es akoluthein; y sus significados se combinan para lanzar un raudal de luz sobre lo que quiere decir seguir a Jesús. 
Akoluthein tiene cinco sentidos diferentes pero íntimamente relacionados:
(i) Se usa a menudo del soldado que sigue a su capitán. En las largas marchas, a las batallas o en las campañas en tierras extrañas, el soldado sigue a su capitán adonde le dirija. El cristiano es un soldado cuyo General es Jesús.
(ii) Se usa a menudo de un esclavo que acompaña a su amo. Dondequiera que vaya el amo, el esclavo está a su servicio, siempre dispuesto a salir al paso de cualquier necesidad o a cumplir cualquier tarea que le encomiende. Está totalmente a disposición de su amo. El cristiano es un esclavo cuya felicidad consiste en estar siempre al servicio de Cristo.
(iii) Se usa a menudo de aceptar el parecer de un sabio consejero. Cuando estamos indecisos, acudimos a un experto en la materia y, si somos sensatos, seguiremos el consejo que nos da. El cristiano encamina su vida y su conducta de acuerdo con el consejo de Cristo.
(iv) Se usa a menudo de prestar obediencia a las leyes del municipio o del estado. Si hemos de ser miembros útiles de una sociedad o ciudadanos de un estado, tendremos que estar de acuerdo con cumplir sus leyes. El cristiano, como ciudadano del Reino del Cielo, acepta la ley del Reino y de Cristo como la que gobierna su vida.
(v) Se usa a menudo de seguir el razonamiento de un maestro, o el argumento de una obra literaria o de lo que está diciendo alguien. Preguntamos a veces a los que nos están escuchando: " ¿Me sigues?» El cristiano atiende a las enseñanzas de Jesús, y las escucha con atención para no perderse nada. Recibe su mensaje en su mente, y lo entiende; recibe sus palabras en la memoria, y las guarda, y las conserva en el corazón y las vive.
Ser seguidores de Cristo es entregarnos en cuerpo, alma y espíritu a la obediencia del Maestro; y entrar en su seguimiento es empezar a caminar en la luz. Cuando caminamos solos, estamos expuestos a andar a tientas y a tropezar, porque muchos de los problemas de la vida están por encima de nuestra capacidad. Cuando caminamos solos corremos peligro de seguir una senda equivocada, porque no tenemos un mapa infalible de la vida. Necesitamos la sabiduría celestial para recorrer el camino terrenal. El que tiene un buen guía y un mapa exacto es el que puede llegar a salvo al final de su viaje. Jesucristo es ese guía, y es el único que posee el mapa de la vida. Seguirle es andar en la luz, a salvo a lo largo de la vida y seguros de entrar después en la gloria.

Juan 8; 58
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.

Cuando Jesús les dijo a los judíos que Abraham se había deleitado al ver Su día, estaba hablando de una manera que ellos podían entender. Los judíos tenían muchas creencias acerca de Abraham que les permitirían ver a lo que se refería Jesús.  
  Algunos rabinos interpretaban que, en una visión que Dios le concedió, Abraham había entrado en los días que estaban por venir, y había visto toda la historia del pueblo de Israel, incluyendo la venida del Mesías prometido.
  Podemos ver claramente que los judíos creían que Abraham había visto, de alguna manera y durante su vida, la historia de Israel y la venida del Mesías. Así que, cuando Jesús dijo que Abraham había visto Su día, estaba presentándose claramente como el Mesías. Estaba diciendo realmente: «Yo soy el Mesías que Abraham contempló en una visión.»
Los judíos, aunque debieran haber mantenido el debate a un nivel más alto, tomaron las palabras de Jesús literalmente. Ya hemos visto que esta es la manera en que Juan nos presenta las conversaciones de Jesús hasta llegar a la verdad final. "¿Cómo es que Tú -Le preguntaron a Jesús- puedes haber visto a Abraham si no tienes ni cincuenta años?» ¿Por qué cincuenta? Esa era la edad a la que se retiraban los levitas de su servicio (Num_4:3). Los judíos estaban diciéndole a Jesús: "Tú eres un hombre joven, todavía en la plenitud de la vida, ni siquiera de edad como para retirarte del servicio activo. ¿Cómo puedes Tú haber visto a Abraham? ¡Estás hablando como un loco!» Ya se comprende que Le estaban haciendo burla; porque habría sido igualmente absurdo el suponer que hubiera conocido a Abraham aunque hubiera tenido la edad de Matusalén.
Y fue entonces cuando Jesús hizo la afirmación más alucinante: "Yo soy de antes que Abraham.» Lo que Jesús quería decir es, que Él es de antes del tiempo. No hubo un momento en que El empezara a existir; y nunca llegará un momento en que deje de existir.
¿Qué quería decir? Está claro que no era que Él, la persona humana de Jesús, había existido siempre. Sabemos que Jesús nació en Belén. Aquí se refiere a otra cosa. Tomémoslo de otra manera. No hay más que Uno en todo el universo que sea eterno, y ese Uno es Dios. Lo que Jesús está diciendo aquí es nada menos que Su vida es la vida de Dios; está diciendo, como lo expresó más sencillamente el autor de la Carta a los Hebreos, que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. En Jesús vemos, no simplemente a un hombre que nació, vivió y murió; vemos al eterno Dios, el Dios de Abraham y de Isaac y de Jacob, Que era ya antes que empezara el tiempo y Que será cuando el tiempo ya no sea más: Que siempre es. En Jesucristo se ha presentado a la humanidad el Dios eterno.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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