} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 31 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia

jueves, 31 de mayo de 2018

31 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia



  Tito 2; 11-12
Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente,


  Isaías exhortó una vez a su pueblo: «Dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien» Isa_1:16 s). Primeramente está el lado negativo de la bondad: el abandonar lo que es malo y la liberación de todo lo que es bajo; y en segundo lugar el lado positivo: la adquisición de las virtudes luminosas que caracterizan la vida cristiana.
¡La gracia de Dios instruye, entrena, educa y disciplina! Esto implica que es condicional. ¡El hombre tiene algo que hacer para ser salvo por la gracia!
Primero, está la renuncia a toda impiedad y a los deseos mundanales. ¿Qué quería decir Pablo con esto de los deseos mundanales? Crisóstomo decía que las cosas mundanales son las que no podemos llevarnos al Cielo, sino que se desintegran con todo lo del mundo presente. Uno es muy miope si pone todo su corazón y aplica todo su esfuerzo a cosas que debe dejar atrás cuando salga de este mundo. Pero una interpretación aún más sencilla de los deseos mundanales es que son los de cosas que no podemos mostrarle a Dios. Solo Cristo puede hacer que no solo nuestra vida exterior sino también lo más íntimo de nuestro corazón lleguen a ser aptos para que Dios los vea con agrado.
El fin, o propósito, de la disciplina de la gracia de Dios, es que el disciplinado deje de una vez por todas la impiedad y los deseos mundanos, y que viva de la manera estipulada.
El tiempo del verbo en el texto griego indica que la persona (salva por gracia) dejó de una vez la impiedad y los deseos mundanos; que dijo "no" a esas cosas de una vez. Eso se hace cuando la persona obedece al evangelio, y así muere al viejo hombre de pecado.
El mundano es el que vive con Dios excluido de su vida. Sus deseos mundanos son la glotonería, la lascivia, la borrachera, la fornicación, la vanidad de vida, y el amor del dinero, del poder, y de la fama.
El cristiano tiene que tener todo deseo y apetito bajo control; tiene que ser guiado por el Espíritu Santo (Rom_8:9-14), y seguir "la sabiduría que es de lo alto" (Stg_3:17-18).
  Con el entrenamiento (disciplina) de la gracia de Dios, el cristiano puede vivir en este mundo terrenal de manera digna del nombre cristiano, no importando lo muy malo que sea su cultura y ambiente.
  Jesucristo nos capacita para vivir con la prudencia que lo tiene todo bajo perfecto control, y que no deja a ninguna pasión o deseo más espacio del que le corresponde; con la justicia que nos permite darles tanto a Dios como a nuestros semejantes lo que les es debido; con la reverencia que nos hace vivir conscientes de que este mundo no es otra cosa que el templo del Dios vivo.
La dinámica de esta nueva vida es la expectación de la venida de Jesucristo. Cuando se espera una visita real, todo se limpia y se decora y se pone de tal manera que sea digno de que lo vea el rey. Los cristianos somos personas que estamos siempre listos para la venida del Rey de reyes.
¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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