} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 18 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia

viernes, 18 de mayo de 2018

18 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia


  Hechos 2; 22-23

varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio vuestro a través de Él, tal como vosotros mismos sabéis,
   a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis,

Aquí tenemos un pasaje que está lleno de la esencia del pensamiento de los primeros predicadores.
(i) Insiste en que la Cruz no fue ningún accidente. Formaba parte del plan eterno de Dios, que es algo que se afirma con frecuencia en Hechos. El pensamiento de Hechos nos salvaguarda de dos serios errores sobre la muerte de Jesús:
(a) La Cruz no fue una salida de emergencia porque a Dios le hubieran fallado otros planes. Forma parte de la vida misma de Dios.
(b) No debemos pensar nunca que nada de lo que hizo Jesús cambiara la actitud de Dios hacia los hombres. No debemos oponer un Jesús dulce y amable a un Dios airado y vengativo. Fue Dios el Que envió a Jesús, el Que planificó la venida de Jesús al mundo. Podemos decir que la Cruz es una ventana en el tiempo por la que podemos ver el amor sufriente que hay eternamente en el corazón de Dios.
(ii)Hechos insiste en que lo dicho anteriormente no aminora en nada el crimen de la humanidad que crucificó a Jesús. Siempre que se menciona la Cruz en Hechos se hace con un sentimiento de horror ante el crimen que se cometió (Hec_2:23; Hec_3:13; Hec_4:10; Hec_5:30). Aparte de otras cosas, la Cruz es el mayor crimen de la Historia. Muestra supremamente hasta dónde pudo llegar el pecado, que tomó la vida más maravillosa que haya habido jamás, y la estampó en la Cruz.
(iii) Hechos se propone demostrar que la pasión y muerte de Cristo fueron el cumplimiento de las profecías. Los primeros predicadores tenían que hacerlo así, porque la idea de un mesías crucificado era inconcebible y hasta blasfema para los judíos. La Ley decía: «Maldito el que muere colgado de un madero» (Deu_21:23). Para los judíos ortodoxos, la Cruz era lo único que hacía absolutamente imposible que Jesús pudiera ser el Mesías. Por eso los enemigos de Jesús se propusieron darle, no una muerte cualquiera, sino la muerte de cruz. Los primeros predicadores respondían: " Si leéis las Escrituras con atención, veréis que estaba profetizado.»

Hechos 2; 36
Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Debían haberse convencido por las profecías de Joel y David, por el testimonio de los apóstoles como testigos competentes y por lo que el Espíritu Santo había hecho en su presencia ese mismo día, que el verdadero Mesías había venido y que estaba siendo exaltado en los cielos a la diestra de Dios. Pedro aclara bien la identidad de la persona de quien habla: "a este Jesús a quién vosotros crucificasteis", pensando que era un impostor o revolucionario (alborotador). Verdaderamente este Jesús era y es el Mesías de Dios. Ahora los oyentes tenían que aceptar a Jesús como el Mesías o seguir pensando que al crucificarle rendían servicio a Dios. El derramamiento del Espíritu es una señal de que Jesús ha sido exaltado a la derecha del Padre. Pentecostés es una señal de que Jesús es el Señor.
Lamentablemente, la mayoría rechazó el mensaje inspirado de los apóstoles.
  Pedro no dice que algún día cuando Cristo vuelva la segunda vez establecerá su reino, sino que cuando ascendió al cielo después de su resurrección, ocupó su trono (el trono de David) y como Pablo dice, reinará hasta el fin (1Co_15:24).
¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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