} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia

jueves, 3 de mayo de 2018

3 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia



Santiago 4; 14

Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.

 Es bueno tener metas, pero las metas nos pueden decepcionar si dejamos a Dios fuera de ellas. No vale la pena hacer planes como si Dios no existiera porque el futuro está en sus manos. ¿Qué te gustaría estar haciendo dentro de diez años? ¿En un año más? ¿Mañana? ¿Cómo reaccionarías si Dios interviniera y modificara tus planes? Planifica por adelantado, pero no te aferres mucho a tus planes. Si pones los deseos de Dios en el centro de tus planes, Él nunca te decepcionará.
Esas personas del contexto del pasaje, se jactaban de planes definitivos para todo un año, pero no tenían seguridad de nada, ni siquiera del día siguiente, tan inestable es la vida mortal. El hombre no tiene control sobre la vida. Su vida no está en sus propias manos, sino en las de Dios (Dan_5:23). Santiago procura hacerles detenerse y preguntarse, ¿Qué es mi vida? Santiago contesta la pregunta: ¿qué es vuestra vida? No es más duradera y cierta que el vapor. Es transitoria. Es efímera
La esencial incertidumbre del futuro siempre ha estado grabada en la mente de todos los pueblos. El sabio hebreo escribía: «No te jactes del día de mañana; porque no sabes ni lo que dará de sí el día de hoy» (Pro_27:1). Jesús contó la historia de un rico insensato que hizo fortuna e hizo planes para el futuro y se olvidó de que se le podía reclamar el alma aquella misma noche (Luc_12:16-21). 

Santiago prosigue. Esta incertidumbre de la vida no debe conducirnos ni al miedo ni a la inactividad, sino a una total dependencia de Dios. Siempre ha sido la característica de las personas serias y responsables el hacer sus planes en esa dependencia de la que Pablo habla a los corintios: «Iré a veros pronto, si es la voluntad del Señor» (1Co_4:19). «Espero pasar algún tiempo con vosotros, si el Señor me lo concede» (1Co_16:7

"¡Que Dios lo quiera! A una persona normal le sale instintivamente el hablar así.» Entre los árabes se oye frecuentemente: «Im sa Allah» -«Si Allah quiere», de donde se dice que viene la palabra española ojalá. Lo curioso es que los judíos no parece que tuvieran una expresión equivalente. En este sentido tenían que aprender de los otros pueblos.

La actitud verdaderamente cristiana no es vivir paralizados por el miedo a la incertidumbre del futuro, sino el dejarlo en las manos de Dios con todos nuestros planes, contentos de que no se lleven a cabo si no son la voluntad de Dios.

El que no tiene esto presente es culpable de arrogante presunción. La palabra original es alazoneía.  Alazoneía era en un principio la actitud del charlatán, que ofrecía curas milagrosas que no curaban nada y presumía de cosas que no podía hacer. El futuro no está en las manos de los hombres, y ninguno puede pretender arrogantemente que tiene poder para decidirlo.

Hebreos 4; 7
Dios otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes: SI OIS HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAIS VUESTROS CORAZONES.

Es evidente que el reposo, tipificado por la posesión de la tierra de Canaán, la cual fue prometida a los del éxodo, no fue ofrecido solamente a ellos. David, unos quinientos años después de Moisés, habla a su propia generación, diciendo que el pueblo de Dios no hiciera como aquellos del éxodo, quienes fallaron al no entrar en el reposo debido a su incredulidad. "Hoy", es decir, en el tiempo de David, había una promesa de reposo todavía. Todavía es "hoy", aún para nosotros, porque todavía es tiempo de gracia y de oportunidad, pues nos habla la voz de Dios, diciéndonos que entremos en su reposo. Dios ha determinado un día; es decir, menciona Dios un tiempo expresamente. Dios habla "hoy", y "hoy" es cuando el oyente debe obedecer su voz, en lugar de endurecer su corazón, posponiendo obediencia. Diciendo Dios "hoy", se enfatiza la urgencia de actuar ahora mismo mientras hay oportunidad.
Todavía es "el hoy de Dios". Dios te ofrece una bendición tan grande como las de los santos del pasado, y te propone una aventura tan maravillosa como las de los héroes de la fe del pasado. Nuestro Dios es tan grande como ha sido siempre.»
Una palabra, aunque sea muy grande, no sirve para nada a menos que llegue a formar parte de la persona que la oye. Hay muchas maneras de oír en el mundo: indiferente, desinteresada, crítica, escéptica, cínicamente. El oír que importa es el que escucha con interés, cree, y pone en acción. Las promesas de Dios no son meras piezas hermosas de literatura; son promesas en las que a uno le va la vida.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Seños Jesús!

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