} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 20 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia

domingo, 20 de mayo de 2018

20 Mayo: Meditando en la Palabra de Dios en la Biblia




 Juan 14; 18
No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros
Al morir algún rabino sus discípulos se describían como huérfanos. Los discípulos de Cristo no se quedarían en el mundo como huérfanos (o como ovejas sin pastor).
Cuando algún ser querido se despide de nosotros, queremos saber cuándo regresará, cuándo volveremos a vernos. Jesús dice, "vendré a vosotros". Algunos piensan que aquí Jesús se refiere a su resurrección, pero al tomar en cuenta los versículos que siguen parece más probable que se refiere a su venida en la persona del Espíritu Santo.  Si se hubiera referido solamente a su breve estancia con ellos después de resucitar, entonces después de eso los habría dejado huérfanos, pero había dicho, "He aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat_28:20). Aunque Jesús ascendió al cielo, envió al Espíritu Santo a vivir en los creyentes, y tener al Espíritu Santo equivale a tener a Jesús mismo.

Juan 14; 26
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.

Este es un pasaje lleno de verdades hasta rebosar. En él Jesús nos habla de cinco cosas.
(i) Nos habla del Consolador, el Espíritu Santo, y nos dice un par de cosas básicas acerca de Él.
(a) El Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas. Hasta el fin de su camino, el cristiano es un aprendiz; porque hasta el fin de su camino el Espíritu Santo le guía a mayores y mayores profundidades de la verdad de Dios. El creyente cristiano no tiene disculpa para tener una mente cerrada. El cristiano que piensa que ya no tiene más que aprender es un cristiano que ni siquiera ha empezado todavía a entender lo que quiere decir la doctrina del Espíritu Santo.
(b) El Espíritu Santo nos recordará lo que ha dicho Jesús. Esto quiere decir dos cosas.
l.- En materia de fe, el Espíritu Santo nos trae a la mente constantemente las cosas que dijo Jesús. Tenemos la obligación de pensar; pero tenemos que confrontar todas nuestras conclusiones con las palabras de Jesús. No es tanto la verdad lo que tenemos que descubrir, porque Él ya nos dijo la verdad; lo que tenemos que descubrir es lo que quiere decir esa verdad. El Espíritu Santo nos salva de la arrogancia y del error en nuestro pensar.
2.- El Espíritu Santo nos mantendrá a salvo en materia de conducta. Casi todos nosotros tenemos esta clase de experiencia de la vida: estamos tentados a hacer algo que está mal y, a punto de hacerlo, nos vuelve a la mente un dicho de Jesús, el versículo de un Salmo, el recuerdo de Jesús, las palabras de alguien a quien amamos y admiramos o la enseñanza que recibimos cuando éramos pequeños. En el momento de peligro, estas cosas aparecen sin que sepamos cómo en nuestra mente: es la acción del Espíritu Santo.

Mateo 16; 18
Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Este pasaje es uno de los centros neurálgicos de la interpretación del Nuevo Testamento. Desde la Reforma, siempre ha sido difícil enfrentarse con él tranquilamente y sin prejuicios, porque para la Iglesia Católica es la base de su posición acerca del Papa y de la Iglesia. La Iglesia Católica Romana interpreta que se le dieron a Pedro las llaves para admitir o excluir a las personas del Cielo, y para absolver o no a las personas che sus pecados. Además, la Iglesia Católica Romana deduce que Pedro, con este tremendo derecho, llegó a ser el obispo de Roma; y que este poder se transmitió a todos los obispos de Roma, y que está personificado hoy en el Papa, que es el cabeza de la Iglesia y el obispo de Roma.
Es fácil comprender que tal doctrina es inaceptable para un creyente protestante; y también que, tanto protestantes como católicos Romanos, se acercan a este pasaje, no tanto con un deseo sincero de descubrir su significado, sino con la firme voluntad de no ceder nada de su propia posición; sino, si les es posible, destruir la posición del otro. Hagamos un esfuerzo sincera y honradamente para descubrir el verdadero sentido de este pasaje.
Aquí hay un juego de palabras. En griego Pedro es Petros, y una roca es petra. La forma aramea del nombre de Pedro era Kefa, que significa en arameo una roca. En las dos lenguas hay aquí un juego de palabras. En cuanto Pedro hizo su gran descubrimiento y su confesión, Jesús le dijo: «Tú eres petros, y sobre esta petra edificaré Mi Iglesia.»
En primer lugar, esto era un elogio tremendo. Es una metáfora en nada extraña ni inusual al pensamiento judío.
Los rabinos le aplicaban la palabra roca a Abraham. Tenían el siguiente dicho: «Cuando el Dios Santo vio que Abraham iba a levantarse, le dijo: "Mira, he descubierto una roca (petra) para edificar el mundo encima." Por tanto, Dios llamó a Abraham roca (tsúr), como está escrito: "Mirad a la roca de la que fuisteis cortados, al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados"» (Isaías 51:Is). Abraham era la roca en la que se fundaban la nación y el propósito de Dios.
Pero con mucha más frecuencia se le aplica la palabra roca (tsúr) a Dios mismo. "Él es la Roca, Cuya obra es perfecta» (Deu_32:4). «Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca» (Deu_32:31). "No hay roca como nuestro Dios» (1Sa_2:2 «refugio»). "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador» (2Sa_2:22). La misma frase aparece en Sal_18:2. « ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?» (Sal_18:31). La misma frase está en 2Sa_22:32.
Una cosa está clara. El llamar a alguien roca era el más grande de los elogios; y ningún judío que conociera el Antiguo Testamento podía usar nunca la frase sin que su pensamiento se volviera hacia Dios, Que era la única Roca de su defensa y salvación. Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando usó la palabra roca en este pasaje? Por lo menos cuatro contestaciones se han propuesto a esta pregunta.
(i) Agustín tomó que la roca se refería a Jesús mismo. Es como si Jesús dijera: " Tu eres Pedro; y en Mí mismo como la Roca fundaré Mi Iglesia; y llegará el día en que, como recompensa por tu fe, serás grande en la Iglesia.»
(ii) La segunda explicación es que la roca es la verdad de que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente. A Pedro le había sido revelada divinamente esa gran verdad. El hecho de que Jesucristo es el Hijo de Dios es sin duda la piedra fundamental de la fe de la Iglesia; pero esta interpretación apenas saca a luz el juego de palabras que hay aquí.
(iii) La tercera explicación es que la roca es la fe de Pedro. En la fe de Pedro está fundada la Iglesia. Su fe fue la chispa que inflamó la fe de la Iglesia Universal. Fue el impulso inicial que habría de llamar a la existencia un día a la Iglesia Universal.
(iv) La última interpretación es la mejor. Es que Pedro mismo es la roca, pero en un .sentido especial. No es la roca en que se funda la Iglesia; esa Roca es Dios. Pedro es la primera piedra de toda la Iglesia. Pedro fue la primera persona que descubrió Quién era Jesús; la primera persona que dio el salto de la fe y vio en Jesús al Hijo del Dios viviente. En otras palabras: Pedro fue el primer miembro de la Iglesia y, en ese sentido, toda la Iglesia se construyó sobre él. Es como si Jesús le dijera a Pedro: " Pedro, tú eres la primera persona que ha comprendido Quién soy Yo; por tanto, tú eres la primera piedra, la piedra fundamental, el verdadero principio de la Iglesia que Yo estoy fundando.» Y a partir de entonces, todos los que hacen el mismo descubrimiento que Pedro son piedras vivas añadidas al edificio de la Iglesia de Cristo.
Jesús prosigue diciendo que las puertas del Hades no prevalecerán contra Su Iglesia. ¿Qué quiere decir esto? La idea de puertas que prevalecen no es precisamente una figura corriente o fácil de entender. De nuevo nos encontramos con más de una posible explicación.
 Puede que se trate de la figura de una fortaleza. Esta sugerencia puede que encuentre apoyo en el hecho de que en la cima de la montaña que dominaba Cesarea de Filipo se encuentran hoy las ruinas de un gran castillo que puede que se irguiera allí en toda su gloria en tiempos de Jesús. Puede que Jesús estuviera pensando en su Iglesia como una fortaleza, y en las fuerzas del mal como una fortaleza contraria; y que lo que quisiera decir fuera que el poder del mal nunca prevalecería contra la Iglesia.

 ¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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