2 Corintios 6; 17-18
“Por
lo cual,
Salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso.”
Aquí vemos lo condicional
de las promesas de Dios: salir, apartarse, y no tocar. La preciosa promesa de
ser Dios eternamente el Padre de los cristianos es hecha a los que venzan (Apocalipsis_21:7).
En los versículos
del 14 al 18 Pablo exhorta a los corintios a no tener comunión o participación
con los incrédulos, sin especificarlos. Todo el pasaje es una llamada de
atención para que no se tengan relaciones con los no creyentes. Es un desafío a
los cristianos corintios para que se guarden de las contaminaciones del mundo.
Se ha hecho notar que la misma esencia de la historia de Israel se resume en
las palabras "¡Salid de ahí!» Esa fue la palabra del Señor que vino a
Abraham: "¡Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre!»
(Genesis_12:1).
Esa fue la advertencia que recibió Lot antes de la destrucción de Sodoma y
Gomorra (Genesis_19:12-14).
Hay cosas en el mundo con las que los cristianos ni deben ni pueden
asociarse.
Sabemos que en la primera carta se les mandó excomulgar al fornicario,
y habló de quienes negaban la resurrección, diciendo, con referencia a ellos,
que las "malas compañías" corrompen las buenas costumbres. Ahora en
esta carta se refiere a los falsos profetas que eran ministros de Satanás.
Es evidente que de
los tales hombres habla Pablo al decir no tener comunión con los
"incrédulos". Para probar lo correcto de esta exhortación, hizo cinco
preguntas retóricas (versículos 14-16). Representan contrastes de cosas
completamente opuestas.
Luego
saca la conclusión: salir, apartarse y no tocar. De esta manera Dios puede ser
su Dios y Padre, y ellos su pueblo e hijos.
El apóstol quería que los creyentes estuvieran activos en su
testimonio por Cristo entre los incrédulos sin necesidad de comprometer su fe
mediante ataduras personales o comerciales. Los creyentes deberían evitar
situaciones que motiven la división de su lealtad.
La separación del mundo involucra más que mantener distancia con los
pecadores, significa permanecer cerca de Dios. Implica más que evitar
diversiones que nos lleven a pecar, también tiene que ver con la forma de
utilizar nuestro tiempo y dinero. En este mundo caído, no hay forma de
separarnos totalmente de los efectos del pecado. Sin embargo, debemos resistir
el pecado que está a nuestro alrededor, no hay que ceder ni rendirse.
¡Maranatha!
¡Sí, ven Señor Jesús!
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