} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿POR QUÉ ESFORZARNOS EN PERSEVERAR EN LA FE?

domingo, 6 de agosto de 2017

¿POR QUÉ ESFORZARNOS EN PERSEVERAR EN LA FE?



Una pregunta interesante: Si la Biblia enseña que una vez salvos no podemos caer de la gracia, ¿por qué esforzarnos?
            ¿Por qué, pues, dice Cristo (Mateo_11:30) que "mi yugo es fácil, y ligera mi carga"? Y ¿por qué dice Juan que "sus mandamientos no son gravosos"? (1 Juan_5:3). En primer lugar, vemos que Cristo habla de su yugo, como también de su carga. Su "yugo" se refiere a su autoridad; debemos someternos completamente a ella. Su "carga" son sus mandamientos, los cuales no son gravosos, pero Él requiere una justicia mayor que la de los escribas y fariseos (Mateo_5:20; Mateo_23:4). Él requiere servicio que procede del corazón puro, y no solamente los actos externos. Pero su servicio es agradable. Él es Maestro exigente, pero también bondadoso. No es abusivo. No maltrata a sus seguidores. El maestro abusivo es el pecado.
             La puerta es estrecha y el camino angosto porque tenemos que cambiar. Mateo_16:24; Lucas_9:23, "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz (cada día), y sígame". Es muy difícil someter nuestra voluntad a la voluntad de otro, aun a la voluntad de Dios. Todo el mundo quiere hacer su propia voluntad. Quiere hacer lo que él mismo quiere hacer. El trabajo principal de criar hijos es el de sujetar la voluntad de ellos a la voluntad de sus padres (Efesios_6:1-4). Otro problema grande en el hogar es que la mujer no quiere sujetar su voluntad a la voluntad del marido (Efesios_5:22-24). El significado básico de la palabra "manso" es la sujeción a la voluntad y al control de Dios.
            Requiere el arrepentimiento, que significa cambiar. El mandamiento básico predicado por Juan el Bautista (Mateo_3:2) y por Jesús (Mateo_4:17) era el arrepentimiento. Cuando Jesús comenzó a predicar el evangelio del reino (Mateo_4:23), El insistía en que los judíos tenían que cambiar, y les era muy difícil cambiar. Jesús dijo, "si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente". Dijo a Nicodemo (Juan_3:3-5) que tenía que nacer otra vez. Es decir, tenía que comenzar su vida otra vez como si fuera un infante, apenas comenzando a vivir.
            Cuando Jesús murió y resucitó, entregó el mandamiento a los apóstoles de que "se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados" (Lucas 24:47). El libro de Hechos dice que lo hicieron. Leamos cómo se predicó el arrepentimiento según Hechos de los Apóstoles : Hechos_2:38; Hechos_8:22; Hechos_17:30. Tanto judíos como gentiles tenían que cambiar. Tenían que dejar el judaísmo, el paganismo, la filosofía humana, la superstición, y toda forma de sabiduría humana. Para el judío el evangelio era tropezadero, y para el griego era locura porque chocaba con sus ideas humanas.
            Podemos leer cómo las cartas del Nuevo Testamento enseñan el arrepentimiento: Romanos_2:4; 2Corintios_7:10; 2Pedro_3:9; Apocalipsis_2:5.

 ¿Cambiar de qué manera? 
De carácter. Esto lo leemos en  Mateo_5:1-10, las bienaventuranzas. Con estas palabras Jesús comenzó el Sermón del Monte. Con estas palabras El explicó a los judíos y explica a nosotros cómo tenemos que cambiar. Hay que haber cambio de corazón (Mateo_5:8; Mateo_5:22; Mateo_5:28; Mateo_5:44; Mateo_12:34; Mateo_15:19). Tenemos que cambiar, dejando todas las características carnales de la vida pasada para desarrollar un carácter espiritual. Con las bienaventuranzas Jesús introduce el tema que es dominante en todo el Nuevo Testamento de que los verdaderos discípulos de Jesús son aquellos que van transformándose a la imagen de Jesús (Romanos_8:29; Romanos 12:1-2; 2 Corintios 3:18; Gálatas_4:19; Efesios_4:23-24; Colosenses_3:10; 2 Pedro_1:4). 

       Este proceso es difícil. Es necesario meditar a diario en las cualidades o características divinas, y esforzarnos para que lleguen a ser las características de nuestras vidas. ¿Cómo es el reino? ¿Cómo son los ciudadanos del reino de Dios? En Mateo 5:1-10 Jesús describe las características de los que pueden entrar en el reino de los cielos: los pobres en espíritu (los que reconocen sus faltas), los que lloran (por sus pecados), los mansos (los que están sujetos al control de Dios), los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores (los que hacen paz con Dios y con los hombres por medio del evangelio de paz), y los que sufren por causa de Cristo. ¿Cuántos quieren poseer estas cualidades? Pocos. ¿Por qué? Porque tienen que humillarse y someterse a la voluntad del Señor para desarrollar este carácter (el de Cristo), y la mayoría no lo quiere hacer.
            De religión. La ley de Moisés que era "ayo" (tutor, guardián) para llevar a los judíos a Jesús fue cumplida cuando Jesús murió en la cruz (Colosenses_2:14). Comenzando el día de Pentecostés (Hechos_2:1-47) los judíos deberían dejar la religión antigua (la de la ley de Moisés) y aceptar el evangelio.
            Hubo cambio de culto. Hubo cambio de ley (Hebreos_7:12). Ya no se enseña el diezmo, y no se usan instrumentos mecánicos de música en el culto.
            Vemos en Mateo_5:32; Mateo_19:9 que la enseñanza de Jesús es distinta de la ley de Moisés sobre el matrimonio y el divorcio y segundas nupcias. Actualmente hay muchas parejas que están mal en su matrimonio según lo que dice Jesús en estos textos: "cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera". Es muy difícil disolver tal unión, pero si alguna pareja está cometiendo adulterio por no tener el derecho de unirse en matrimonio, ¡desde luego tiene que dejar de cometer adulterio! Algunos lo hacen, pero la mayoría no quiere cambiar.
             Además, los judíos habían inventado muchas tradiciones para aumentar su piedad, pero la religión de ellos era humana y vana y tenían que dejarla. Pero la mayoría no quería hacerlo. Su religión era externa, y no del corazón (Mateo_23:23-28). Jesús les dijo que tenían que cambiar. Tenían que limpiar el corazón y acabar no solamente con el adulterio, el homicidio y el hurto, sino también con los malos pensamientos, la avaricia, la maldad, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia y la insensatez (Marcos_7:21-23).
            Sin embargo, la mayoría de los judíos no quería cambiar su religión ni su vida personal. Era un pueblo muy orgulloso y estaban satisfechos con su religión y con su forma de vida. Muchos se justificaban a sí mismos (Lucas16:15; Lucas_18:11-12). Por eso, no querían cambiar; creían que eran muy religiosos, porque en algunas cosas iban aún más allá de lo que ley de Moisés requería. Habían inventado muchas tradiciones (reglamentos humanos) para aumentar su religiosidad (Mateo_15:1-9), pero Jesús les dijo que tal religión era vana.
            Otros cambios . Debe haber cambio de actitud, de disposición, de costumbres, y de amistades. Muchas veces se requiere cambio de empleo (o de negocio). Es necesario dejar algunos aspectos de la cultura porque están en conflicto con la enseñanza de Jesús.
            Todo aquello que no está de acuerdo con la voluntad de Cristo debe ser "amputado" (Mateo5:29-30; Mateo 18:8-9). Es necesario dejarlo para que no nos destruya.
            El pensamiento principal de este texto es que es difícil arrepentirse o cambiar. Esta verdad se ve en toda la Biblia, de pasta a pasta. La obra principal de los profetas no era simplemente la de predecir el futuro, sino la de predicar el arrepentimiento y rogar al pueblo a que se volviera a Dios.

            Otros aspectos de lo angosto del camino:
            La puerta es angosta porque la verdad es angosta. Muchos piensan que cualquier cosa que la gente crea o practique es verdad para ellos, pero la verdad no es subjetiva sino objetiva. Judas_1:3 habla de “la fe” que fue entregada a nosotros. Es la fe que tiene que ser obedecida, Hechos_6:7.
            La puerta es angosta porque requiere el bautismo. Mateo_28:19; Marcos_16:16. Muchos rechazan este mandamiento. Hay grupos "evangélicos" que dicen que no es necesario para la salvación. No es un mandamiento popular. Está en conflicto con la voluntad humana y, por eso, se considera muy angosta la predicación que lo requiere.
             La puerta es angosta porque hay solamente un cuerpo (una iglesia). Dice Jesús (Mateo_16:18), "edificaré mi iglesia"; dice Pablo (Efesios_1:22-23) que la iglesia es el cuerpo de Cristo: "la iglesia, la cual es su cuerpo", y dice también que hay un solo cuerpo (Efesios 4:4, "un cuerpo"). Por eso, el camino es angosto, porque no caben en el camino de Cristo las iglesias humanas.
            Se requiere la santidad. 2Corintios_7:1, "perfeccionando la santidad en el temor de Dios". 1Tsesalonicenses 4:3, "pues la voluntad de Dios es vuestra santificación". Hebreos 12:14, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor". Es otra razón por la cual se dice que el camino es angosto, porque no todo el mundo quiere apartarse del pecado (santificarse).
            Se requiere la sujeción al gobierno, Romanos_13:1-8; 1Pedro_2:13-17. Esta es otra restricción que no es popular.
              Cuando se hacía fiesta, los convidados tenían que llegar a la hora indicada. Los que llegaban tarde, encontraban la puerta cerrada y no se admitían. Esto se enfatiza en Mateo_25:10. Los preparados son los que aprovechan la invitación y llegan a tiempo. Los que preparaban fiesta y enviaban invitaciones no decían “vengan a la hora que les sean convenientes”. No decían “Aunque lleguen tarde, no hay problema, siempre serán abiertas las puertas”. Los que llegaban tarde despreciaban la fiesta y al que les invitaba.
            Cuando Cristo venga (1 Tesalonicenses_5:1-3), la puerta será cerrada. Cuando uno muera (Hebreos 9:27), la puerta será cerrada. Para los salvos la puerta cerrada significará seguridad eterna.
             Al confesar a los suyos, Jesús,  dirá, “Estos son míos”. A los que no le confesaron dirá “No os conozco; ni sé de dónde sois. Apartaos de mí, no tengo nada para vosotros”.
            Podemos leer y comparar en  Mateo_7:23; Mateo_25:11-12; 2 Timoteo 2:19; conocer significa "aprobar". Los no preparados cierran la puerta en sus propias caras cuando deciden que no vale la pena servir al Señor o no quieren llegar a tiempo. Se acercan al Señor tal vez, pero lo hacen “a medias”, con desidia e indiferencia.
            De la misma manera los que llegan tarde al culto de Dios lo desprecian. Creen que no vale la pena esforzarse para llegar a tiempo. Para los tales otras cosas son más importantes.
  ¿Cómo huéspedes, invitados, vecinos? De alguna forma se habían asociado con él, habían comido con él. Es como hubieran dicho, “Pero ¿cómo dices que no nos conoces? Éramos conocidos y amigos.
  ¿Quieren ser admitidos simplemente porque habían escuchado sus enseñanzas? Con estas palabras quieren ganar el favor del Señor, pero en realidad se condenan solos porque están admitiendo que habían escuchado su invitación (Mateo 11:28-29) pero que no la aceptaron.    


¡Maranatha! 

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