Job 33; 14
“Sin embargo, en una o en dos
maneras habla Dios;
Pero
el hombre no entiende”.
Es inútil querer entablar una disputa con Dios,
ya que no tiene obligación de responder, pues por su trascendencia se halla en
una zona superior al hombre. Algunas de las cosas que hace Dios son
incomprensibles para las personas. Aun así, dice Eliú, podemos escucharlo
prestando atención a su voz. Por otra parte, Dios habla sin apelación posible y
repite una cosa dos veces, pero el corazón del hombre es terco y obstinado. Sí,
dos veces si el hombre no presta atención” a la primera amonestación. Eliú da a
entender que Dios envía la aflicción porque cuando Él ha comunicado su voluntad
en varias maneras, el hombre en la prosperidad no ha hecho caso de ella; Dios,
por lo tanto, debe probar qué efecto producirá la aflicción. Elihú ilustra su interpretación del
sufrimiento usando el ejemplo de las pesadillas. Son una manera como Dios habla
a la gente, aunque no siempre lo reconozcan. Uno de los modos de comunicarse
Dios con los hombres es en sueños, como lo había declarado ya Elifaz . Por
ellos los instruye y aterra para que se aparten del mal, que los llevaría al
sepulcro y al canal que de aquél conduce a la región de los muertos.
Hebreos 4; 7
“otra
vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de
David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones.”
Dios les dio a los israelitas
la oportunidad de entrar en Canaán, pero ellos fracasaron porque le
desobedecieron (Números 14, 15). El reposo que
los israelitas experimentaron en el tiempo de Josué era un anticipo del
reposo definitivo y celestial. Hebreos sigue argumentando que el camino a esa
herencia definitiva ha sido asegurado por el Señor Jesucristo. Mucho tiempo
después de la conquista de Canaán, el Salmo 95 señaló
otro día como el día (hoy) para oír su voz y entrar al reposo de
Dios. Esto prueba que David tenía en mente un reposo más allá de disfrutar la
vida en la tierra de Israel. Si Josué había dado al pueblo su reposo definitivo
en el tiempo de la conquista, Dios no hablaría después de otro día. La
esperanza del pueblo de Dios es de un reposo celestial y no el restablecimiento
del pueblo en la tierra de Israel. Las promesas fundamentales del antiguo pacto
son cumplidas en una manera transformada por Cristo.
Es evidente que el reposo, tipificado por la
posesión de la tierra de Canaán, la cual fue prometida a los del éxodo, no fue
ofrecido solamente a ellos. David, unos quinientos años después de Moisés,
habla a su propia generación, diciendo que el pueblo de Dios no hiciera como
aquellos del éxodo, quienes fallaron al no entrar en el reposo debido a su incredulidad.
"Hoy", es decir, en el tiempo de David, había una promesa de reposo
todavía. Todavía es "hoy", aún para nosotros, porque todavía es
tiempo de gracia y de oportunidad, pues nos habla la voz de Dios, diciéndonos
que entremos en su reposo. Dios ha determinado un día; es decir, menciona Dios
un tiempo expresamente. Dios habla "hoy", y "hoy" es cuando
el oyente debe obedecer su voz, en lugar de endurecer su corazón, posponiendo
obediencia. Diciendo Dios "hoy", se enfatiza la urgencia de actuar
ahora mismo mientras hay oportunidad.
Ahora Dios nos da la oportunidad de entrar en
el lugar supremo de reposo; Él nos invita a acudir a Cristo. Para entrar en su
reposo, debes creer que Dios tiene esta relación en mente para ti que lees
esto, y que debes dejar de tratar de producirlo; debes confiar en Cristo para
eso, debes determinar obedecerle. Hoy
es el mejor momento para hallar la paz con Dios. Mañana puede ser demasiado
tarde.
¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor
Jesús!
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