2Corintios 4; 4
en los cuales el
dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no
vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de
Dios
Satanás es
la causa de que esté encubierto el evangelio entre algunos. Se llama el dios de
este siglo, o mundo, porque es a la voluntad de él que el hombre inconverso se
somete, y esto desde el tiempo de Adán y Eva. Hay un solo Dios (1Co_8:6), pero el mundano adora y sirve a Satanás como
si fuera un dios (1Co_8:5). Satanás
se llama "el príncipe de este mundo" (Jn_12:31),
y "el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los
hijos de desobediencia" (Efe_2:2).
Los incrédulos
permiten que Satanás ciegue su entendimiento. No es por ninguna predestinación
incondicional, o depravación heredada. No es por ninguna falta en el evangelio.
La causa está en el diablo que lo hace y en ellos que lo permiten. Las
Escrituras nos advierten en contra del engaño (Efe_5:6;
Col_2:8; 1Jn_4:1; Jesús dijo las palabras en Mat_7:15);
no tenemos que ser engañados. Todo hombre puede salirse de las tinieblas del
engaño (Jua_8:12; Hch_26:28). En este sentido,
¡el destino de todo hombre está en sus propias manos!
El judío que buscaba
su propia justicia (Rom_10:3), y que amaba la
gloria que viene del hombre (Jua_5:42), no iba a
creer en Cristo. Leamos las palabras de Cristo en Jua_8:42-47.
Solamente para los tales está encubierto en evangelio.
Teniendo el entendimiento embotado, y
rehusando creer, no permitían que la luz del evangelio iluminara sus mentes
para su salvación. Hay quienes aman las tinieblas más que la luz, y la razón es
obvia: sus obras son malas (Jua_3:19).
Rechazar a Cristo es
rechazar a Dios, porque Cristo es la imagen de Dios. La fe en la deidad de
Jesús de Nazaret es necesaria para la salvación (Jua_8:24;
Jua_17:3).
El evangelio está disponible y revelado a todos, excepto a aquellos
que se niegan a creer. Satanás es el "dios de este siglo". Su trabajo
es engañar y aquellos que no creen serán enceguecidos por él. El atractivo del
dinero, el poder y el placer enceguecen a la gente para ver la luz del
evangelio. Todos aquellos que rechazan a Cristo, prefiriendo una vida mundana,
convierten a Satanás en su dios.
Romanos 16; 20
Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de
vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
Pablo proclama el triunfo definitivo de Cristo y
su Iglesia sobre todo mal, como realización de Gen_3:15.
En circunstancias de la vida como las del
final de esta era, podemos esperar que los éxitos de Dios sobre las obras de Satanás
sean aplastantes.
Dios aplasta a Satanás bajo los pies de los
hermanos alertas y de fe, que se fijan en los falsos maestros y se apartan de
ellos, porque Satanás es quien inspira a todo hermano falso e innovador. Ganar
ascendencia o victoria sobre los falsos hermanos (no permitiendo que corrompan
toda la iglesia) por medio de la fe que obedece lo dicho en el versículo 16, es
la manera en que Dios aplasta a Satanás.
“Pronto” indica que los hermanos en Roma ganarían
esta victoria sobre los falsos durante su vida, o dentro de poco tiempo. La
victoria no iba a ocupar mucho tiempo.
Pablo expresa a los
hermanos romanos su deseo de que la gracia (favor, bondad, misericordia) de
Dios les acompañe.
Cuando leemos libros o escuchamos sermones,
debemos examinar el contenido de lo escrito o dicho y no dejarnos engañar con
palabras suaves. Los cristianos que estudian la Palabra de Dios no serán
engañados, aunque los oyentes superficiales caigan en sus redes. Para tener un
ejemplo de creyentes que examinaron con cuidado la Palabra de Dios, Hech_17:10-12.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!
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