¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi
queja; desahogo la amargura de mi alma. Job 10:1-3
“Estoy
aburrido de la vida, estoy harto, ya no puedo más”. Expresiones que con
bastante frecuencia escucho al entrevistar a algunas personas. Personas que no
saben qué hacer con su vida, con su existencia.
Algunas
sumergen la cabeza como el avestruz en la televisión, en las revistas de
chismes de espectáculos, viviendo vidas ajenas, soñando lo imposible, anhelando
como la princesa Rampusell ser rescatadas de las garras de la bruja –el
aburrimiento– por un hermoso príncipe.
Qué produce el aburrimiento
La
falta de metas, visión, sueños, planes, objetivos produce aburrimiento, el
aburrimiento produce pesar, el pesar produce depresión, … y podemos continuar
con una larga cadena de efectos por causa de la ausencia o desconocimiento de
propósito en la vida.
La
persona aburrida solo se queja de las cosas que no están bien, de las cosas o
personas que no le gustan. Pero hace poco o nada para solucionar su estado de
ánimo. El quejumbre es su estado crónico, esperando que algo o alguien le
cambie la existencia.
La
persona aburrida no solo se aburre de sí misma sino a todo el que le rodea, su
conversación carece de emotividad, sus movimientos físicos carecen de fuerza,
de vitalidad. No existe poder que al parecer sea capaz de sacarle del letargo
existencial.
Encontrarle
sabor a la vida, entusiasmo, actitud positiva, alegría, ánimo no es privilegio
de algunas personas, sino decisión de pocas. Repito decisión. Salir de la
aburrida vida requiere de una firme decisión, de aborrecer el aburrimiento. De
querer hacer uso de la escasa energía que resta en el cuerpo y mente para
generar fuego en el interior que le impulse, como a los globos aerostáticos a
elevarse en las alturas.
Pero
existe algo mejor aún, la decisión de creer que Jesús vino a “poner en libertad
a los oprimidos”, el aburrimiento oprime el alma, encadena la ilusión y ata los
sueños. En tanto que la persona aburrida desconoce el propósito por el cual fue
creada, no encuentra sentido a su vida.
Descubrir
que Dios desea encender “la chispa de tu vida” que el “se ha llevado cautiva
toda cautividad”, que Él te motiva a “proseguir rumbo a la meta sin mirar
atrás”, que “él tiene un futuro y una esperanza para ti, pensamientos de bien y
no de mal”, que con su ayuda eres fuerte, valiente y victorioso.
!Que
en Él eres más que vencedor!
Por
Dios no hay tiempo ni espacio para el aburrimiento. Te aseguro, cree en el
Señor Jesucristo y tu vida nunca más será aburrida. El cambia tu “aburrimiento
en gozo”.
¡Maranata!
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