Juan 15; 4
Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si
no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Para permanecer
en El debemos permanecer en su palabra: "Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos"; "la palabra de Dios
permanece en vosotros (1Jn_2:14); "Si lo
que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis
en el Hijo y en el Padre" (1Jn_2:24);
"Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no
permanezca en tinieblas".
El permanecer en El significa que
andamos como El anduvo: "El que dice que permanece en él, debe andar como
él anduvo" (1Jn_2:6). "Todo aquel que
permanece en él no peca" (no practica el pecado) (1Jn_3:6;
1Jn_3:9). "El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en
él" (1Jn_4:16).
La palabra permanecer significa la
participación (tener comunión) con Cristo, es decir, participar de las
cosas mejores que pertenecen a la salvación (Heb_6:9).
Escuchamos a los apóstoles y aceptamos su testimonio para poder tener
participar (tener comunión) con ellos y, a través de su palabra, participar
(tener comunión) con el Padre y con el Hijo (1Jn_1:1-3);
"Fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro
Señor" (1Co_1:10); "La copa de
bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El
pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?" (1Co_10:16); "sois participantes conmigo de
la gracia" (Flp_1:7); "nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos en luz" (Col_1:12); " participantes del llamamiento
celestial" (Heb_3:1); "para que participemos
de su santidad" (Heb_12:10); "por
vuestra comunión (participación) en el evangelio" (Flp_1:5; Flp_4:15); "el privilegio de participar
en este servicio para los santos" (2Co_8:4);
" cooperemos con la verdad" (3Jn_1:8);
" participantes de la naturaleza divina" (2Pe_1:4); " participantes de la gloria que
será revelada", (1Pe_5:1).
"El que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre" (1Jn_2:17).
Debemos permanecer en Cristo para que Él
pueda permanecer en nosotros (1Jn_3:24; 1Jn_4:12). Este es el requisito primordial
para que el sarmiento tenga vida y lleve fruto. Permanecemos en El cuándo
guardamos su palabra (su enseñanza). "El que me ama, mi palabra guardará;
y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él".
"Judas ha salido y Satanás sacudirá al resto de ellos como a trigo (Luc_22:31 s) "; ¿permanecerían en Cristo? La
salvación de todo ser humano depende de dos cosas: (1) entrar en Cristo; y (2)
permanecer en Cristo (Apo_14:13).
Esta ilustración es sencilla y clara. Un niño
puede entenderla, porque si el sarmiento está separado de la vid,
inmediatamente comienza a secarse. Hay una diferencia, sin embargo, entre el
sarmiento literal y el discípulo de Cristo como sarmiento: el sarmiento físico
no puede, por medio de su propia fuerza, separarse de la vid, pero por su
propia voluntad y fuerza, el discípulo de Cristo sí puede alejarse de Cristo.
Los sarmientos espirituales que se
separan de la iglesia se separan de Cristo.
1Corintios
15; 58
Por
tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la
obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Con esta frase esperamos hallar en seguida la
conclusión del asunto. La admonición que va a seguir se basa en lo que Pablo explicó
a los corintios con respecto a la resurrección de los muertos. Dado que el
cristiano ha de ser resucitado con un cuerpo incorruptible para heredar el
reino de Dios, no conviene caer en la tentación que el mundo da de que “comamos
y bebamos, porque mañana morimos “ (ver. 32), sino seguir la exhortación que
Pablo da en las frases siguientes.
Con esta frase Pablo
recuerda a los corintios del amor que él tenía por ellos.
La confianza que la esperanza de la
resurrección da al cristiano le capacita para tomar una posición de firmeza
para no ser movido de ella. Este
mandamiento de Pablo aparece en el tiempo presente, indicando que los corintios
siempre estuvieran manteniendo esta firmeza de resolución o de determinación.
Esta palabra es sinónimo de la palabra
“firmes”. Todo cristiano tiene la
necesidad de prestar mucha atención a tal exhortación apostólica.
No basta que el
cristiano solamente se ocupe algo en la obra del Señor; tiene que abundar
en ello. Esta es la única actitud que vale. Muchos al parecer se contentan con
la obra que consideren lo más mínimo posible y que al mismo tiempo no les
condene.
La duración de
esta ocupación total, según las oportunidades y talentos del cristiano individual,
es para “siempre”. ¡Muchos cristianos han comenzado bien pero al pasar los años
han dejado de abundar en la obra del Señor!
La obra del
Señor son las cosas que se encargan al individuo en su vida de cristiano al
peregrinar en este mundo. Efe_2:10; Tit_2:14; 1Pe_2:11-12.
Lo que el cristiano hace en conexión con el
Señor no resulta en vano. Este conocimiento le motiva para que siempre esté
abundando en la obra del que venció la muerte.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
No hay comentarios:
Publicar un comentario