Salmo
5; 3
Oh SEÑOR,
de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
Lo primero que
hace el salmista es buscar la presencia, dirección y protección de Dios. Uno de
los dones más extraordinarios que Dios ha dado a los seres humanos es la
habilidad de usar palabras, de comunicarse, y sobre todo comunicarse
personalmente con él. Mi suspiro
es un habla apenas audible, un murmurar interior. Dios es un Dios que oye la
oración. El Señor no toma en cuenta las palabras solamente, sino también las
intenciones del corazón. Siempre ha sido
así, y sigue como siempre dispuesto a oír la oración. El secreto de una
relación íntima con Dios es orar a El puntualmente cada mañana. Por la mañana nuestras mentes están más libres de
problemas y además podemos encomendar el día entero a Dios. La comunicación
regular es fundamental en cualquier relación y ciertamente es necesaria para
tener una firme relación con Dios. Necesitamos comunicarnos con El diariamente.
Tú que lees esta meditación ¿Pasas un tiempo regular en oración y lectura de la
Palabra de Dios?
Salmo
63; 1
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Oh Dios,
tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te
anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.
David estaba
demasiado solo cuando se escondía de sus enemigos en el árido desierto de
Judea. Estaba muy solo. Deseaba un amigo en el que confiar para aliviar su
soledad. No hay duda de por qué clamó: "Dios mío[...] mi alma tiene sed de
ti[...] en tierra seca y árida". ¡Oh Dios, tú eres mi Dios! ¡Qué
privilegio poder decir esto! El que más conoce a Dios, más lo busca. El
salmista no es un extraño para Dios, es un amigo anhelando más comunión. Alma
… cuerpo indican que todo su ser desea la comunión con Dios. Tierra
árida debe explicar la situación del salmista, pero se refiere también a
situaciones de aridez espiritual.
Si tú estás solo
o tienes sed de algo duradero en tu vida, recuerda la oración de David. ¡Únicamente
Dios puede satisfacer nuestros deseos más profundos!
Temprano yo te
buscaré. El cristiano verdadero dedica a Dios la hora más temprana. Abre los
ojos de su entendimiento con los de su cuerpo, y cada mañana se despierta a la
justicia. Se levanta con la sed de las consolaciones que el mundo no puede dar,
y tiene el recurso inmediato de la Fuente del agua de vida por medio de la
oración y la Palabra de Dios en la Biblia.
El creyente
verdadero está convencido de que nada de este mundo pecador puede satisfacer
las necesidades y los deseos de su alma inmortal; él espera su felicidad de
Dios, como porción suya. Cuando la fe y la esperanza se ejercen más, el mundo
parece un desierto agotado y el creyente anhela los goces del cielo, de los
cuales tiene algunos anticipos en las ordenanzas de Dios sobre la tierra.
¡¡Maranata!!
¡¡Ven pronto mi Señor Jesús!!
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