} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 26 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 26 de febrero de 2018

26 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Salmo 5; 3
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración  a ti, y con ansias esperaré.

Lo primero que hace el salmista es buscar la presencia, dirección y protección de Dios. Uno de los dones más extraordinarios que Dios ha dado a los seres humanos es la habilidad de usar palabras, de comunicarse, y sobre todo comunicarse personalmente con él. Mi suspiro es un habla apenas audible, un murmurar interior. Dios es un Dios que oye la oración. El Señor no toma en cuenta las palabras solamente, sino también las intenciones del corazón.  Siempre ha sido así, y sigue como siempre dispuesto a oír la oración. El secreto de una relación íntima con Dios es orar a El puntualmente cada mañana. Por la mañana nuestras mentes están más libres de problemas y además podemos encomendar el día entero a Dios. La comunicación regular es fundamental en cualquier relación y ciertamente es necesaria para tener una firme relación con Dios. Necesitamos comunicarnos con El diariamente. Tú que lees esta meditación ¿Pasas un tiempo regular en oración y lectura de la Palabra de Dios?

Salmo 63; 1
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.

David estaba demasiado solo cuando se escondía de sus enemigos en el árido desierto de Judea. Estaba muy solo. Deseaba un amigo en el que confiar para aliviar su soledad. No hay duda de por qué clamó: "Dios mío[...] mi alma tiene sed de ti[...] en tierra seca y árida". ¡Oh Dios, tú eres mi Dios! ¡Qué privilegio poder decir esto! El que más conoce a Dios, más lo busca. El salmista no es un extraño para Dios, es un amigo anhelando más comunión. Almacuerpo indican que todo su ser desea la comunión con Dios. Tierra árida debe explicar la situación del salmista, pero se refiere también a situaciones de aridez espiritual.
Si tú estás solo o tienes sed de algo duradero en tu vida, recuerda la oración de David. ¡Únicamente Dios puede satisfacer nuestros deseos más profundos!
Temprano yo te buscaré. El cristiano verdadero dedica a Dios la hora más temprana. Abre los ojos de su entendimiento con los de su cuerpo, y cada mañana se despierta a la justicia. Se levanta con la sed de las consolaciones que el mundo no puede dar, y tiene el recurso inmediato de la Fuente del agua de vida por medio de la oración y la Palabra de Dios en la Biblia.
El creyente verdadero está convencido de que nada de este mundo pecador puede satisfacer las necesidades y los deseos de su alma inmortal; él espera su felicidad de Dios, como porción suya. Cuando la fe y la esperanza se ejercen más, el mundo parece un desierto agotado y el creyente anhela los goces del cielo, de los cuales tiene algunos anticipos en las ordenanzas de Dios sobre la tierra.

¡¡Maranata!! ¡¡Ven pronto mi Señor Jesús!!

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