Isaías 65; 2
Extendí
mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde, que anda por el camino que no es
bueno, en pos de sus pensamientos;
La
apertura de Dios y su deseo de redimir también a los samaritanos agotaron casi
todos los recursos. Este documento también revela los esfuerzos del profeta por
hacer volver a los samaritanos al redil, a fin de formar un solo pueblo. Pero
los samaritanos no podían responder a la altura de las expectativas proféticas,
en primer lugar por su antigua hostilidad contra Judá, contra Jerusalén, contra
el templo de Jerusalén, y por último contra los judíos que volvieron de
Babilonia y que encarnaban todos estos valores sionistas. En segundo lugar, no
podían responder a los planes divinos de redención por su apego a prácticas
religiosas que no les eran totalmente ajenas puesto que las habían practicado
desde los primeros días del establecimiento de las tribus de Israel en Canaán:
era el culto idólatra y animista contra el cual tanto combatieron los profetas
de antaño, cuando los reinos de Judá e Israel todavía estaban en pie.
Además
de las prácticas religiosas que eran una desviación o una corrupción de la
religión israelita, los samaritanos habían adoptado rituales de origen
mesopotámico, como los sacrificios en los jardines, el quemar incienso sobre
altares de ladrillos, el comer carne de cerdo y de ratón, y otros rituales
relacionados con el culto al dios de la fortuna o Gad, y a la diosa del
destino, que nos es conocida por el culto antiguo de los árabes, que la
llamaban Mani o Manat.
Colosenses 1;
19-20
Porque
agradó al Padre que en El
habitara toda la plenitud,
y por medio de El
reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la
sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la
tierra o las que están en los cielos.
Había una tendencia de pensamiento en la
Iglesia Primitiva que se llamaba el gnosticismo, y sus seguidores, gnósticos,
lo que quiere decir poco más o menos intelectuales o librepensadores. Estaban
insatisfechos con lo que consideraban la ruda sencillez del Cristianismo, y
querían convertirlo en una filosofía que pudiera estar, en línea con los otros
sistemas filosóficos de su tiempo.
Los gnósticos partían de la convicción
de que la materia era absolutamente mala, y el espíritu, absolutamente bueno.
Además mantenían que la materia era eterna, y que había sido de esa materia
imperfecta de la que se había formado el mundo. Los cristianos, para usar la
frase técnica, creen en la creación a partir de la nada, y los gnósticos creían
que el universo se había formado a partir de aquella materia mala.
Ahora bien: Dios es Espíritu, y por
tanto absolutamente bueno, y la materia, absolutamente mala; de ahí se deducía
que el Dios verdadero no podía tocar la materia, y por tanto no era el agente
de la creación. Así es que los gnósticos creían que Dios había producido una
serie de emanaciones, cada una más lejos de Dios que las anteriores, hasta que
por fin hubo una lo suficientemente distante de Dios para poder tocar la
materia y crear el mundo.
Con esta
declaración, Pablo refutó a los griegos la idea de que Jesús no podía ser
humano y divino al mismo tiempo. Cristo es todo humano y todo divino. Cristo
siempre fue Dios y siempre será Dios. Cuando tenemos a Cristo tenemos a Dios en
forma humana. No reduzca ningún aspecto de Cristo, ni su humanidad ni su
divinidad.
La muerte de
Cristo abre un camino para que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al
pecado que nos impedía disfrutar de una relación correcta con nuestro Creador.
Esto no significa que todos han sido salvos, sino que el camino ha sido abierto
para todo aquel que confíe en Cristo para ser salvo. Podemos tener paz con Dios
y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que murió en nuestro lugar. ¿Hay entre su
Creador y usted alguna distancia? Reconcíliese con Dios. Venga a Él a través de
Jesucristo.
¡Maranata! ¡Sí, ven
Señor Jesús!
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