} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 9 de febrero de 2018

9 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.




Lucas 15; 4-7

¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la que está perdida hasta que la halla?
   Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso;
   y cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: "Alegraos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido."
   Os digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.

15:4 ¿Qué hombre de vosotros (“Jesús apela a los propios sentimientos de sus oyentes”; la palabra hombre es enfática y la implicación es que si bajo estas circunstancias el hombre actúa así, cuánto más Dios lo hará) , teniendo cien ovejas (en esta parábola no hay distinción entre ovejas y cabritos como en Mat_25:32, porque en esta parábola, como en Eze_34:6, las ovejas son judíos) , si pierde una de ellas (por ej., los publicanos y pecadores que le escuchaban) , no deja las noventa y nueve (los fariseos y escribas que creían que eran muy justos) en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
Dios no actúa aquí como en otros textos bíblicos a la manera de un rey justo preocupado por restablecer la justicia a favor de los pobres, sino como el Padre que ama al pecador. No se fija en las estadísticas y los balances positivos de su gobierno en el mundo: todo lo olvida para gozar de una relación inaudita con una sola persona salvada de su propia maldad. Dios ama a los que no se han extraviado; pero hay una alegría indecible en su corazón cuando uno que estaba perdido vuelve a casa. Es mil veces más fácil volver a Dios que a las frías críticas y recriminaciones de algunas iglesias y "lideres", muy ortodoxas dónde se mira el “pedigrí” o el “apellido” para admitir o permitir.

 Jesús razona desde lo menor a lo mayor (de oveja a hombre).   Luc_11:11-13, razona desde lo humano (cómo el hombre actúa) a lo divino (cómo Dios actúa). Jesús razona desde el punto de vista de lo que ellos hacen o aprueban; es decir, Jesús buscaba al hombre perdido y los fariseos y los escribas; muy ortodoxos, murmuraban, pero ellos hacían la misma cosa si era oveja, pero como Jesús dice en otro texto (Mat_12:12), “Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja?” Así es que, si los fariseos aceptaran la primera parte de esta parábola, deberían aceptar la segunda parte. Si estaban de acuerdo con la actitud del pastor de ovejas, entonces deberían estar de acuerdo con la actitud de Cristo (el Buen Pastor, Jn_10:14) cuando se encuentra una de sus ovejas perdidas. ¿Cómo podían decir que los publicanos y pecadores tenían menos valor que las ovejas?
            Las ovejas son dadas a descarriarse y perderse. Son animales indefensos y necesitan dirección y protección. Por eso, el pueblo de Dios se comparan con ovejas. “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino”, Isa_53:6; “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”, 1Pe_2:25. Cristo vino al mundo para buscar y salvar a los perdidos (Luc_19:10).  (Sal_23:1-6; Isa_40:11; Eze_34:15-16).
           
15:5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; -- Esto es lo que se esperaría de un buen pastor entre ellos, y esto es precisamente lo que Cristo hacía en esos momentos. No como "lideres" de hoy en día que son ellos los que hacen tropezar y son de tropiezo tapando sus pecados, o por su permisividad mirando en otra dirección descarrían a la mayoría.
           
15:6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente,

Desde luego, la oveja es pasiva - es simplemente encontrada y llevada por el pastor, pero el pecador tiene que hacer algo - tiene que arrepentirse para ser “encontrado” por el Buen Pastor. Jesús ama a los pecadores y come con ellos, pero el gozo en el cielo depende de que se arrepientan. Este tema está desarrollado en una manera sublime en el caso del hijo pródigo (Luc 15:17-21).

  que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Jesús “emplea los términos de pecadores, justos, arrepentimiento, en el sentido exterior en que ellos lo entendían; ellos, que se imaginaban que bastaba formar parte del pueblo de la alianza y observar las ordenanzas levíticas para estar seguro de la salvación”.
            El gozo se pone en contraste con las murmuraciones de los judíos. Desde luego, los fariseos y los escribas se presentaban a sí mismos como justos en contraste con los publicanos y pecadores. Lo que Jesús dice en la parábola no significa que El también los clasificara como justos, pero el punto es que aunque ellos hubieran sido justos (como pensaban), se condenaban por su actitud hacia los perdidos. Para los fariseos y los escribas había gozo cuando algún pecador fue destruido, pero Jesús explica que cuando la oveja perdida es encontrada, hay mucho gozo en el cielo, precisamente como los amigos y vecinos del pastor se regocijaban con él cuando encuentra su oveja perdida (Hch_8:39; Hch_16:34). Los fariseos y los escribas murmuraban, pero el cielo se regocijaba.
            Mateo (18:10-14) registra esta parábola pero la aplica a la restauración de alguno de “estos pequeños” (sus discípulos).   Stg_5:19-20.
¡Feliz la oveja que Cristo fue a buscar dejando a las otras noventa y nueve! Y ¡pobres de los justos que no necesitan el perdón de Dios!
Hoy, en las grandes ciudades, la Iglesia parece que se quedó tan sólo con una oveja. ¿Por qué, entonces, no se marcha al campo, es decir, deja sus rentas, sus instituciones desgastadas, el estilo formalista de sus reuniones, para salir en busca de las noventa y nueve que se han perdido? Hay que salir del círculo tan simpático de los creyentes sin problemas, mirar más allá de nuestras ceremonias renovadas, y estar dispuestos a que nos critiquen como a Jesús.    

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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