Filipenses 1; 9-11
Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más
y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento,
a fin de que escojáis lo mejor, para que
seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo;
llenos del fruto de justicia que es
por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios
1:9 -- " Y esto pido en oración "
Pablo oraba mucho por los
hermanos, Efe_1:16; Efe_3:14-19; Col_1:9-12.
¡Qué aliento para los filipenses al saber que Pablo oraba por ellos! ¿Qué pidió
por los filipenses? Muchas veces la mejor manera de influenciar a alguien es
orar por esa persona. Pablo oró que los filipenses se unieran en amor. El amor
de ellos fue el resultado del gran conocimiento de Cristo y de la profunda
visión (discernimiento moral). Ese amor no se basaba en sentimientos sino en lo
que Cristo había hecho por ellos. En la medida que crezca en el amor de Cristo,
su corazón y entendimiento deberán crecer juntos. A la acción de gracias sigue la intercesión. Esta
es la recta continuación en las posturas que el hombre debe adoptar en su
oración ante Dios. Lo que Pablo pide para la comunidad es el amor. Un amor que
debe crecer, porque siempre es capaz de crecimiento. La comunidad cristiana
debe ser una comunión en la que todos están unidos entre sí por el amor. Pero
también hacia fuera debe ser este amor activo.
Ciertamente se puede hablar del amor y del afecto
en un sentido muy diverso y aun poco amable. Puede asaltarle a uno, en momentos
aislados, un dichoso sentimiento feliz de abrazar a toda la humanidad, a
millones de hombres, pero ¿qué prueba esto? El amor puede degenerar en
disimulado y adornado egoísmo a dos, a cuatro o a unas decenas de personas. Se
ha menester una inspección crítica que destruya toda ilusión. El amor debe ser
clarividente. No es, pues, el amor un torbellino que pasa sino, para los cristianos,
una postura que debe mantenerse constante y en la que él mismo debe persistir.
El amor se conserva y se acredita en las minucias en las cosas cotidianas, en
los encuentros, doquiera se puede chocar con otro. Y por eso debe ir asociado a
la sensibilidad, a la finura y delicadeza de sentimientos.
" que vuestro amor abunde”.
En esta carta como en las otras, se refiere constantemente al amor. No
hay palabra en el vocabulario humano más pervertido que la palabra
"amor". Se emplea comúnmente como alguna emoción, pasión o
sentimiento, pero Pablo pide en oración que el amor de los filipenses sea
inteligente, enterado y juicioso. El conocimiento sin amor no vale nada (1Co_13:1-3), pero el amor no será bíblico si no
aprende la voluntad de Dios.
"Si amamos algo
deseamos saber cada vez más de ello; si amamos a una persona queremos saber
cada vez más de ella; si amamos a Jesús, cada día deseamos aprender más de él y
de su verdad. El amor es siempre sensible a la mente y al corazón de la persona
amada. Si el amor hiere torpemente y ciega los sentimientos de la persona
que se pretende amar, de ninguna manera es amor"
"... en
ciencia y en todo conocimiento ", " en conocimiento verdadero
y en todo discernimiento”
Quería que el amor de ellos
creciera en conocimiento. Sin el conocimiento de la palabra de Dios el pueblo
queda indefenso (Ose_4:6). Los filipenses tenían
conocimiento, pero Pablo quería que su amor creciera más, que ellos tuvieran
"abundancia" de conocimiento y discernimiento. 2Pe_1:8; 2Pe_3:18.
La palabra
"discernir" indica que el cristiano tiene que hacer muchas
decisiones. No debe amar lo que Dios aborrece. No debe dar su devoción y su
lealtad al error. El amor del cristiano no es ciego.
En esta misma carta
Pablo dice "Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros,
guardaos de los mutiladores del cuerpo" (Fil 3:2).
Este mandamiento requiere la prudencia y cordura para discernir entre el bien y
el mal y entre las cosas que importan y las que no importan. Fil 3:17-19.
La tragedia principal
en el mundo religioso es que millones de personas aceptan alguna religión falsa
por no haberla investigado. Su amistad y confianza son ganadas por algún falso
maestro (sacerdote, pastor, evangelista, "élder", "siervo"
u otro) y sin hacer un estudio objetivo de lo que se enseña (1Ts_5:21; 1Jn_4:1) aceptan lo que se afirma, se
comprometen a ese sistema falso y llegan a ser fieles y fuertes miembros de
dicha religión falsa. Los cristianos verdaderos -- por fuertes que sean en la
verdad -- deben investigar con todo cuidado toda enseñanza que se presente. Les
conviene estudiar y tener convicciones fuertes para no ser engañados por los
que enseñan el error, sean sectarios, sean hermanos liberales, o sean hermanos
"conservadores" que enseñan error sobre la Deidad de Cristo, o sobre
el divorcio y segundas nupcias, o que imponen sus opiniones sobre la iglesia
para causar disensión y división. Es imprescindible que los miembros de toda congregación
sean doctrinados en todo el consejo de Dios (Hch_20:20;
Hch_20:27) para no ser víctimas del error.
1:10 " para que aprobéis lo mejor”.
El amor que crece en ciencia puede discernir entre el bien y el mal,
entre lo que agrada a Dios y lo que no le agrada. El lenguaje que se usa aquí
se basa en pesar y examinar metales. Después de examinar bien algún asunto, los
maduros escogen y aprueban lo mejor.
La oración
de Pablo se convierte en exhortación. No se dan instrucciones concretas, sino
que se expone un principio que lo abarca todo: «Ama y haz lo que quieras», dirá
más tarde el doctor de la Iglesia, Agustín. Si se quisiera equiparar la opinión
del Apóstol a esta sentencia, se podría resumir: Ama y haz lo que juzgues
oportuno. Este discernimiento se aplica a los hechos concretos, pues cada cosa
va ligada a su momento, y dejar escapar una oportunidad puede constituir una
falta.
"distingáis entre cosas
que son diferentes".
Debemos ser cristianos
inteligentes y juiciosos. Debemos imitar a los de Berea (Hch_17:11), investigando y examinando todo a luz de
las Escrituras, y juzgando todas las cosas según su naturaleza verdadera, nunca
siendo guiados por la apariencia, ni tampoco por los sentimientos y emociones.
Los ingenuos pueden ser engañados fácilmente. Es indispensable que todo miembro
crezca "para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina" (Efe_4:14). ¡Qué
trabajo urgente tenemos los evangelistas de enseñar y confirmar a todo
converso! Cuesta tiempo estudiar para prepararnos y luego enseñar, enseñar,
enseñar. Todo evangelista debe leer frecuentemente lo que Pablo dice a
Timoteo (2Ti_4:1-5), "que prediques la
palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo... " Muchos, tanto hermanos
como visitantes, tienen "comezón de oír" cosas placenteras (2Ti_4:3; Isa_30:9-10), pero lo que necesitan oír es la
Palabra de Dios no adulterada.
En cada reunión de la
iglesia y en cada clase debe haber edificación. Lamentablemente muchos hermanos
(por haberse convertido de iglesias pentecostales o por haber comenzado con
hermanos liberales) dedican mucho tiempo en cada reunión a lo que ellos
consideran "exhortación" con muy poca substancia bíblica, y dedican aún
más tiempo a los cantos. Hay hermanos que cantan y cantan y cantan, con muy
poco deseo de estudiar la Biblia. (En estos casos probablemente nadie preparó
clase bíblica o sermón). Se oye a veces exhortaciones usando el himnario como
"biblia", porque se sabe más del himnario que de la Biblia. Es
importante cantar (Efe_5:19; Col_3:16) pero no
es correcto que el cantar substituya la predicación y la enseñanza. Aun cuando
aprovechamos bien el tiempo para enseñar la palabra, estamos enseñando
solamente una pequeña porción de la Biblia a la gente en la predicación y en
clases bíblicas.
Amados hermanos, "os
encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder
para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados " (Hch_20:32).
Si los miembros no reciben enseñanza bíblica, no podrán discernir, no
podrán hacer buenas decisiones, y serán llevados por falsas doctrinas, por las
opiniones de los extremistas, y por impulsos carnales. El mundo en que vivimos
es un mundo que ya perdió todo sentimiento de lo que en realidad vale. Para
muchos no hay nada sagrado. La vida misma no vale para ellos como se puede en
la aceptación del aborto. Para muchos el matrimonio no vale (muchos prefieren
vivir en unión libre). ¡Cuántos "apenas existen" de un día al otro
tomando alcohol y usando drogas! La revolución sexual sigue en pie. Los
miembros de la iglesia necesitan oír y aprender mucha Biblia para poder
combatir la influencia de "la moda". Los jóvenes tienen que aprender
argumentos fuertes para combatir la evolución y otros aspectos del humanismo en
la escuela. El diablo no descansa.
" para
que seáis sinceros "
Como cosas expuestas a la luz
brillante del sol, y habiendo sido examinadas, se manifiestan como puras y sin
falta. La palabra "sincero" viene del latín (sine cera), sin
cera, la miel sin la cera. El cristiano verdadero acepta solamente la verdad,
no mezclada con error. No usa el engaño en los negocios. No usa la fe en Jesús como máscara. Es como Natanael (Jn 1:47), "un verdadero israelita, en quien no hay
engaño". El cristiano es cumplidor: cumple sus promesas, su palabra es
confiable, es cumplido en el trabajo, es justo con el patrón, con los
trabajadores, y con los clientes. El cristiano es lo que profesa ser.
" irreprensibles ",
APROSKOPOI, sin ocasión de tropiezo, sin reproche,
intachables (1Ti_3:2; 1Ti_4:12). Esta palabra
puede significar no dar ocasión de tropiezo, o simplemente no tropezar. En este
contexto el sentido pasivo cabe mejor: ser irreprensibles, no tropezar
nosotros.
“para el día de Cristo ", (2Pe_3:10).
Es necesario ser irreprensibles (Jud_1:24; Efe_5:27)
para el día final, cuando Cristo venga. El día de Cristo significa liberación, salvación, siempre y
definitivamente.
Y todas estas cosas siguen faltando. Somos
conscientes de ello. No nos las podemos dar por nosotros mismos y el decurso de
los siglos que ya han desfilado o que se inicia ahora nos las escatima. Y así,
la comunidad cristiana actual, no menos que la de aquel tiempo, está en camino
y pendiente hacia el «día».
Hay una hora de prueba en la presencia de Dios,
una hora que nos quiere ver puros e irreprochables. Pero, una vez más, es
decisivo no dejarla pasar en vano, porque el fruto de justicia, que debemos
llevar con nosotros, debe ser el que nos justifique. No lo conseguimos por
nosotros mismos; ni siquiera el impulso procede de nuestra propia cosecha; el
fruto viene por Jesucristo. Pero debemos prestarnos a su impulso. Pues en
Cristo nos hemos hecho dignos de alabar y glorificar a Dios. El día por el que
anhelamos lo pondrá de manifiesto.
1:11 -- " llenos
de frutos de justicia”
Figura de un hermoso árbol lleno de fruto celestial. Pablo quiere que
haya una cosecha espiritual y abundante. ¿De qué? "El fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe (fidelidad), mansedumbre,
templanza (dominio propio)", Gál_5:21-22.
"El fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando
lo que es agradable al Señor", Efe_5:9-10.
"En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto", (Jn_15:8). "El fruto del justo es árbol de
vida" (Pro_11:30). Stg_3:18,
"Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la
paz".
¿Qué tan
"llenos" estamos de los frutos de justicia? El servicio que el
cristiano ofrece a Dios no debe ser mediocre. Su conducta debe resultar
"en beneficio de la obra". Su amor debe "abundar" más y más
en conocimiento y discernimiento. Dice Pablo "completad" mi gozo.
Dios suplirá "todo lo que os falta conforme a sus riquezas"; por eso,
debemos ser generosos en nuestro servicio a Dios. Los que solamente quieren
saber el "mínimo" de lo que Dios requiere de nosotros no estarán
"llenos" de frutos de justicia.
" que son por medio de Jesucristo
"
Fil 3:7-11, no por medio de la ley de Moisés. Los
"frutos de justicia" incluyen todos los rasgos de carácter que fluyen
de una correcta relación con Dios. No hay otra manera de conseguir estos frutos
de justicia que no sea a través de Cristo
“para gloria y alabanza de Dios ".
Dios no es alabado solamente
por los himnos, oraciones y sermones, sino también por las varias actividades
de nuestras vidas fieles que demuestran que en verdad sostenemos la relación de
hijos de Dios. Alabamos a Dios diariamente con vidas obedientes y cumplidas,
vidas sujetas a su voluntad. "En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Jn_15:8).
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor
Jesús!
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