Romanos
9; 5
de quienes son los patriarcas, y de quienes,
según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios
bendito por los siglos. Amén. (LBLA)
“Cristo, el cual es Dios.” Cristo, según la carne, era judío, ¡la
gloria más grande de los judíos! Sin embargo, le crucificaron. Este pasaje
afirma la Deidad de Cristo: “Cristo es Dios.”
La Versión Nuevo
Mundo, de los Testigos de Jehová, cambia el sentido del pasaje, para negar esta
verdad, porque ellos niegan que Cristo es Dios. Dice, “a quienes pertenecen los
antepasados y de quienes (provino) Cristo según la carne: Dios, que está sobre
todos, (sea) bendito para siempre. Amén.”
Por
medio del uso de signos de puntuación, su versión cambia el sentido, haciendo
una división entre Cristo y Dios. Su versión da a entender que Cristo
provino según la carne, y que Dios que está sobre todos sea
bendito, como si Cristo no era Dios.
Debe
notarse que su Interlineal no sigue la misma puntuación. No pone dos puntos
después de la palabra, “carne” (cosa que hace separación de sentido), sino una
coma (cosa que indica que algo adicional a lo anterior se agrega), como es
correcto. Es un cambio muy sutil, pero logra su propósito diabólico.
Los Testigos de Jehová no quieren
admitir que Jesucristo es nuestro gran Dios. (Para ellos Jesucristo es un ser
creado). No pueden admitir que se haga aquí referencia a una sola persona. Su
Interlineal tiene un solo artículo definido, pero en la traducción se ponen
dos, “del Dios y (del) Salvador”. La Versión Nuevo Mundo dice, “del gran Dios y
de nuestro Salvador Cristo Jesús”, dejando la impresión de que se hace
referencia a dos personas.
Este pasaje presenta claramente
la deidad de Jesús; ¡es Dios! ¡Es nuestro gran Dios! El texto griego emplea en
esta frase un solo artículo definido, diciendo, “la gloria del gran Dios y
Salvador de nosotros, Cristo Jesús”. No dice, “…del gran Dios y del Salvador…”,
como si se hiciera referencia a dos personas.
Los siguientes
pasajes prueban la Deidad de Cristo: Gén_1:26 (“hagamos,
nuestra”); Gén 11:7 (“descendamos y
confundamos”); Isa_6:8 (“Dios” está en plural,
“nosotros”); Isa_7:14 (el Señor y Emanuel = Dios
con nosotros); Isa 9:6 (el Cristo = Padre
eterno); Miq_5:2 (Cristo es eterno, atributo que
sólo toca a Dios); Mat_1:23; Jn_1:1; Jn_8:58
(Éxo_3:14); 20:28; Flp_2:6-11 más Isa_45:22-23; Heb_1:3; Heb_13:8 más Apo_1:17; Apo_1:8; Isa_48:12; Heb_1:8 y Heb 9,10; Sal_102:24-27; Col_2:9.
1Timoteo 2; 5
Porque hay un solo Dios, y
también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, (LBLA)
Se da una razón. El
ofrecimiento de la salvación para todos los hombres (pues son de origen común, Hch_17:26) es basado en el hecho de la unidad de Dios
(Rom_3:29-30).
La
salvación es una (universal, para todos los hombres) porque Dios es uno. 1Co_8:6; Gál_3:20;
Efe_4:6. Pablo concluye con la afirmación de las grandes verdades de la
fe cristiana.
Hay un
solo Dios. No vivimos en un mundo como el
que los gnósticos inventaron con sus teorías de dos dioses hostiles entre sí.
No vivimos en un mundo como el que suponían los paganos con su horda de dioses,
a menudo rivales entre sí. Los misioneros nos dicen que uno de los grandes
alivios que trae el Cristianismo a los paganos en la convicción de que no hay
más que un solo Dios. Viven constantemente aterrados con los dioses y es para
ellos una emancipación el descubrir que no hay más que un solo Dios cuyo nombre
es Padre y cuya naturaleza es amor.
y un solo mediador entre Dios y los
hombres para esta salvación única y universal. Esta es
otra razón de por qué orar por todos los hombres; pues todos tienen un solo
mediador para con Dios. Heb_8:6; Heb_9:15; Heb_12:24 Aun los judíos habrían
dicho que hay muchos mediadores entre Dios y el hombre. Un mediador es uno que
se coloca entre dos partes y actúa como intermediario. .
El hombre no tenía acceso directo a Dios, ni según el
pensamiento judío ni según el griego. Pero por medio de Jesucristo, el
cristiano tiene ese acceso directo, que nada puede interrumpir. . Además, no
hay más que un solo mediador.
La Virgen María, y
los llamados santos, del catolicismo romano, no son intercesores entre Dios y
alguien. Uno solo es el Mediador,
Jesucristo. Hacer de una mujer (un ser humano) Intercesora y Corredentora
entre Dios y los hombres es negar la enseñanza de este pasaje inspirado. La
llamada "invocación de los santos" y la mediación de un humano en la
salvación de los demás seres humanos, es invención de la iglesia apóstata.
Esta voluntad salvífica de Dios se expone, en forma de tríptico, con
las palabras de una fórmula cristiana primitiva de profesión de fe. El Dios
único es creador de todos los hombres, vela como Padre por todas sus criaturas
y quiere la salvación de todos los hombres. Entre Dios y la humanidad sólo hay
un mediador, que anuncia a los hombres la voluntad de Dios, los reconcilia con
Dios y establece la paz entre Dios y los hombres: «el hombre Cristo Jesús». Puede
ser mediador porque, como Hijo de Dios, tiene poder para desempeñar este papel
de mediador y, como hombre, pertenece al género humano y puede, por tanto,
mediar.
Y, ¿qué hizo este mediador? Entregó su vida, como representante, para
expiar por todo el género humano que estaba muerto por el pecado. «El Hijo del
hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por
muchos» (Mar_10:45). La muerte de Jesucristo en
la cruz por todos los hombres es el testimonio que Dios da de que ha llegado el
tiempo establecido -«cuando llegó la plenitud del tiempo» (Gal_4:4)- para el cumplimiento de sus promesas; es el
mensaje que el mismo Dios manifestó a los hombres. En esta fe en el único Dios
y en el único mediador Jesucristo radica el fundamento de la obligación que la
comunidad cristiana tiene de hacer oración por todos los hombres, sin límites.
Ahí está también el fundamento último de la esperanza y de la audaz confianza
de los cristianos, que incluyen a todos los hombres en su oración para que
«lleguen al conocimiento de la verdad».
Jesucristo hombre. No dice,
"Jesucristo, el judío", como si Dios quisiera la salvación de los
judíos solamente. No dice, "Jesucristo, el gentil", como si deseara
la salvación de los gentiles solamente. Dice, "Jesucristo, hombre",
representando a la humanidad total, pues Dios quiere que todos los hombres se
salven.
No dice,
"Jesucristo, un hombre", sino "hombre"; es decir, en
naturaleza (se hizo) hombre, igual que todos los hombres por los cuales debemos
orar.
Esta frase no niega
la deidad de Jesús (Jn 1:1; Jn_20:28; Rom_9:5; Heb_1:8;
1Jn_5:20), como tampoco dichos textos niegan su humanidad. El Verbo se
hizo hombre (Jn_1:14; Flp_2:5-7; Heb_2:14; Heb_10:5). Vino
a hacerse hombre para poder morir como hombre y por el hombre (Jn_10:17-18; 2Co_5:14-21; Gál_3:13; Efe_1:3-14; Heb_9:11-28;
Heb_12:24). Pablo pasa a llamar a Jesús el Que dio Su vida en rescate
por todos. Eso quiere decir simplemente que Le costó a Dios la vida y la muerte
de Su hijo el recuperar para Sí a los hombres.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!
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