} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 19 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 19 de febrero de 2018

19 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Proverbios 10; 22  
La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y El no añade tristeza con ella.

En la riqueza que es verdaderamente deseable no hay vejación de espíritu al disfrutarla; no hay tristeza por perderla; ni culpa por abusar de ella. Lo que viene del amor de Dios tiene por compañía a la gracia de Dios. La palabrería está asociada al pecado, pero la bendición divina es indeleble.
Dios dota a algunas personas con la capacidad personal y financiera para responder a las necesidades de los demás. Si estas personas se percataran de por qué Dios las bendice y si todas utilizaran sus medios para hacer la voluntad de Dios, el hambre y la pobreza se erradicarían. La riqueza es una bendición únicamente si la utilizamos conforme al propósito de Dios
La presencia y el favor de Dios en la vida del individuo le entregan una riqueza íntegra desde el aspecto prudente y el moral hasta el material. Por lo tanto, no hay consecuencias dañinas. Por supuesto el proverbio sintético no está diciendo que el hombre no debe esforzarse en su trabajo, sino que dentro del concepto total del éxito hay que sentir la presencia y la bendición divinas. El trabajo dado por Dios como una forma de realización puede cumplir sólo lo que fue la intención original de Dios (Gen_2:15-17; Exo_20:9).

2 Corintios 8; 9
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos.

El más grande e inspirador ejemplo de generosidad es la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Siendo rico: No es una referencia a la riqueza material de Jesús durante su vida terrenal, sino un reconocimiento de su eterna condición de Señor del cielo y de la tierra. Se hizo pobre a través de la completa entrega de sí mismo en la Encarnación y la Crucifixión.
El amor es probado por la liberalidad. Si de veras amaban los corintios, abundarían en la liberalidad de su ofrenda, exactamente como el amor de Cristo fue manifestado abundantemente en su gran sacrificio por el pecador. Se hizo pobre, dejando las glorias del cielo (Jua_17:5) para humillarse por nosotros (Flp_2:5-8). La encarnación, la crucifixión, y la resurrección de Cristo, nos enriqueció grandemente, dándonos la esperanza de vida eterna. La abundancia del amor de Cristo, pues, viene siendo nuestro criterio para la abundancia nuestra hacia los que son de Cristo.  Efe_2:1-10; Tit_2:14.
No hay evidencia de que Jesús fuera más pobre que muchos palestinos del primer siglo, más aún, Él se hizo pobre al ceder sus derechos como Dios y convertirse en un ser humano. En su encarnación, Dios voluntariamente se convierte en hombre: una persona totalmente humana, Jesús de Nazaret. Como hombre, estuvo sujeto a espacio, tiempo y a todas las demás limitaciones humanas. No perdió su poder eterno al convertirse en hombre, sino que puso a un lado su gloria y sus derechos (Filp_2:5-7). En respuesta a la voluntad del Padre, limitó su poder y conocimiento. Cristo se convirtió en "pobre" cuando se hizo humano, porque abandonó muchas cosas. Sin embargo, con ello nos hizo "ricos" porque nosotros recibimos salvación y vida eterna.
Lo que hizo la humanidad de Jesús única fue su libertad del pecado. En su completa humanidad, podemos ver cada aspecto del carácter de Dios expresado en términos humanos.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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