Filipenses 1; 3-8
Doy gracias a mi Dios siempre que
me acuerdo de vosotros,
orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,
por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta
ahora,
estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en
el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del
evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
Porque Dios me es testigo de cuánto os añoro a todos con el entrañable
amor de Cristo Jesús. (LBLA)
Pablo se presenta ante la comunidad en actitud
orante. Su corazón está lleno de gratitud cuando recuerda a los filipenses.
Sabía a la comunidad puesta bajo la custodia divina, pero los sigue
recomendando aún a este Dios protector. La cura de almas es también asunto de
oración: más aún, es primeramente un asunto de oración y falla con toda
seguridad cuando no está fundamentada en la oración del pastor. Esta actitud
describe la breve palabra «siempre». La oración incesante no puede ser
entendida en modo alguno de un modo estrictamente literal, sino como un actitud
de oración orientada a Dios, que debe determinar y definir la vida del
cristiano. La actitud de Pablo frente a Dios está concebida de manera personal,
habla de «mi Dios». Pero no se aprovecha de esta relación personal con Dios que
ha conseguido, ni hace mal uso de ella, sino que, por el contrario, toma de
aquí ocasión y posibilidad para expresar su agradecimiento. Quien sabe dar
gracias, quien siente la gratitud como lo necesario y lo primero, merece ser
llamado grande. ¡El prisionero Pablo da gracias!
“Doy
gracias..." A los romanos
dijo, " doy gracias a mi Dios... de que vuestra fe se divulga por todo
el mundo " (Rom_1:8). A los
tesalonicenses dijo, " Damos siempre gracias... acordándonos... de la
obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la
esperanza " (1Ts_1:2-3). También Pablo
estaba sumamente agradecido con los hermanos filipenses " siempre que me acuerdo de vosotros
", y es probable que se acordara de ellos frecuentemente, mayormente
en esos días por causa de la visita de Epafradito, el mensajero de Filipos.
Junto a la gratitud aparece el gozo. Este gozo del hombre privado de
libertad no puede beberse en fuentes naturaleza. Brota de Dios y llega hasta
Pablo cuando piensa en los filipenses, en todos ellos. A nadie se excluye. La
distancia espacial, el recuerdo vivido y la nostalgia de la separación hacen
brotar del corazón del Apóstol la conciencia de estar obligado a cada uno de ellos.
Los conoce a todos personalmente y de todos conserva el recuerdo. Y así, por
todos y cada uno puede orar. La comunidad no debería ser demasiado numerosa. El
cuño personal de la oración se extiende a los componentes de la comunidad.
Pablo los coloca a todos, renovadamente, delante de su Dios.
Pablo tuvo una experiencia muy amarga en
Filipos (Hch_16:19-24), pero en lugar de
recordarla con resentimiento él prefería recordar el amor, la fidelidad y la
comunión de la iglesia. ¡ Qué bueno fuera si este mismo espíritu de apoyo,
ternura, ánimo y hermandad existiera hoy en día entre todos los predicadores y
las iglesias con las cuales trabajan ! Es encantador cuando se combinan el
recuerdo y la gratitud. En nuestras relaciones personales es una gran cosa no tener
nada más que recuerdos felices; y ese era el sentir de Pablo con los cristianos
de Filipos. Los recuerdos no conllevaban pesares, sino solo felicidad.
En este pasaje se presentan las
marcas de la vida cristiana.
Está el gozo cristiano. Es con gozo como Pablo ora por sus
amigos. La Carta a los Filipenses se ha llamado La Epístola del Gozo. «Todo
el tema de la epístola es Yo me gozo-gozaos vosotros también.» Veamos la
descripción del gozo cristiano que nos presenta esta carta
“rogando
con gozo por todos vosotros ".
En esta carta aparecen las palabras "gozo" y "regocijo"
diez y seis veces. Parece que un pensamiento que corre a través de la carta es
el siguiente: " Me regocijo; regocijaos vosotros”. Si Pablo podía
regocijarse aunque estaba preso en Roma, entonces no debería ser imposible que
los hermanos filipenses se regocijaran también. Toda la carta respira gozo y
optimismo. En este versículo encontramos el gozo de la oración cristiana, el
gozo de presentar a los que amamos ante el trono de la misericordia de Dios.
Siempre debe haber gozo y paz profundos en presentarle a Dios en oración a
nuestros seres queridos y a otros.
Está el gozo de que se predica a Jesucristo. Cuando
uno experimenta una gran bendición, su primer instinto es compartirla; y hay
gozo en pensar que se predica el Evangelio en todo el mundo para que otro y
otro y otro se incorporen al amor de Cristo.
Existe el gozo de la fe. Si el
Evangelio no nos hace felices, nada nos hará felices. Hay un tipo de supuesto
cristianismo que es una verdadera tortura. El salmista decía: «Los que fijaron
la mirada en Él se pusieron radiantes» Sal_34:5).
Cuando bajó Moisés de la cumbre de la montaña le relucía el rostro. El
Cristianismo es la fe del corazón feliz y el rostro radiante.
Existe el gozo de ver que los cristianos
están en íntima comunión.
Eso era lo que le hacía prorrumpir en alabanzas al salmista Sal_133:1):
¡Fijaos qué cosa
tan preciosa es, y cuán maravillosa, el contemplar cómo conviven los hermanos
en perfecta armonía!
Es un gozo que no
depende de circunstancias favorables. 2Ti_4:13 ("
Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo
") puede indicar que Pablo se sentía con frío e incómodo, aparte de la
molestia de las cadenas y de estar privado de libertad. En Hch_16:24-25 vemos a Pablo y Silas en la cárcel en esa
misma ciudad de Filipos, y aunque estuvieron "en el calabozo de más adentro,
y se les aseguró los pies en el cepo" aun en esta condición oraban y
cantaban himnos a Dios. El gozo verdadero es un gozo indestructible.
Es el fruto del Espíritu Santo (Gál_5:22-23).
Pero no se trata sólo
de que ellos estén unidos al Apóstol. Se trata de que estén unidos al
Evangelio. Este Evangelio es una fuerza viva. Todavía no ha cristalizado en un
libro, sino que es la palabra vivificante de la predicación. La Escritura que
admitimos y confesamos debe ser constantemente suscitada, convertida en
lenguaje mediante la palabra. Ya antes de la codificación escrita del Evangelio
ha estructurado el Apóstol su Evangelio, ha fundado y edificado con su fuerza
varias comunidades. También los filipenses deben a esta palabra su existencia
como creyentes. Pero su participación en el Evangelio va más lejos. Deben
empeñarse en la predicación de la fe. No eran sólo hombres abiertos y
receptivos, eran también dispensadores. Y esto era así desde el principio. Su
apertura, por la que Pablo da gracias a Dios, consistía en que habían
comprendido la conexión íntima que se apoya en la fuerza espiritual de la
palabra, según la cual ésta debe ser de nuevo transmitida, y que justamente en
esta transmisión demuestra toda su eficaciaEn 2Co_8:2
Pablo dice respecto de las iglesias de Macedonia (Filipos era ciudad de
Macedonia) " que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su
gozo y profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad ".
Tenían gozo en medio de mucha tribulación y profunda pobreza.
El gozo del cual Pablo habla es el gozo
de la fe (1:25); el gozo de ver unidos a los cristianos (2:2), porque no puede
haber gozo en una iglesia dividida; el gozo de estar reunidos con hermanos
amados después de una separación dolorosa (2:28); el gozo de recibir a tales
hermanos (2:29); el gozo de estar en el Señor (3:1); el gozo de hermanos
ganados por el evangelio (4:1); y el gozo de recibir ayuda de hermanos amados.
Esta es una de las muchas veces en que Pablo usó la palabra gozo en su
carta. Los filipenses eran recordados con gozo y agradecimiento cuando Pablo
oraba. Al ayudar a Pablo estaban apoyando la causa de Cristo. No existe la paz
para nadie donde y cuando se han roto las relaciones humanas y hay peleas entre
las personas; y no hay panorama más maravilloso que el de una familia en la que
todos están vinculados en amor mutuo, o el de una iglesia cuyos miembros están
unidos entre sí porque están unidos a Jesucristo su Señor. (v) Existe el gozo
de sufrir por Cristo (2:17). En la hora de su martirio en la hoguera, Policarpo
oraba: " Te doy gracias, Padre, porque me has considerado digno de esta
hora.» El sufrir por Cristo es un privilegio, porque nos ofrece la oportunidad
de demostrar sin lugar a duda nuestra lealtad, y colaborar en la edificación
del Reino de Dios.
Existe el gozo de recibir noticias de
nuestros seres queridos
La
vida está llena de separaciones y de ausencias, y siempre produce gozo el tener
noticias de nuestros amados de los que estamos separados temporalmente. Un gran
predicador escocés habló una vez del gozo que se puede producir por el precio
de un sello de correos. Vale la pena recordar lo fácil que es dar gozo a los
que nos aman, y también lo fácil que es tenerlos en ansiedad, manteniéndonos en
contacto con ellos o no.
Existe el gozo de la hospitalidad cristiana.
Hay hogares de
puerta cerrada, y hogares de puerta abierta. La puerta cerrada es la del
egoísmo; la abierta, la de la bienvenida y el amor cristiano. Es una gran cosa
tener una puerta a la que puede llamar el forastero o el que tiene problemas,
seguro de que no la encontrará cerrada.
Existe el gozo de estar en Cristo.
Ya
hemos visto que estar en Cristo es vivir en Su presencia como el pájaro vive en
el aire, el pez en el agua y las raíces de la planta en la tierra. Nos es
natural estar contentos cuando estamos con la persona amada; y Cristo es el
Amador de Quien nada nos podrá separar nunca ni en el tiempo ni en la
eternidad.
Existe el gozo de la persona que ha ganado
a otra para Cristo
Los Filipenses eran el gozo y la corona de Pablo
porque había sido él el instrumento para traerlos a Jesucristo. Es el gozo de
los padres, los maestros y los predicadores el de traer a otros, especialmente
a los niños, al amor de Jesucristo. Sin duda el que disfruta de un gran
privilegio no puede estar contento hasta que lo comparte con su familia y
amigos. Y es que el evangelismo cristiano no es una obligación sino un gozo.
Hay gozo en un regalo
Los filipenses estaban dispuestos a ser usados en cualquier tarea que
El tuviera reservada para ellos. Cuando otros piensan en usted, ¿qué viene a la
mente de ellos? ¿Animan tus actos de amabilidad a otros?
“por vuestra comunión ", KOINONIA. Cuando
Pablo habló de la comunión en el evangelio de los filipenses, estaba señalando
su invalorable contribución a difundir el mensaje de Dios. Contribuyeron en
forma práctica cuando Pablo estuvo en Filipos y a través de un sostén económico
cuando estuvo en prisión. Cuando ayudamos a nuestros ministros, misioneros y
evangelistas, a través de la oración, la hospitalidad y las donaciones, pasamos
a ser parte de la comunión en el evangelio.
Esta comunión o compañerismo no se refiere a la "comunión"
de comer juntos en la "Sala de Comunión" construida adyacente al
sitio de reunión. Así hablan de comunión los hermanos liberales. No pueden
pronunciar la palabra "comunión" sin oler café y pan dulce. Los
cristianos deben comer juntos "en las casas" como hacían los hermanos
primitivos (Hch_2:46). Pero no es la obra de la
iglesia proveer salas, cocinas, mesas y sillas, equipo de ping pong, cancha de
básquetbol, etc. en nombre de "comunión". La palabra no se usa así en
la Biblia.
Comentando sobre esta
palabra dice el diccionario Vine, "'comunión', de la participación en lo
que se deriva del Espíritu Santo, 2Co_13:14... Flp_2:1;
de la participación en los sufrimientos de Cristo, Flp_3:10... y en el coadyuvar en la extensión del
Evangelio mediante la aportación de dones, Flp_1:5, 'comunión
(en el evangelio)'".
La comunión bíblica
incluye, pues, la ayuda económica. En 2Co_8:4 la
misma palabra se traduce "participar", y en Rom_15:26
se traduce "ofrenda". La ofrenda para los santos en Jerusalén
fue el fruto de la participación de los contribuyentes, y la comunión entre los
que ofrendaron y los que recibieron la ofrenda. " El que es enseñado en
la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye " (Gál_6:6). La comunión de los filipenses abarcó la
buena atención que dieron al evangelio desde el día que lo oyeron con mentes
abiertas, su perseverancia en el evangelio a pesar de toda oposición, y la
demostración de su amor fraternal hacia Pablo supliendo sus necesidades
económicas. “En mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio,
todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia "
¡Qué estrecho lazo
había entre los filipenses y Pablo! ¡Qué hermosa la íntima relación que existía
entre ellos!
Algunos evangelistas
reciben ayuda económica de iglesias y de individuos. Debemos sentirnos muy
agradecidos con estos hermanos y debemos imitar a Pablo en la manifestación de
nuestra gratitud: orando por ellos, recordándoles (" os tengo en el
corazón " 1:7), y escribiéndoles.
Esta ayuda se llama
" olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
" desde
el primer día hasta ahora " indica que los hermanos filipenses
ayudaron a Pablo desde el principio de su obra en Filipos y hasta el momento de
escribir esta carta. ¿Por qué? Porque amaron el evangelio y amaron a Pablo. Los
hermanos que no quieren tener comunión con el evangelista -- dándole ayuda
monetaria para que pueda predicar el evangelio -- no aman ni al evangelista ni
al evangelio. El amor del cristiano por el Señor y por el evangelio no se mide
solamente por su fervor para cantar himnos y orar, sino también por su
disposición de ofrendar con sacrificio para que se lleve el evangelio a los que
nunca lo han oído. Los filipenses oyeron el evangelio unos diez años antes,
cuando Pablo y sus compañeros visitaron Filipos (durante el segundo viaje
misionero de Pablo) y fundaron la iglesia allí.
“estando
persuadido... perfeccionar á'".
Pablo expresó mucha confianza en los filipenses. Pablo tenía la plena confianza
de que como ellos comenzaron bien (Hch_16:11-40), también
seguirían fieles hasta el fin. El que comenzó la obra es Dios, y Pablo esperaba
que El seguiría obrando en ellos, produciendo " así el querer como el
hacer, por su buena voluntad " (2:13), es decir, a través de su
palabra (1Ts_2:13). Flp_2:13
y 1Ts_2:13 son textos paralelos. El Dios que comenzó la buena obra en
nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos
cara a cara. La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en
la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en
El. Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día
seamos más semejantes a Cristo. Pablo describe el proceso de crecimiento y
madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que
Cristo vuelva Pablo confía en que mantendrán esa fructífera actividad hasta el
retorno de Cristo. Apoya esta creencia no en la fidelidad de los filipenses,
sino en el propósito y fidelidad de Dios hasta el retorno de Cristo. Pablo dice
que tiene confianza en que Dios, que ha empezado una buena obra en los
Filipenses, la llevará a feliz término para que estén preparados para el día de
Jesucristo. Hay aquí todo un cuadro en griego que no es posible reproducir en
una traducción. El detalle está en que las palabras que usa Pablo para empezar
(enárjesthai) y para completar (epitélein) son términos técnicos que se
usaban para el comienzo y el final de un sacrificio. Había un ritual de
iniciación en relación con un sacrificio griego. Se encendía una tea en el
fuego del altar, y se metía en un cubo de agua para limpiarlo con la llama sagrada;
con el agua bendita se rociaban la víctima y las personas que la ofrecían para
dejarlos purificados y santificados. A continuación seguía lo que se llamaba la
eufémia, el silencio sagrado, en el que se suponía que el adorador
ofrecía sus oraciones al dios. Por último se traía un cubo de cebada, algunos
de cuyos granos Se echaban sobre la víctima y por el suelo alrededor. Estas
acciones eran el principio del sacrificio, y el término técnico para
realizarlo era el verbo enárjesthai que usa Pablo aquí. El verbo que
significaba completar todo el ritual del sacrificio era epitélein, que
es el que usa Pablo para completar. Toda la frase de Pablo se mueve en
la atmósfera del sacrificio.
Pablo contempla la
vida del cristiano como un sacrificio dispuesto para ser ofrecido a Jesucristo.
Traza la misma figura cuando exhorta a los Romanos a que presenten sus cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios (Rom_12:1 ).
Cuando Cristo
vuelva, será como la llegada de un Rey. En tales ocasiones los súbditos estaban
obligados a presentarse con dones para mostrarle su lealtad y su amor. El único
don que Jesucristo desea que Le presentemos es el de nosotros mismos; así que,
la suprema tarea de una persona es hacer que su vida sea idónea para
ofrecérsela. Solo la gracia de Dios nos puede capacitar para lograrlo.
Los hermanos no eran
pasivos sino activos en todo esto. Dios no puede perfeccionar su obra en
nosotros si somos pasivos. Tenemos que ocuparnos en nuestra salvación con temor
y temblor.
" hasta el día de Jesucristo
", 1Co_1:8; 1Ts_5:2; 2Ts_1:10.
Es el gran día final (2Pe_3:10; 2Ts_1:7-10).
" como
me es justo sentir esto de todos vosotros ". Era correcto, apropiado,
que Pablo tuviera esa actitud, porque los filipenses eran dignos de su
confianza.
" y en la defensa y confirmación del
evangelio ". Pablo
estaba en cadenas y su vida estaba en gran peligro, pero el pensamiento
principal de su mente no era su propia defensa, sino la defensa (APOLOGIA)
del evangelio y la confirmación de él. Cuando Pablo hizo su "defensa"
en Hch_22:1-30; Hch_24:1-27 y 26, en lugar de
presentar argumentos a favor de su liberación, aprovechó la oportunidad para
predicar a Cristo. Los filipenses eran verdaderos compañeros de Pablo en la
obra. No dejaron que nada les desanimara en la
defensa del evangelio.
" todos vosotros sois participantes
conmigo de la gracia ".
Como ellos habían participado en la predicación, la defensa y confirmación del
evangelio, participarán también de la bendición de Dios que acompaña tales
esfuerzos. Los filipenses están unidos a Pablo en sus sufrimientos y en su
testimonio del evangelio, lo cual es una evidencia de que poseen la gracia que
él ha experimentado. En este pasaje se hace hincapié en la idea de la
solidaridad cristiana. Hay varias cosas que los cristianos comparten.
Los
cristianos son solidarios en la gracia. Son personas que comparten una
deuda común con la gracia de Dios.
Los
cristianos son solidarios en la obra del Evangelio. No solo comparten un
don, sino también una tarea: la extensión del Evangelio. Pablo usa dos palabras
para expresar la obra de los cristianos por el Evangelio: habla de la
defensa y de la confirmación del Evangelio. La defensa (apologuía)
del Evangelio quiere decir su defensa frente a los ataques que se le hacen
desde fuera. El cristiano tiene que estar dispuesto para ser un defensor de la
fe, y dar razón de la esperanza que tiene. La confirmación (bebaíósis) del
Evangelio es la edificación de su fuerza desde dentro, la edificación de los
cristianos. El cristiano debe extender el Evangelio defendiéndolo contra los
ataques de sus enemigos y edificando la fe de sus amigos.
Los
cristianos son solidarios en el sufrimiento por el Evangelio. Siempre
que a un cristiano le toca sufrir por causa del Evangelio debe hallar fuerza y
consuelo en el pensamiento de que es uno de una gran compañía a través de todas
las edades y en todas las tierras que han sufrido por Cristo antes que negar su
fe.
Los
cristianos son solidarios con Cristo. En el versículo 8 Pablo tiene un
dicho sumamente gráfico. La traducción literal sería: " Os anhelo a todos
con las entrañas de Jesucristo.» La palabra griega es splanjna, que
designaba, lo mismo que la palabra hebrea correspondiente, rajamim, las
entrañas maternales que se suponía que eran la sede de la ternura y de la
compasión. Así es que Pablo está diciendo: " Os anhelo con la misma
ternura de Jesucristo mismo.» El amor que Pablo sentía para con sus amigos
cristianos no era otra cosa que el amor de Cristo mismo. " El cristiano no tiene anhelos aparte de
los de su Señor; su pulso late con el pulso de Cristo; su corazón palpita con
el corazón de Cristo.» Cuando somos realmente uno con Jesús, su amor fluye de
nosotros hacia nuestros semejantes a los que Él ama y por los que murió. El
cristiano es solidario con el amor de Cristo.
¿Has sentido alguna vez que no hay progreso en tu vida espiritual?
¡Cuando Dios inicia un proyecto, lo termina! Como en el caso de los filipenses,
Dios obrará en ti y te ayudará a crecer en gracia hasta que complete el trabajo
en tu vida. Cuando estés desanimado, recuerda que Dios no te abandonará. El
promete terminar la obra que ha comenzado en ti. Cuando te sientas incompleto o
afligido por tus faltas, recuerda las promesas y provisiones de Dios. No
permitas que tu condición actual te robe el gozo de conocer a Cristo o te
impida crecer más cerca de Él.
" Dios
me es testigo ", un juramento
serio. Cristo y Santiago condenan la práctica de jurar a la ligera (Mat_5:33-37; Mat_23:16-22; Stg_5:12), pero Pablo
invoca el nombre de Dios en forma solemne y reverente, tanto aquí en Flp_1:8 como en 2Co_1:23.
" de cómo os amo a todos
vosotros ", " os añoro " EPIPOTHEO,
se acordaba de ellos con mucha emoción. La palabra aparece otra vez en 2:26,
Epafrodito "os añoraba" y en 4:1, "hermanos míos, amados y
añorados"; también en 2Co_9:14, "su
anhelo por vosotros". El amor de Pablo por ellos era grande, pero no dejó
de exhortarles (3:1; 4:2).
con el entrañable amor de Jesucristo ". La palabra, "entrañas" (SPLANCHNON), se refiere a lo que
también se llama "el corazón" en la Biblia, con referencia en
particular a la ternura, compasión y misericordia. Los hebreos hablaron de las
entrañas como el sitio de las emociones más tiernas. Esta palabra se traduce
"corazón" en 1Jn_3:17; 2Co_6:12; y Flm_1:20.
En 2Co_7:15 se traduce "cariño".
El afecto que siente Pablo por ellos es idéntico al amor que Cristo
les prodiga. ¿Has deseado alguna vez ver a un amigo con quien pudieras hablar
sobre diferentes experiencias? Pablo tuvo ese anhelo, quería ver a los
cristianos en Filipos. Su amor y afecto por ellos se basaba no simplemente en
experiencias pasadas sino en la unidad que viene cuando los creyentes son
atraídos por el amor de Cristo. Todos los cristianos son parte de la familia de
Dios y poseen por igual el poder transformador de su amor. El destino del
Apóstol está encadenado al Evangelio. El que tropieza en el uno, tropieza en el
otro. Con el Apóstol está también en cadenas el Evangelio y con su defensa se
defiende también y se fortalece el Evangelio. No se trata de su persona. Como
en un diálogo con Dios, les protesta su amor, una vez más a todos ellos. La
sinceridad de sus relaciones con cada uno de ellos debe quedar bien patente y
asegurada ante Dios. Entra aquí un pastor de almas en áspero juicio consigo
mismo, pero Pablo tiene una conciencia clara y limpia. Amor era el único afecto
que le dominaba cuando pensaba en ellos. Habría que intentar imaginarse bien
los elementos concretos de que se componía la comunidad de Filipos: ricos y
pobres, viejos y jóvenes, sanos y enfermos, hombres, en fin, como nosotros, con
todas las debilidades y miserias humanas. Pudiera parecer exagerado y hasta
humanamente imposible que Pablo creyera profesar a todos ellos idéntico afecto.
De hecho, ésta era la realidad. En el Apóstol habla y obra otro, el mismo
Cristo Jesús. A través de él obra y ama, quiere amar y obrar, Cristo Jesús. En
este pasaje se da a conocer el punto nuclear de la existencia cristiana,
incomprensible, antinatural e irritante para la razón pura, pero punto central
del sentido de la vida para el creyente.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!
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