} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 27 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 27 de febrero de 2018

27 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Salmo 103; 2
 Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios.

Cuando el Señor nos “bendice”, examina nuestras necesidades y responde a ellas; cuando nosotros “bendecimos” al Señor, examinamos sus excelencias y respondemos a ellas.   “Bendecimos” a Dios mismo cuando hacemos un recuento de sus bendiciones. Bendice, oh alma mía es un automandato. El salmista dialoga consigo mismo. Vemos que toma una decisión definida de alabar a Dios. La Biblia manda que amemos a Dios. El amor involucra los sentimientos, pero es también un asunto de la voluntad. Hemos de decidir alabar a Dios. Conocer más a Dios requiere tiempo en adoración y comunión con él.

Podemos preguntar por qué dice bendice; ¿no es Dios quien bendice al hombre? Sí, pero lleva la connotación de agradar a Dios; el salmista quiere que Dios se goce con esta alabanza.

Todo mi ser utiliza una palabra que significa todo lo interior, todo que está adentro. El salmista involucra todos sus pensamientos, sus recuerdos, su mente, sus emociones, toda su persona en esta ofrenda de adoración.

No olvides llama la atención a nuestra tendencia de olvidar lo bueno que Dios ha hecho en nosotros. Es el orgullo del corazón humano que lo hace ingrato y olvidadizo (Deu_8:12-14). La palabra hebrea traducida beneficios significa hechos de bondad.
Todo lo que él hace nace de quien es él (nombre): nunca actúa fuera de lo que ha revelado y de lo que es. La alabanza de David se centró en los actos gloriosos de Dios. Es fácil quejarse de la vida. Sin embargo, la lista de David nos da muchas cosas por las que debemos alabar a Dios: perdona nuestras iniquidades, sana nuestras dolencias, nos rescata de la muerte, nos corona de favores y misericordias, sacia de bien nuestra boca y nos hace justicia y derecho. Recibimos todas estas cosas sin merecer ninguna de ellas. Por difícil que sea tu vida, siempre podrás contar tus bendiciones pasadas, presentes y futuras. Cuando te sientas como si no tuvieras nada por lo que alabar a Dios, lee la lista de David.

 Isaías 63; 7
Las misericordias del SEÑOR recordaré, las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que nos ha otorgado el SEÑOR, y la gran bondad hacia la casa de Israel, que les ha otorgado conforme a su compasión, y conforme a la multitud de sus misericordias.
Yahvé había tenido esperanza de que Israel fuera fiel (son mi pueblo, no engañaran), y por eso se ofreció como Salvador de él en todas sus angustias en todos los momentos críticos de su historia como pueblo. Tuvo tal providencia de su pueblo, que no lo salvó por medio de un mensajero o ángel, sino que le ayudó personalmente; su faz misma los salvó. La expresión faz de Yahvé equivale en la Biblia a la persona de Yahvé.
Pero se rebelaron y contristaron su santo espíritu. Aquí el espíritu de Yahvé obrando en la historia. Dios es como una energía divina que actúa en la historia de Israel y se manifiesta en su legislación. Oponerse a ésta es atentar contra su Espíritu o intención. Yahvé había comunicado a los caudillos del Antiguo Testamento su espíritu para realizar sus intenciones providenciales sobre su pueblo, y algunas veces ese espíritu se manifestaba carismáticamente en determinadas coyunturas de la historia. Israel no fue dócil a este Espíritu de Yahvé, y de ahí que incurriera en sus iras. Por eso Yahvé se convirtió en enemigo y combatió contra ellos, castigándoles y entregándoles a sus enemigos.

El unigénito Hijo del Padre se convierte en el Ángel o Mensajero de su amor; así los redimió y sustentó con ternura. Pero ellos murmuraron y resistieron a su Espíritu Santo, despreciando y persiguiendo a sus profetas, rechazando y crucificando al Mesías prometido.
Toda nuestra consolación y nuestras esperanzas surgen de la paciencia del Señor, y todas las miserias y temores, de nuestros pecados. Pero Él es el Salvador, y cuando los pecadores buscan al que en otros tiempos se glorificó salvando y apacentando su rebaño adquirido, y guiándolo a salvo a través de peligros, y les ha dado su Espíritu Santo para prosperar los trabajos de sus ministros, hay una buena base para tener esperanzas de que estén descubriendo el camino de la paz.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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