} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: CAUSA Y EFECTO

miércoles, 14 de febrero de 2018

CAUSA Y EFECTO



Tito 3; 3-7

   Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.
   Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad,
   Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
   que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
   para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
    
  Como hubo siete virtudes en los versículos 1 y 2, ahora en el 3 hay siete vicios. "Porque". Ahora se introduce una razón de por qué debe el cristiano vivir según las instrucciones de los versículos 1,2.
“nosotros también en otro tiempo éramos ". Los cristianos debemos reflexionar sobre la pasada manera de vivir, para así tener la conducta descrita en los versículos 1,2.Nosotros somos ejemplos ante el mundo de la gracia de Dios en los hombres. Además de eso, al recordar los cristianos cómo habían sido ellos antes de su conversión, ahora habrá menos peligro de que vuelvan a ello.
" necios” Es decir, sin comprensión, ignorantes. Literalmente, sin mente. La misma palabra griega aparece en 1Ti_6:9.   El inconverso actúa sin inteligencia. Pro_1:7.
"rebeldes"   La misma palabra griega aparece en Luc_1:17 (rebeldes); Hch_26:19 (rebelde); Rom_1:30 (desobedientes); 2Ti_3:2 (desobedientes).
"extraviados". Más bien, "engañados”.   El hombre que presume de "libre" ignora el hecho de que en realidad es esclavo del pecado.   El engañado desde luego anda descarriado, o extraviado. El pecado le engaña, haciéndole creer que en él hay satisfacción, pero todo es una ilusión.  2Sa_13:14. El engaño viene a la persona "insensata".
" esclavos de deleites y placeres diversos” El pecado reina en su vida (pero no en la del cristiano, Rom_6:12). Es su amo; él es su esclavo. Su vida está dominada por la concupiscencia y el deleite. Busca nada más satisfacer o agradar los sentidos físicos (igual que lo hacen los animales). La palabra griega para decir "concupiscencia" aparece también en 2Ti_2:22 (pasiones) y en 3:6 (concupiscencias). Sobre la palabra "deleites",   Luc_8:14 (placeres); Stg_4:1 (pasiones); 2Pe_2:13 (delicia).
"viviendo en malicia y envidia". El verbo griego significa guiar o pasar por, pasar tiempo. Se implica la palabra "vivir". La idea es la de pasar tiempo (en la vida) en estas cosas. La misma palabra griega aparece en 1Ti_2:2 (vivamos).  
         La palabra griega para "malicia" aparece también en Rom_1:29 (malignidades); Efe_4:31; Stg_1:21.
         Sobre la palabra "envidia", nótese que el amor no tiene envidia (1Co_13:4). Pero el mundo inconverso no ama, sino aborrece. Dice Pro_14:30 que "la envidia es carcoma de los huesos". La Biblia está repleta de casos de hombres que tuvieron envidia, pero siempre con consecuencias amargas. (Por ejemplo, la muerte de Abel; la venta de José a la esclavitud; la rebelión de Coré; la crucifixión de Jesús, Mat_27:18).
"aborrecibles". Son personas detestables, repulsivas; sólo sirven a sus propios intereses.
         Los padres que consienten a sus niños producen adultos que serán "aborrecibles", porque serán egoístas. Serán todo menos amorosos. Para mí es triste ver al niño consentido por sus padres. Es caso de una tragedia esperando su realización. Ya una vez grande, ese niño no sabrá amar, y chocará continuamente con otros iguales a él. Entonces se realizará lo que se expresa en la frase, "aborreciéndose unos a otros".
"y odiándonos unos a otros”. Este es el resultado de vivir juntos los aborrecibles. El odio produce odio. Miserable es el estado del pecador no regenerado (Rom_7:24).
La dinámica de la vida cristiana es doble.
Procede en primer lugar de la convicción del converso cristiano de no haber sido en el pasado en nada mejor que sus prójimos incrédulos. La bondad cristiana no le hace a uno orgulloso, sino agradecido. No mira a los demás con desprecio; dice, como Whitefield al ver a un criminal que llevaban a la horca: " Ese, si no fuera por la gracia de Dios, sería yo.»

Procede de la convicción de lo que Dios ha hecho por la humanidad en Jesucristo. Tal vez no haya otro pasaje en el Nuevo Testamento que presente de una manera tan resumida, y sin embargo tan completa como este, la obra de Cristo por los hombres. 

Hay aquí siete hechos sobresalientes acerca de esa obra.

(i) Jesús nos puso en una nueva relación con Dios.
 Hasta que Él vino, se creía que Dios era el Rey al Que todos temían, el Rey ante Quien todo el mundo se encogía de terror, el Potentado al Que solo se podía considerar con miedo. Jesús vino a decirles a los hombres que Dios es el Padre que tiene el corazón abierto y los brazos extendidos de amor. Vino a hablarles, no de la justicia que los perseguiría por siempre jamás, sino del amor que no los abandonaría nunca.

(ii) El amor y la gracia de Dios son dones que nadie podría ganarse nunca; solo se pueden aceptar con perfecta confianza y con un naciente amor. Dios les ofrece Su amor a los hombres solamente por la incalculable bondad de Su corazón, y el cristiano no piensa nunca en lo que ha ganado, sino en lo que Dios le ha dado. La clave de la vida cristiana debe ser siempre una gratitud admirada y humilde, nunca una orgullosa autosatisfacción. Todo el proceso se debe a dos grandes cualidades de Dios.
Es debido a Su bondad. La palabra original es jréstótés, que quiere decir benignidad. Quiere decir ese espíritu que, por pura bondad, está siempre dispuesto a dar todo lo que sea necesario. Jréstótés es la amabilidad que todo lo abarca y abraza, que se manifiesta no solo en un sentimiento cálido sino también en una actitud siempre generosa.
Es debido al amor de Dios a los hombres "de Dios nuestro Salvador". "y su amor para con los hombres". Estas últimas cinco palabras son una sola en el texto griego, filanthropia. (De ella viene la palabra española, "filantropía"). Se compone de dos palabras: amor, y hombre; es decir, amor hacia el hombre. La misma palabra griega aparece en Hch_27:3; Hch_28:2 (humanamente).
         Dios, nuestro Salvador, manifestó su bondad y filantropía. Se manifestó en el don de Su Hijo, quien murió por los pecadores (1Ti_1:15; Jua_3:16). Podemos leer en Gál_2:20 la expresión personal de Pablo respecto a lo que Dios hizo por él, Lo que aquí expresa en este versículo.
     El amor de Dios es designado por estos cuatro términos: gracia, bondad, filantropía, y misericordia. Los griegos apreciaban mucho esta hermosa palabra. La usaban refiriéndose a la amabilidad de un hombre bueno hacia sus semejantes, a la generosidad de un rey bueno hacia sus súbditos, a la activa compasión de un hombre caritativo hacia los que estaban en cualquier angustia, y especialmente a la compasión que movía a un hombre a redimir a un semejante que había caído cautivo.
Detrás de todo esto no hay mérito alguno por parte del hombre, sino solo la benigna amabilidad y el amor universal del corazón de Dios.

(iii) El amor y la gracia de Dios se transmiten a la humanidad por medio  de Su Hijo Jesucristo.   Dios comenzó a salvar en realidad al hombre perdido (del pasado y del futuro) cuando su bondad envió a su Unigénito Hijo a morir por nosotros. Había prometido esta salvación desde tiempos remotos (Gén_3:15), pero ahora se hizo una realidad.
 “no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho".  El hombre no se encuentra salvo en virtud de obras que él haya hecho en la esfera de la justicia. Ningún hombre salvo lo es legalmente. Este versículo concuerda con lo que dice Pablo en Efe_2:8-9, "sois salvos... no por obras". La salvación (vida espiritual) según la ley de Moisés dependía de perfección de obras de parte del hombre (Rom_10:5), pero ninguno bajo la ley la guardó perfectamente bien (Gál_3:10; Gál_3:12; Gál_5:3). Sencillamente el hombre pecador no puede salvarse a sí mismo.
         Pero las "obras" de esta frase que estamos comentando no han de ser confundidas con las condiciones del evangelio que tienen que ser obedecidas. Hay algo que hacer para ser salvo. Nótese la palabra "hacer" en los casos de conversión en Hechos (2:37,38; 9:6; 16:30,31; 22:10,16). Veamos también Heb_5:8-9; Rom_1:5 y Rom 16:26. La fe tiene que obedecer para que salve (Stg_2:24).
 Cuando el pecador cree en Jesucristo, se arrepiente de sus pecados, confiesa su fe en Cristo, y es bautizado para el perdón de sus pecados, ¡no está haciendo obras en la justicia! ¡Está obedeciendo al evangelio, y no tiene nada de qué gloriarse!
          
         Si la salvación fuera merecida por la perfección de obras de parte del hombre, sería cosa de deuda de parte de Dios (Rom_4:4). Pero todos han pecado (Rom_3:23). La salvación no puede ser por obras perfectas que hayamos hecho. Tiene que ser por la misericordia (gracia, amor, bondad) de Dios. Por eso es un don, o dádiva (Efe_2:8).
"por el lavamiento de la regeneración". Dios emplea el baño que trae regeneración. Mandó el bautismo en Cristo (Mar_16:16; Jua_3:3; Jua_3:5; Hch_2:38; Hch_22:16; Rom_6:3-4; 1Co_12:13; Gál_3:26-27; Efe_5:26; Col_2:12; Heb_10:22; 1Pe_3:21; Apo_1:5).
         La palabra griega, aquí traducida "lavamiento", aparece una vez más, en Efe_5:26. La iglesia de Cristo es el conjunto de personas que han sido purificadas en el lavamiento del agua del bautismo, según la Palabra nos enseña. Aparte del bautismo en Cristo, no hay otra "agua" que tenga que ver con el "lavamiento".
         Este lavamiento se llama "de regeneración" porque cuando la persona es bautizada en Cristo, nace de nuevo. Llega a ser "nueva criatura" que ahora anda en novedad de vida (Jua_3:3; Jua_3:5; 2Co_5:10; Rom_6:4). La palabra griega para decir "regeneración" se encuentra solamente aquí, y en Mat_19:28. Ya estamos en el tiempo de la regeneración, porque ahora es cuando los hombres por el evangelio pueden llegar a ser regenerados (hechos vivos de nuevo).  
"y por la renovación en el Espíritu Santo". Debe leerse, "del Espíritu Santo".  No hay nada en esta frase que apunte a bautismo, u otra cosa, en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo renueva; lo hace por medio del mensaje que inspiró. Es por la instrucción de El que somos bautizados en un mismo cuerpo, la iglesia de Cristo (1Co_12:13). Esta renovación es de Él. Es efectuada por Él.
         La palabra griega para decir "renovación" aparece solamente aquí y en Rom_12:2. La mente es renovada cuando la persona se sujeta a la enseñanza inspirada. Instruido por el Nuevo Testamento, el creyente obedece al evangelio, y así llega a ser nueva criatura (Rom_6:4; 2Co_5:17). El proceso de renovación sigue su marcha durante la vida del cristiano (Col_3:10; 2Co_4:16).
         Este pasaje no enseña la doctrina llamada "la regeneración bautismal" del catolicismo y del luteranismo. El bautismo no es ningún "sacramento" con méritos en sí. El bautismo solo no salva (como tampoco la fe sola, o el arrepentimiento solo, etc.). Pero tampoco enseña el Nuevo Testamento la doctrina de muchas iglesias llamadas "evangélicas" de que el bautismo no es esencial para la salvación.   
         Tampoco es el bautismo un mero "símbolo exterior de una gracia interior", como los bautistas y otros lo llaman. En el bautismo se apropia la sangre de Cristo, porque solamente en el bautismo somos "sepultados juntamente con él para muerte" (Rom_6:4; Col_2:12). El agua literal no lava pecados, pero ¡tampoco la sangre literal! El bautismo salva (1Pe_3:21) cuando el bautizado es sepultado juntamente con Cristo en su muerte. Es la muerte de Cristo en la cruz lo que hace posible que Dios nos salve (perdone) (Efe_1:7).
         Es interesante notar lo copioso que son los comentarios sectarios sobre este versículo. O enseñan que el bautismo es meramente un cuadro o símbolo de salvación (pero no esencial para la salvación, pues ella es por la fe sola, dicen), o que el pasaje enseña "la regeneración bautismal". Casi todos niegan que el bautismo es inmersión. Tienen que usar de mucha "explicación" y rodeo para evitar la fuerza obvia de este pasaje, y para no tener expuestas sus propias prácticas y creencias no bíblicas.
 En el Bautismo venía el poder purificador, recreador, de Dios.
En relación con esto Pablo usa dos palabras.
Habla del nuevo nacimiento (palinguenesía). Aquí tenemos una palabra que tenía muchas asociaciones. Cuando se recibía un prosélito en la comunidad judía, después de ser bautizado se le trataba como si fuera un bebé. Era como si acabara de nacer otra vez, y la vida empezara para él de nuevo. Los pitagóricos usaban esta palabra frecuentemente. Creían en la reencarnación, en que los hombres vuelven a la vida de muchas maneras hasta que son aptos para ser liberados. Cada retorno era un nuevo nacimiento. Los estoicos también usaban esta palabra. Creían que el mundo se destruía en una gran conflagración cada tres mil años para renacer después de nuevo, un mundo nuevo. Cuando se entraba en las religiones misteriosas se decía que se había " nacido de nuevo para la eternidad.» Lo importante es que cuando uno acepta a Cristo como Salvador y Señor, la verdadera vida empieza para él. Hay una calidad nueva en la vida que solo se puede expresar diciendo que se ha experimentado un nuevo y superior nacimiento.
Habla de una renovación. Es como si la vida estuviera desgastada; y, cuando una persona descubre a Cristo, tiene lugar un acto de renovación, que no se consuma en un momento de tiempo sino que se repite cada día.

(iv) El amor y la gracia de Dios se transmiten a la humanidad por medio de todo el poder del Espíritu Santo.   "el cual derramó en nosotros abundantemente". Se hace referencia al Espíritu Santo que, siendo Persona, bajo la figura de "derramar" (pues se derraman líquidos, no personas) es presentado como un don rico de Dios para todos los cristianos.
         En Joe_2:28-29 vemos la profecía que en parte se cumplió el día de Pentecostés. El Espíritu Santo iba a ser "derramado". Iba a ser derramado sobre "toda carne"; es decir, sobre judíos y gentiles. El día de Pentecostés fue derramado sobre los apóstoles (judíos); más tarde Cornelio y los suyos (gentiles) fueron bautizados en el Espíritu Santo. También en el siglo primero, durante la infancia de la iglesia, cuando se iba revelando toda la Palabra de Dios, los apóstoles repartían dones milagrosos, o dones del Espíritu (que eran nueve, 1Co_12:1-11). Hubo solamente dos casos de bautismo en el Espíritu Santo, y los dones espirituales pasaron con la perfección de la palabra revelada (1Co_13:8-10). Pero este pasaje no se refiere directamente a estos eventos y asuntos.
         El Espíritu Santo ha sido dado a todo cristiano (Hch_5:32). Debe morar en el cristiano rica, o abundantemente (Efe_5:18-19; Col_3:16). "Mora" en el cristiano exactamente como Dios el Padre, y Jesucristo, moran en él (Jua_14:23 Efe_3:17). La figura de "morar" da a entender "controlar, o guiar, para estar en comunión".
         La promesa del Espíritu Santo (Gál_3:14) es lo que él da (su don, Hch_2:38), que es la justificación (Gál_3:24) en Cristo Jesús. Todo cristiano tiene este don, pues todo cristiano ha sido justificado. La Palabra, que es la espada del Espíritu para combatir el error, debe morar en el cristiano abundantemente (Efe_6:17; Col_3:16). Así el cristiano está "lleno" del Espíritu Santo (Efe_5:18).
         Este pasaje en Tito se refiere a la recepción general de todo cristiano del Espíritu Santo, como expresión del gran amor de Dios al salvarle. El cristiano es beneficiario de todo lo que ha hecho el Espíritu Santo en el esquema de redención.
          "por Jesucristo". Jesucristo fue el medio personal por el cual vino el Espíritu Santo, pues él fue quien lo prometió (Jua_14:16-17; Jua_15:26).

  "para que justificados por su gracia". Ahora se expresa el propósito o el objeto de Dios al salvar al hombre pecador: para que venga a ser heredero de la vida eterna venidera. Esto requirió que el hombre primero fuera justificado de sus pecados, pues la paga del pecado es la muerte (Rom_6:23). Con este fin murió Jesús en la cruz (Efe_1:7; Rom_3:24-26).
         La imputación, o atribución, de la justicia de Dios es la misma cosa que el perdón de los pecados (Rom_4:6-8). Dios justifica al pecador al perdonarle. Esto es por el evangelio (Rom_1:16-17). Es a base de su gracia, pues el pecador no puede salvarse a sí mismo (Hch_15:11; 2Co_8:9; Gál_1:6).
  Este es el resultado de la justificación: ahora el hombre salvo de sus pecados es hecho heredero de la vida eterna.   
  El cristiano no tiene la vida eterna ahora en realidad (en promesa, sí 1Jn_2:25). Lo que tiene ahora es la promesa de ella, y su esperanza está basada en Dios quien no puede mentir.
         Un sumario de lo que ha dicho Pablo en los versículos 3 al 7 se ve en Rom_5:1-11. Declaraciones paralelas se ven en Efe_2:1-10 y en 1Ts_1:9-10. Éramos pecadores perdidos, pero Dios sobre su gracia hizo posible nuestro rescate, por medio de la sangre de su Hijo, y ahora los cristianos abrigamos la esperanza de la vida eterna, sirviendo al Dios Vivo.
  Por muy excelentemente que esté organizada una iglesia, por muy espléndidas que sean sus ceremonias, por muy hermosos que sean sus edificios, todo sería ineficaz sin ese poder del Espíritu Santo. La lección está clara. El avivamiento no viene a la Iglesia de una creciente eficacia en la organización, sino de esperar en Dios. No es que la eficacia no sea necesaria; pero no hay eficacia que pueda insuflar vida en un cuerpo del que se ha apartado el Espíritu.


(v) El efecto de todo esto es triple. Trae el perdón de los pecados pasados. En Su misericordia, Dios no nos los tiene en cuenta. Una vez había un hombre lamentándole lúgubremente sus pecados a Agustín. " ¡Pero, hombre -le dijo Agustín-, deja ya de contemplar tus pecados, y pon tu mirada en Dios!» No es que uno no deba estar arrepentido de sus pecados toda su vida, sino que su mismo recuerdo debería moverle a maravillarse de la misericordia perdonadora de Dios.

(vi) El efecto es también la vida presente. El Cristianismo no limita su oferta a las bendiciones del mundo venidero; ofrece a cada cual aquí y ahora una vida de una calidad que no había conocido antes. Cuando Cristo entra en la vida, empieza a vivir de veras por primera vez.

(vii) Por último, está la esperanza de cosas aún mayores. Los cristianos son personas para las que lo mejor está todavía por venir; sabiendo que, por muy maravillosa que sea la vida presente con Cristo, la vida venidera lo será incalculablemente más. Los cristianos conocen la maravilla de que sus pecados hayan sido perdonados, la emoción de la vida presente con Cristo, y la esperanza de una vida más plena por venir.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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