} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 2 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

domingo, 3 de marzo de 2019

2 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.




Juan 5; 24   De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 

   Jesús dice sencillamente que el aceptarle es la vida, y el rechazarle es la muerte. ¿Qué quiere decir escuchar las palabras de Jesús y creer en el Padre Que Le envió? Para decirlo lo más brevemente posible, quiere decir tres cosas:
 (i) Quiere decir que Dios es como Jesús nos dice, que es: que es amor; y es entrar en una nueva relación con El en la que el miedo ha sido desterrado.
(ii) Quiere decir aceptar la clase de vida que Jesús nos ofrece, aunque sea difícil y conlleve sacrificios, en la seguridad de que aceptarla es entrar en el camino definitivo que conduce a la paz y a la felicidad, y rechazarla es tomar el camino que conduce infaliblemente a la muerte y al juicio.
(iii) Quiere decir aceptar la ayuda del Cristo Resucitado y la dirección del Espíritu Santo, y encontrar así la fuerza para todo lo que implica el camino de Cristo.

Cuando lo hacemos, entramos en tres nuevas relaciones:
 (i) Entramos en una nueva relación con Dios. El Juez llega a ser el Padre; lo distante llega a estar cerca; la enemistad se convierte en confianza, y el temor en amor.
(ii) Entramos en una nueva relación con nuestros semejantes. El odio se convierte en amor; el egoísmo deja paso al servicio, y el rencor al perdón.
(iii) Entramos en una nueva relación con nosotros mismos. La debilidad pasa a ser fuerza; el fracaso, éxito, y la tensión, paz.
El aceptar el ofrecimiento de Cristo es encontrar la vida. Todos estamos vivos en cierto sentido; pero hay pocos que se puede decir que conocen la vida en el sentido más real de la palabra.  
La persona que acepta a Cristo ha pasado de muerte a vida. Ya en este mundo la vida se convierte en algo nuevo y emocionante; en el mundo por venir la vida eterna con Dios se convierte en una seguridad.
Jesús dice que el creyente tiene vida eterna para dar énfasis a que Dios siempre cumple sus promesas. No solamente se usa el tiempo presente, sino también aún se usa el tiempo pasado, para este propósito. Por ejemplo, Gén_17:5, Dios dijo a Abram, "te he puesto por padre de muchedumbre de gentes". Desde luego, en ese momento Abram no era padre de muchedumbre de gentes, pero la promesa de Dios es tan segura que desde ese momento habló de su cumplimiento como una realidad. 
         "Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó" (Jos_6:2). Le dijo esto antes de darle los mandamientos que deberían obedecer para obtener la victoria. ¿Por qué dijo, "yo he entregado en tu mano a Jericó" antes de hacerlo? Porque la promesa de Dios era tan segura que desde ese momento habló de la toma de Jericó como si fuera un hecho histórico. Isaías usa el tiempo pasado para hablar del Cristo, como si ya hubiera dado su vida en expiación por los pecados (Isa_53:1-12).
         Jesús dijo, "esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados" (Mat_26:28); no dice "será derramada", sino que aquí también usa el tiempo presente para enfatizar la certeza de su muerte.
         De esta misma manera dice "tiene vida eterna" para dar énfasis a la certeza de las promesas de Dios. Sin embargo, esta promesa de Dios tiene condiciones o requisitos: "El que oye mi palabra, y cree al que me envió". Como Jesús enseña en Luc_8:13, el que oye su palabra puede dejar de oír, y el que cree puede dejar de creer. Jesús no enseña que el que deja de oír y creer tiene vida eterna. Por lo tanto, Pablo dice, "El que piensa estar firme, mire que no caiga" (1Co_10:12) y Pedro dice, "Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás" (2Pe_1:10).
         Los que están en pecado están muertos, es decir, separados de Dios (Efe_2:1; Efe_5:14). Compárese Luc_15:32, el hijo pródigo "era muerto" y al volver "ha revivido". Cuando obedecemos al evangelio tenemos vida (estamos reconciliados con Dios). "Como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Rom_6:4). La vida eterna es nuestra herencia (Rom_8:17) y esta esperanza nos motiva a transformarnos a la imagen de Cristo. "Sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro" (1Jn_3:2-3).

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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