Lucas 5;
31-32
Respondiendo
Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están
enfermos.
No he
venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento
Lo que Jesús dice es
una verdad evidente (axiomática). El basa su argumento, pues, sobre una premisa
innegable. Los escribas y fariseos no podían negar que los publicanos estaban
“enfermos”; precisamente por eso no querían asociarse con ellos. Profesaban ser
los “médicos” del pueblo, pero no querían acercarse a los que ellos mismos
consideraban muy enfermos. Muchos evitan la compañía de tales personas para no
manchar su reputación. Generalmente se supone que a los del mismo carácter o
naturaleza les gusta juntarse. “Dime con quién andas y te diré quién eres”,
pero este refrán no se puede aplicar a Jesús, ni tampoco a sus discípulos que
siguen su ejemplo, porque su asociación con pecadores es la del médico con
enfermos. ¿Cómo puede el médico sanar al enfermo sin estar cerca de él? Sería
en extremo absurdo que el médico rehusara estar cerca de los enfermos. Eso es
su trabajo. De la misma manera, el trabajo de Jesús era sanar a los que estaban
enfermos espiritualmente. Éxo_15:26, “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu
Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que
envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”.
Mat_5:13, “Vosotros sois la sal de la tierra”. La sal no
solamente da sabor, sino que también preserva de la corrupción, pero para
hacerlo tiene que ser aplicada. Por eso, recordemos Jua_7:24, “No juzguéis
según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. Hay que evitar juicios superficiales.
Jesús y sus discípulos no eran socios o compañeros de
pecadores para participar con ellos en sus prácticas malas, sino para salvar su
alma.
Hay mucha diferencia entre lo que Jesús hizo y el asociarse
con pecadores sin enseñarles. A veces hermanos mundanos dicen que no es malo
asistir a un baile, pero ¿qué hace el cristiano en ese lugar? ¿Enseña y exhorta
a los que están bailando a arrepentirse? ¿Les enseñan el plan de salvación y
les invita a los servicios? Si están presentes, y callados, se identifican con
los demás aunque no estén bailando ellos mismos. ¿Por qué ir a la cantina para
tomar una limonada?
Los discípulos de Jesús son santos (santificados), separados
del mundo, pero ¿en qué sentido?
Heb_7:26, “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo,
inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los
cielo”. Aunque Jesús comía con los pecadores, estaba “apartado de los
pecadores”, porque no compartía ni su carácter ni su conducta. No compartía sus
pensamientos, propósitos, sentimientos y placeres. Estaba con ellos
físicamente, pero nada más.
1Co_5:9, “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los
fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los
avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería
necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno
que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente,
o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”. La Biblia no prohíbe que los
cristianos coman con los del mundo. El comer con ellos no es como la comunión
que tenemos con Dios y los fieles. Los cristianos deben imitar a Cristo,
comiendo con pecadores, para ganarles a la verdad. Mat_5:13, “Vosotros sois la
sal de la tierra”, y la sal tiene que ser aplicada para preservar de la
corrupción.
En la oración intercesora Jesús dice lo siguiente acerca de
sus discípulos: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del
mundo, sino que los guardes del Maligno 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del
mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me
enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me
santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”
(Jua_17:14-19). Los cristianos están en el mundo para ser la luz del mundo
(Mat_5:14-16). Obviamente, pues, es necesario que haya contacto entre los
discípulos de Cristo y los del mundo.
Entonces, ¿qué quiere decir Pablo en 2Co_6:17? “Salid de en
medio de ellos, y apartaos, dice el Señor”. ¿Cómo pueden los discípulos salir
de en medio de los del mundo y al mismo tiempo comer con ellos? ¿Puede uno
hacer las dos cosas? Pueden y deben hacer las dos cosas. ¿Cómo? Obviamente el
cristiano no puede estar con los del mundo cuando éstos hacen mal. Por ejemplo,
no puede estar con ellos cuando están tomando y bailando. Lo que Pablo dice en
2Co_6:17 se refiere en parte a lo que dice en 1Co_8:10 acerca del hermano
“sentado a la mesa en un lugar de ídolos”. ¿Puede el cristiano hacer obra
personal “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”? ¿Puede el cristiano hacer
“obra personal” en el baile? Si el cristiano asiste a un baile y le invita a su
amigo mundano a acompañarle a los servicios de la iglesia, ¿qué dirá el
mundano? “Si tú eres cristiano, qué estás haciendo aquí en el baile?” Lo mismo
en una cantina o en una docena de otros lugares o actividades. En ese caso el
hijo de Dios debe decir a los mundanos, “Apartaos de mí, malignos, Pues yo
guardaré los mandamientos de mi Dios” (Sal_119:115).
Luc_22:55, “Y
habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y
Pedro se sentó también entre ellos”. En ese momento tan difícil para Pedro, no
le convenía sentarse con esas personas. En lugar de predicarles dejó que le
provocaran a negar a Cristo. Esta es precisamente la prueba que el cristiano
confronta cuando se asocia con los del mundo: ¿les enseñará o será tentado por
esos compañeros a negar a Cristo? No es posible ser neutral. Luc_11:23, “El que
no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”.
Entonces, ¿cuál es la conclusión del tema de asociarse con
pecadores? Sal_1:1, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado”.
Obviamente este varón bienaventurado no está en camino de pecadores en el
sentido de participar de esos caminos.
Por último, ¿qué diremos del refrán, “Dime con quién andas y
te diré quién eres”? Depende de lo que hagan cuando andan juntos. 1Co_15:33,
“Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. ¿Por qué? Porque los que
tenían buenas costumbres las abandonaron y comenzaron a practicar malas
costumbres. Sin embargo, si los discípulos imitan al Maestro, hay esperanza de
que cambien las malas costumbres de sus amigos mundanos. Pero lamentablemente
algunos que profesan ser cristianos no enseñan a los amigos mundanos, sino que
son llevados otra vez al mundo por sus amigos, “siguiendo la corriente de este
mundo” (Efe_2:2).
Marcos 1; 15
y
diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado;
arrepentíos y creed en el evangelio.
El evangelio era de
propósito eterno (Efe_3:11), predicho por los profetas (Rom_16:25-26), y en el
cumplimiento del tiempo (Gál_4:4; Efe_1:10) comenzó a anunciarse por medio de
Jesús (Heb_2:3). Las setenta semanas de Daniel (cap. 9) se cumplieron, como
también otras muchas profecías del Antiguo Testamento (por ej., Isa_2:2-3).
-- y el reino de Dios -
Marcos emplea esta frase, mientras Mateo
suele decir, “reino de los cielos (Mat_3:2). El reino de Dios es el gobierno o
control de Dios en los corazones de los hombres por medio del evangelio, con Cristo
por Rey (Sal_89:3-4; Sal_110:1-4). Los que voluntariamente se someten al Rey, Jesús, en el Nuevo Testamento se representan como la iglesia (los llamados,
Efe_1:22-23; Hch_20:28) y también como el reino (Mat_16:18-19; Col_1:13;
Heb_12:28; Apo_1:6; Apo_1:9; Apo_5:9-10).
-- se ha acercado -
Juan el bautista ya lo declaraba (Mat_3:1-2), y ahora Jesús declara lo mismo.
Si el reino estaba cerca en el tiempo de Jesús, de Juan el
bautista, y de otros muchos de esa generación (9:1), ¿cómo puede ser todavía
futuro de la fecha en que ahora yo escribo?
-- arrepentíos, y creed
en el evangelio - Solamente un corazón arrepentido puede recibir el evangelio.
Por eso Juan y Jesús mandaron al pueblo judío que se arrepintiera (Mat_3:2;
Mat_3:8; Luc_3:8-14; Luc_13:3).
Si en el plan de salvación, que revela el evangelio para
todo el mundo, la fe precede al arrepentimiento, ¿por qué se menciona aquí
primero el arrepentimiento y luego el creer? Jesús empezó a
predicar en Galilea, después que Juan fue encarcelado. Si alguien es desechado,
otros serán levantados para ejecutar la misma obra. Obsérvese las grandes
verdades que predicó Cristo. Por el arrepentimiento damos gloria a nuestro
Creador a quien hemos ofendido; por la fe damos gloria a nuestro Redentor, que
vino a salvarnos de nuestros pecados. Cristo ha unido ambas (la fe y el
arrepentimiento) y que ningún hombre piense en separarlas.
Ahora,
hoy en día, al irse a todo el mundo a predicar el evangelio, el evangelista
proclama que la persona crea en Jesucristo, y luego, habiendo creído en él, que
se arrepienta como Cristo manda. Ningún hombre incrédulo va a arrepentirse;
diría ¿de qué me voy arrepentir? Ningún muerto espiritual puedo ir el
evangelio, a menos que Dios le ponga un corazón nuevo para oír, entender la ira
de Dios sobre el pecador, y el remedio que es Cristo, para ser salvos de la ira
de Dios.
Creo que el simple reparto de folletos, sin
predicar las consecuencias y el destino del hombre natural, pecador, no causan
el efecto aterrador de sufrir el castigo de Dios, porque no se predica sobre la
santidad, ni la justicia de Dios. Y lo más triste es que dentro del mundo
evangélico hay muchos que se consideran salvos por una decisión del pasado
aunque en sus vidas no han experimentado la santidad. Si has sido regenerado,
si eres nacido de nuevo, si has sido justificado la evidencia es una vida en proceso
de santificación que no puedes ocultar.
¡Maranata!
¡Sí, ven Señor Jesús!
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