} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 27 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

miércoles, 27 de marzo de 2019

27 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.




Eclesiastés 5; 10

El que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad.

Siempre queremos más de lo que tenemos. Salomón observó que aquellos que aman el dinero y lo buscan obsesivamente nunca encuentran la felicidad que el dinero promete. Por otro lado, la riqueza atrae a los que viven a expensas de otros y a los ladrones que la desean, ocasiona insomnio y temor, y a la larga termina en pérdida porque no podemos llevárnosla (Mar_10:23-25; Luc_12:16-21). No importa cuánto gane, si usted trata de lograr la felicidad acumulando riquezas, nunca tendrá suficiente. El dinero no es malo en sí mismo, pero el amor al dinero lleva a toda clase de pecados. Cualquiera que sea su situación financiera, no dependa del dinero para ser feliz. En vez de eso, utilice lo que tiene en las cosas del Señor.

Salmo 4; 7
Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto.
Aquí se contrastan dos clases de gozo: el gozo interior que surge al conocer y al confiar en Dios, y la felicidad que surge como resultado de circunstancias agradables. El gozo interno permanece estable mientras confiemos en Dios. La felicidad es imprevisible. El gozo interno derrota al desaliento, la felicidad lo cubre. El gozo interno es duradero, la felicidad es temporal.
La gente mundana busca lo bueno, pero no el sumo bien; todo lo que quieren es el bien externo, el bien presente, el bien parcial, buena carne, buena bebida, un buen negocio, y una buena situación; pero, ¿de qué sirve todo eso? Todo bien sirve para la gestión de la mayoría de los hombres, pero el alma bondadosa no será dejada de lado. Señor, que tengamos tu favor, y haznos saber que lo tenemos, no deseamos más; déjanos satisfacernos de tu bondad y estaremos satisfechos con ella. Muchos buscan la felicidad, pero David la halló. Cuando Dios pone gracia en el corazón, pone felicidad en el corazón. Así consolado, se lamentó, pero nunca envidió ni temió al pecador más próspero. Encomienda todos sus asuntos a Dios, y está preparado para acoger bien su santa voluntad. La salvación es solo en Cristo; ¿dónde aparecerán aquellos que le desprecian como su Mediador y le insultan en sus discípulos? Que veneren y no pecar más contra el único remedio.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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