} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 14 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

jueves, 14 de marzo de 2019

14 marzo 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Lucas 19; 10
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

  «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.» Debemos tener cuidado con el sentido que damos a la palabra perdido. En el Nuevo Testamento no quiere decir condenado, sino sencillamente que no está en su sitio, y que no se sabe dónde está. Cuando encontramos aquello que habíamos perdido, lo volvemos a poner en su sitio. Una persona está perdida cuando no está en contacto con Dios; y es hallada cuando una vez más ocupa su debido lugar como hijo o hija obediente en la casa y familia de su Padre Dios.
Los que, como Zaqueo, desean sinceramente ver a Cristo, vencerán cualquier obstáculo y se esforzarán para verlo.
Cristo ofrece visita a la casa de Zaqueo. Donde Cristo va, abre el corazón y lo inclina a recibirlo. El que quiere conocer a Cristo, será conocido de Él. Aquellos a quienes Cristo llama, deben humillarse y descender. Bien podemos recibir con gozo al que trae todo lo bueno consigo. Zaqueo públicamente dio pruebas de haber llegado a ser un verdadero convertido. No busca ser justificado por sus obras como el fariseo, pero por sus buenas obras demostrará la sinceridad de su fe y el arrepentimiento por la gracia de Dios.
Zaqueo es considerado feliz, ahora que se volvió del pecado a Dios. Ahora que es salvo de sus pecados, de su culpa, del poder de ellos, son suyos todos los beneficios de la salvación. Cristo ha venido a su casa, y donde Cristo va, lleva consigo la salvación. Vino a este mundo perdido a buscarlo y salvarlo. Su objetivo era salvar, donde no había salvación en ningún otro. Él busca a los que no lo buscan y ni preguntan por Él.

Tito 3; 4-5
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

--"pero cuando se manifestó la bondad". Sobre "manifestó", véase 2:11, comentario. La misma palabra griega, que aquí se traduce "bondad", aparece en Mat_11:30 (fácil); Rom_2:4 (benignidad); 3:12 (lo bueno); 11:22 (bondad).
--"de Dios nuestro Salvador".
--"y su amor para con los hombres". Estas últimas cinco palabras son una sola en el texto griego, filanthropia. (De ella viene la palabra española, "filantropía"). Se compone de dos palabras: amor, y hombre; es decir, amor hacia el hombre. La misma palabra griega aparece en Hch_27:3; Hch_28:2 (humanamente).
Dios, nuestro Salvador, manifestó su bondad y filantropía. Se manifestó en el don de Su Hijo, quien murió por los pecadores (1Ti_1:15; Jua_3:16).  Gál_2:20 la expresión personal de Pablo respecto a lo que Dios hizo por él, cosa que aquí expresa en este versículo.
El amor de Dios es designado por estos cuatro términos: gracia (2:11), bondad, filantropía (3:4), y misericordia (3:5).
-- "nos salvó". Dios comenzó a salvar en realidad al hombre perdido (del pasado y del futuro) cuando su bondad envió a su Unigénito Hijo a morir por nosotros. Había prometido esta salvación desde tiempos remotos (Gén_3:15), pero ahora se hizo una realidad.
--"no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho". Buena es la traducción que dice, "no en virtud de obras que hubiéramos hecho en justicia" (B.A.). El texto griego dice: "en justicia", no "de justicia". El hombre no se encuentra salvo en virtud de obras que él haya hecho en la esfera de la justicia. Ningún hombre salvo lo es legalmente. Este versículo concuerda con lo que dice Pablo en Efe_2:8-9, "sois salvos... no por obras". La salvación (vida espiritual) según la ley de Moisés dependía de perfección de obras de parte del hombre (Rom_10:5), pero ninguno bajo la ley la guardó perfectamente bien (Gál_3:10; Gál_3:12; Gál_5:3). Sencillamente el hombre pecador no puede salvarse a sí mismo.
Pero las "obras" de esta frase que estamos comentando no han de ser confundidas con las condiciones del evangelio que tienen que ser obedecidas. Hay algo que hacer para ser salvo. Nótese la palabra "hacer" en los casos de conversión en Hechos (2:37,38; 9:6; 16:30,31; 22:10,16). Heb_5:8-9; Rom_1:5 y 16:26. La fe tiene que obedecer para que salve (Stg_2:24). Cuando el pecador cree en Jesucristo, se arrepiente de sus pecados, confiesa su fe en Cristo, y es bautizado para el perdón de sus pecados, ¡no está haciendo obras en la justicia! ¡Está obedeciendo al evangelio, y no tiene nada de qué gloriarse!
--"sino por su misericordia". Si la salvación fuera merecida por la perfección de obras de parte del hombre, sería cosa de deuda de parte de Dios (Rom_4:4). Pero todos han pecado (Rom_3:23). La salvación no puede ser por obras perfectas que hayamos hecho. Tiene que ser por la misericordia (gracia, amor, bondad) de Dios. Por eso es un don, o dádiva (Efe_2:8).
--"por el lavamiento de la regeneración". Dios emplea el baño que trae regeneración. Mandó el bautismo en Cristo (Mar_16:16; Jua_3:3; Jua_3:5; Hch_2:38; Hch_22:16; Rom_6:3-4; 1Co_12:13; Gál_3:26-27; Efe_5:26; Col_2:12; Heb_10:22; 1Pe_3:21; Apo_1:5).
La palabra griega, aquí traducida "lavamiento", aparece una vez más, en Efe_5:26. La iglesia de Cristo es el conjunto de personas que han sido purificadas en el lavamiento del agua del bautismo, según la Palabra nos enseña. Aparte del bautismo en Cristo, no hay otra "agua" que tenga que ver con el "lavamiento".
Este lavamiento se llama "de regeneración" porque cuando la persona es bautizada en Cristo, nace de nuevo. Llega a ser "nueva criatura" que ahora anda en novedad de vida (Jua_3:3; Jua_3:5; 2Co_5:10; Rom_6:4). La palabra griega para decir "regeneración" se encuentra solamente aquí, y en Mat_19:28. Ya estamos en el tiempo de la regeneración, porque ahora es cuando los hombres por el evangelio pueden llegar a ser regenerados (hechos vivos de nuevo). Se sigue, pues, que los apóstoles están juzgando ahora en sus doce tronos. (Nos juzgan por sus escrituras, Hch_2:42).
Jesús hizo al bautismo parte de la justicia (Mat_3:14-15).
--"y por la renovación en el Espíritu Santo". Debe leerse, "del Espíritu Santo". No hay nada en esta frase que apunte a bautismo, u otra cosa, en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo renueva; lo hace por medio del mensaje que inspiró. Es por la instrucción de El que somos bautizados en un mismo cuerpo, la iglesia de Cristo (1Co_12:13). Esta renovación es de él. Es efectuada por él.
La palabra griega para decir "renovación" aparece solamente aquí y en Rom_12:2. La mente es renovada cuando la persona se sujeta a la enseñanza inspirada. Instruido por el Nuevo Testamento, el creyente obedece al evangelio, y así llega a ser nueva criatura (Rom_6:4; 2Co_5:17). El proceso de renovación sigue su marcha durante la vida del cristiano (Col_3:10; 2Co_4:16).
Este pasaje no enseña la doctrina llamada "la regeneración bautismal" del catolicismo y del luteranismo. El bautismo no es ningún "sacramento" con méritos en sí. El bautismo solo no salva (como tampoco la fe sola, o el arrepentimiento solo, etc.). Pero tampoco enseña el Nuevo Testamento la doctrina de muchas iglesias llamadas "evangélicas" de que el bautismo no es esencial para la salvación.
Tampoco es el bautismo un mero "símbolo exterior de una gracia interior", como los bautistas y otros lo llaman. En el bautismo se apropia la sangre de Cristo, porque solamente en el bautismo somos "sepultados juntamente con él para muerte" (Rom_6:4; Col_2:12). El agua literal no lava pecados, pero ¡tampoco la sangre literal! El bautismo salva (1Pe_3:21) cuando el bautizado es sepultado juntamente con Cristo en su muerte. Es la muerte de Cristo en la cruz lo que hace posible que Dios nos salve (perdone) (Efe_1:7).
 ¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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