} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 1; 1- 4

miércoles, 1 de diciembre de 2021

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 1; 1- 4

 Capítulo 1; 1- 4

 1    Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,

 2  tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,

 3  me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,

 4  para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

 

        El Evangelio de San Lucas contiene muchos incidentes y enseñanzas importantes que no se encuentran en los otros tres Evangelios. Tales son, por ejemplo, la  historia de Zacarías e Isabel, la de la anunciación del ángel a la Virgen María, y en breve, todo lo que contienen los dos primeros capítulos. Tales, también,  como la narración de la conversión de Zaqueo, y la del ladrón arrepentido, la jornada á Emaús, y las famosas parábolas del Fariseo y el Publicano, del Rico  y Lázaro, y del Hijo Pródigo. Partes son estas de la Escritura por cuya revelación todo cristiano bien instruido siente especial agradecimiento. De ellas somos  deudores al Evangelio de San Lucas.

El corto prólogo que dejamos arriba trascrito es una peculiaridad del Evangelio de San Lucas. Pero examinándolo detenidamente, hallaremos que está lleno de  la más útil instrucción.

En primer lugar, San Lucas nos hace un bosquejo breve, pero importante de la naturaleza del Evangelio. Él lo llama, " la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, " Es una narración de hechos referentes a Jesucristo.

El Cristianismo es una religión erigida sobre el cimiento de los hechos. Jamás perdamos esto de vista. Bajo esta forma fue que se presentó en su origen a la  contemplación del género humano. Los primeros predicadores no iban de lugar en lugar proclamando un sistema complicado e ingenioso de doctrinas  incomprensibles, o de principios profundos. Se ocuparon exclusivamente en referir a los hombres hechos grandes y a la vez sencillos. Iban por todas partes  anunciando a un mundo infiel que el Hijo de Dios había bajado a la tierra, y había vivido y muerto por nosotros, y después resucitado. El Evangelio era al  principio mucho más sencillo que lo que hoy se enseña por muchos como tal. No era ni más ni menos que la historia de Cristo.

Aspiremos pues a mayor sencillez en nuestra religión individual. Que Cristo y su Pasión formen el sol de nuestro sistema, y que el deseo más vehemente de  nuestras almas sea conocerle mejor cada día y vivir alimentados de la fe en Él. Tal fue el Cristianismo de San Pablo. "Para mí el vivir es Cristo." Filip. 1: 21.

San Lucas bosqueja, en segundo lugar, un hermoso cuadro de la verdadera posición que los apóstoles ocupaban en la primitiva iglesia. Los llama " tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra” En esta expresión se nota una humildad que bien puede servir de ejemplo. Hay absoluta carencia de ese tono de exaltación humana, que con tanta frecuencia  se ha deslizado en la iglesia. San Lucas no da a los apóstoles títulos halagüeños. No excusa en lo más mínimo a los que se refieren a ellos con veneración  idólatra, en consideración a su ministerio y a su intimidad con nuestro Señor.

Él los describe como "testigos de vista." Decían a los hombres lo que habían visto con sus ojos y oído con sus oídos. 1 Juan 1.1 los describe como "ministros  de la palabra." Eran siervos de la palabra evangélica. Hombres que reputaban como su más alta prerrogativa llevar de una parte a otra, en calidad de  mensajeros, las buenas nuevas del amor de Dios hacia un mundo pecador, y referir la historia de la cruz.

Habría sido un bien para la iglesia y para el mundo, si los ministros Cristianos nunca hubieran pretendido revestirse de dignidad y honores más altos de los  que los apóstoles exigieron para ellos mismos. Es un hecho lamentable, que hombres que han recibido tal gracia se hayan ensalzado a sí mismos y  hayan elevado su ministerio a una posición para la cual las Escrituras no dan derecho. No es menos lamentable, que el pueblo con su anuencia pasiva a las exigencias injustas haya secundado a que continúe el mal,  contentándose con una religión practicada por medio de agentes o delegados. Ha  habido faltas de ambas partes. Recordemos esto, y pongámonos alerta.

En tercer lugar, San Lucas se refiere a su propia aptitud para la empresa de escribir el Evangelio. Él dice, que "me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden...

Inútil seria investigar de donde obtuvo San Lucas los datos que nos ha trasmitido en su Evangelio. No tenemos razón fundada para suponer que presenció los  milagros de nuestro Señor, o lo oyó enseñar. Decir que obtuvo dichos datos de la Virgen María, o de alguno de los apóstoles, no pasa de ser una mera  conjetura. Bástanos saber que San Lucas escribió inspirado por Dios. Por lo que hace a los medios ordinarios de adquirir los informes necesarios no hay duda  que él no los despreció. Mas el Espíritu Santo lo guió, no menos que a todos los otros escritores de la Biblia, en la elección y disposición de la materia; de  manera que lo que San Lucas escribió no ha de leerse como la " palabra del hombre," sino como la "palabra de Dios." 1Tes_2:13.

Mantengámonos firmes en la doctrina sublime de la inspiración de todos los libros de la Biblia. No concedamos jamás que escritor alguno del Antiguo o del  Nuevo Testamento pudo cometer equivocaciones o errores cuando escribía, " siendo inspirado por el Espíritu-Santo." 2Pe_1:21. Que al leer la Biblia,  nuestra firme convicción sea que si no podemos comprender un pasaje, o conciliarlo con algún otro, esto consiste no en defecto del libro sino en ignorancia  nuestra. Al adoptar este principio asentamos los pies sobre una roca. Al abandonarlo, los asentamos sobre arena movediza, y llenamos nuestras mentes de  dudas e incertidumbres interminables.

Finalmente, San Lucas nos dice cuál fue el principal objeto que lo movió a escribir su Evangelio. Fue, para que Teófilo " para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido," Este texto no da apoyo a los que tienen fe en las tradiciones verbales, y en los preceptos de la iglesia. San Lucas sabía bien  cuan débil es la memoria humana, y cuan fácilmente una historia cambia su forma original ya por medio de adiciones ya por medio de alteraciones, cuando  pasa de boca en boca. Por esta razón ¿qué hace? tiene cuidado de escribir.

Tampoco encuentran apoyo en estas palabras de San Lucas los que se oponen a la difusión de los conocimientos religiosos, y llaman a la ignorancia "madre de  la devoción." San Lucas no quiere que su amigo permanezca en duda respecto a materia alguna de su fe. Le dice que quiere que " conozca la verdad de las  cosas de las cuales había sido enseñado...

Concluyamos el pasaje manifestándonos agradecidos de haber recibido la Biblia. Bendigamos a Dios todos los días, porque no nos ha dejado a merced de las  tradiciones humanas, y porque no estamos obligados a dejarnos extraviar por los errores de nuestros guías espirituales. Tenemos un volumen escrito que  "puede hacernos sabios para la salud, por medio de la fe que es en Cristo Jesús." 2Ti_3:15.

Comencemos el Evangelio de San Lucas animados del deseo ardiente de instruirnos más de la verdad cual está en Jesús, y de todo corazón resolvamos hacer  cuanto estuviere a nuestro alcance a fin de extender el conocimiento de esta verdad por todo el mundo.

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