} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 5; 1-11

miércoles, 22 de diciembre de 2021

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 5; 1-11

 Capítulo 5; 1-11

  1  Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.

 2  Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.

 3  Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

 4  Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

 5  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.

 6  Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.

 7  Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

 8  Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.

 9  Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,

 10  y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.

 11  Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.    

 

        La famosa extensión de agua de Galilea se llama de tres maneras: Mar de Galilea, Mar de Tiberíades y Lago de Genesaret. Tiene unos veintiún kilómetros de largo por doce de ancho. Está situado en una depresión de la superficie de la Tierra a 210 metros bajo el nivel del mar, lo que le da un clima casi tropical. En los días de Jesús tenía nueve poblaciones agrupadas en sus orillas, ninguna de menos de 15.000 habitantes.

Genesaret es realmente el nombre de la hermosa llanura que está al Oeste del lago, y que es muy fértil. A los judíos les encantaba jugar con las etimologías, y le atribuían tres diferentes a Genesaret que destacaban su hermosura.

(i) De kinnor, que quiere decir arpa, ya fuera porque «sus frutos son tan dulces como el sonido del arpa», o porque "la voz de sus ondas es tan agradable como la voz del arpa».

(ii) De gan, jardín, y sar, príncipe; de ahí, «el príncipe de los jardines.»

(iii) De gan, jardín, y asher, riquezas; de ahí, "El jardín de las riquezas.»

Aquí nos encontramos con un cambio decisivo en la carrera de Jesús. La última vez que le encontramos predicando estaba en una sinagoga, y ahora se encuentra a la orilla del lago. Es verdad que volveremos a encontrarle en la sinagoga; pero se acerca la hora en que se le cerrará esa puerta, y su iglesia es ahora la costa o el camino abierto, y su púlpito, una barca. Irá adonde haya gente dispuesta a escucharle.

John Wesley decía: " Los que formaron nuestras congregaciones eran los que iban vagando por las montañas oscuras, que no pertenecían a ninguna iglesia cristiana; pero despertaron a la predicación de los metodistas, que los habían seguido por los descampados de este mundo hasta los caminos y los vallados, los mercados y las ferias, los cerros y los valles; que habían puesto el estandarte de la Cruz en las avenidas y en los callejones de las ciudades, en las aldeas, en los pajares y en las cocinas de las granjas, etc.; y todo esto hecho de tal manera y hasta tal punto como no se había hecho nunca desde los tiempos de los apóstoles.» «Me gusta un salón amplio -dice en otro lugar-, con un buen cojín y un púlpito majo; pero la predicación en los campos salva almas.»

Cuando se le cerraba la sinagoga, Jesús salió a los caminos abiertos.

En esta historia encontramos lo que podríamos llamar una lista de condiciones para un milagro.

(i) El ojo que ve. No hay por qué creer que Jesús creó un banco de peces en aquella ocasión. En el Mar de Galilea había bancos fenomenales que ponían el agua como si estuviera hirviendo en grandes extensiones. Lo más probable es que la aguda vista de Jesús percibiera aquel banco de peces, y ahí estuvo el milagro. Necesitamos ojos que vean de veras. Mucha gente ha visto salir vapor por la tapadera de la cafetera, pero fue a James Watt al que se le ocurrió que se podía aplicar para hacer una máquina de vapor. Tanta ha visto caer una manzana; pero sólo a Newton le sugirió aquello la ley de la gravedad. La Tierra está llena de milagros que esperan unos ojos que los vean.

(ii) El espíritu dispuesto a hacer un esfuerzo. Los pescadores en el mar de Galilea empleaban redes, a menudo usaban un peso de plomo en forma de campana alrededor de sus bordes. Al lanzarse una red al agua, el peso del plomo hacía que se hundiera y cubriera los bordes. El pescador entonces tiraba una cuerda para cerrar la red alrededor del pez. Las redes debían mantenerse en buenas condiciones, de modo que se lavaban para remover las algas y remendarlas.

Puesto que Jesús lo decía, Pedro estaba dispuesto a probar otra vez, aunque estaba muy cansado. El desastre de muchas vidas es que se rinden antes del último esfuerzo que podría cambiar las cosas.

(iii) El espíritu dispuesto a probar lo que parece inútil. La noche, que era el tiempo de la pesca, había pasado. Todas las circunstancias estaban en contra; pero Pedro dijo: "¡Sean las circunstancias las que sean, si Tú lo dices estoy dispuesto a probar otra vez!»

Simón Pedro se atemorizó con el milagro y su primera reacción fue reconocer su pequeñez en comparación con la grandeza de este hombre. Pedro sabía que Jesús sanaba enfermos y echaba fuera demonios, pero se maravillaba que El estuviera al tanto de la rutina diaria y comprendiera su necesidad. A Dios no solo le interesa salvarnos, sino también ayudarnos en nuestra vida diaria.

Muchas veces no hacemos nada porque nos parece que no es el tiempo oportuno. Pero, si esperamos a que las circunstancias sean ideales, jamás empezaremos nada: Si queremos un milagro, tenemos que fiarnos de la palabra de Jesús cuando nos dice que probemos lo imposible.

Este es el segundo llamado de los discípulos. Después del primero (Mat_4:18-22 18  Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19  Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20  Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21  Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22  Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.; Mar_1:16-20 16  Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 17  Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. 18  Y dejando luego sus redes, le siguieron. 19  Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. 20  Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron. ), Pedro, Andrés, Jacobo y Juan volvieron a pescar. Observaron cómo Jesús estableció su autoridad en la sinagoga, curó enfermos y echó fuera demonios. Ahora Jesús también establecía su autoridad en sus vidas; los halló en su medio y les ayudó en su trabajo. A partir de ahí, dejaron sus redes y permanecieron con Jesús. Para nosotros, seguir a Jesús es más que reconocerlo como Salvador. Significa dejar nuestro pasado y dedicar nuestro futuro a Él.

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