} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS Capítulo 16; 9 - 13

miércoles, 15 de diciembre de 2021

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS Capítulo 16; 9 - 13

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS

Capítulo 16; 9 - 20

Mar 16:9  Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.

Mar 16:10  Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando.

Mar 16:11  Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.

Mar 16:12  Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.

Mar 16:13  Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.

14  Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.

Mar 16:15  Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Mar 16:16  El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Mar 16:17  Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

Mar 16:18  tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Mar 16:19  Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

Mar 16:20  Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.

 

Mejores noticias no pudieron ser llevadas a los discípulos que lloraban, que contarles de la resurrección de Cristo. Nosotros debiéramos estudiar para consolar a los discípulos dolientes diciéndoles lo que hemos visto de Cristo. Fue una sabia providencia que las pruebas de la resurrección de Cristo fueran dadas gradualmente, y recibidas con cautela, para que la seguridad con que los apóstoles predicaron esta doctrina después, fuera más satisfactoria. Sin embargo, ¡cuán lentos somos para admitir los consuelos que la palabra de Dios tiene! Entonces, mientras Cristo consuela a su pueblo, ve que, a menudo, es necesario reprenderlos y corregirlos por la dureza de corazón que desconfía de su promesa como asimismo que no obedece sus santos preceptos.

Las pruebas de la verdad del evangelio son tan completas que los que no las aceptan, pueden ser justamente reprendidos por su incredulidad.

Nuestro bendito Señor renueva la elección de los once como apóstoles suyos y les encarga la misión de ir a todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Sólo el que es verdadero cristiano será salvo por medio de Cristo. Simón el mago profesó creer, y fue bautizado, pero se declaró que estaba en los lazos de la iniquidad:   Hechos 8  13-24. 13  También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 14  Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15  los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16  porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17  Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18  Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19  diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20  Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21  No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.22  Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23  porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24  Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.

 Sin duda esta es una declaración solemne de la fe verdadera que recibe a Cristo en todos sus caracteres y oficios, y para todos los propósitos de la salvación, y produce su buen efecto en el corazón y la vida; no el simple asentimiento, que es fe muerta y no da provecho.

El gran interés de este pasaje es la descripción que nos da del deber de la Iglesia. La persona que escribió esta conclusión sin duda creía que la Iglesia tenía ciertas tareas que cumplir que le había asignado Jesús.

(i) La Iglesia tiene una tarea de predicación. Es el deber de la Iglesia, y eso quiere decir de todo cristiano, el contar la historia de la Buena Noticia de Jesús a los que no la hayan oído. El deber cristiano consiste en ser heraldos de Jesús.

(ii) La Iglesia tiene una tarea sanadora. Aquí tenemos un hecho que nos encontramos una y otra vez. El Cristianismo se preocupa de los cuerpos, y no solamente de las almas. Jesús quería traer salud al cuerpo y al alma.

(iii) La Iglesia tiene una fuente de poder. No tenemos que tomar estas palabras literalmente. No tenemos por qué creer que el cristiano ha de tener literalmente el poder de coger serpientes venenosas y de beber líquidos venenosos sin que le pase nada. Pero por detrás de este lenguaje pintoresco está la convicción de que el cristiano está lleno de un poder para enfrentarse con la vida que otros no poseen.

(iv) La Iglesia no se encuentra sola para realizar su tarea. Cristo siempre obra con ella y en ella y a través de ella. El Señor de la Iglesia sigue en la Iglesia y es el Señor poderoso.

La comisión de los ministros de Cristo se extiende a toda criatura de todo el mundo, y las declaraciones del evangelio contienen no sólo verdades, exhortaciones y preceptos, sino también advertencias temibles. Obsérvese con qué poder fueron dotados los apóstoles, para confirmar la doctrina que iban a predicar. Estos fueron milagros para confirmar la verdad del evangelio, y medios para difundirlo en las naciones que no lo habían oído.

Después que el Señor habló, subió al cielo. Sentarse es una postura de reposo; había terminado su obra; es postura de gobierno: tomó posesión de su reino. Se sentó a la diestra de Dios, lo que denota su soberana dignidad y poder universal. Lo que Dios haga con nosotros, nos dé o nos acepte, es por su Hijo. Ahora Él está glorificado con la gloria que tuvo antes que el mundo fuese.

Los apóstoles fueron y predicaron en todas partes, lejos y cerca. Aunque la doctrina que predicaron era espiritual y celestial, directamente contraria al espíritu y temperamento del mundo; aunque se encontraron con mucha oposición, y fueron absolutamente desprovistos de todos los apoyos y ventajas del mundo, aun así, en unos pocos años, su voz llegó hasta lo último de la tierra. Los ministros de Cristo no necesitan ahora obrar milagros para probar su mensaje; está demostrado que las Escrituras son de origen divino y esto hace que no tengan excusa los que las rechazan o desprecian. Los efectos del evangelio, cuando se predica fielmente y se cree verdaderamente, y cambia los temperamentos y el carácter de la humanidad, son una prueba constante, una prueba milagrosa, de que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.


No hay comentarios:

Publicar un comentario