Capítulo 5; 33-39
33 Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los
discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los
fariseos, pero los tuyos comen y beben?
34 Él les dijo: ¿Podéis acaso hacer que los que
están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos?
35 Mas vendrán días cuando el esposo les será
quitado; entonces, en aquellos días ayunarán.
36 Les dijo también una parábola: Nadie corta un
pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no
solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el
viejo.
37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de
otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se
perderán.
38 Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de
echar; y lo uno y lo otro se conservan.
39 Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el
nuevo; porque dice: El añejo es mejor.
Los religiosos tienen una pasión por lo antiguo. Nada se mueve más
despacio que una iglesia. El problema de los fariseos era que todo lo de Jesús
era tan absolutamente nuevo que, sencillamente, no lo podían asimilar. Lo que sorprendía y escandalizaba a los
escribas y fariseos era que los seguidores de Jesús fueran tan normales. El
judío religioso tenía la idea -que no ha muerto todavía del todo- de que para
ser religioso uno tenía que pasárselo mal.
Habían sistematizado las observancias
religiosas. Ayunaban los lunes y los jueves; y a menudo se enlucían la cara
para que uno no pudiera por menos de darse cuenta de que estaban ayunando. Es
verdad que eso del ayuno no era tan riguroso; porque duraba sólo desde la
salida hasta la puesta del sol, y antes y después se podía tomar alimento. Se trataba de llamar la
atención de Dios hacia el que ayunaba. A veces hasta lo consideraban un
sacrificio: al ayunar, uno le estaba ofreciendo a Dios nada menos que su cuerpo. Y la oración también estaba
reglamentada: se hacía a las 12 del mediodía, a las 3 y a las 6 de la tarde.
Jesús estaba totalmente en contra de una
religión así, y lo explica con una imagen de la vida real. Cuando se casaba una
pareja en Palestina, no se iban a otro
sitio a pasar la luna de miel, sino que se quedaban en casa y tenían invitados
toda la semana. Se ponían la mejor ropa
que tenían; a veces, hasta se ponían coronas; esa semana eran los reyes, y su
palabra era la ley. No volverían a tener una semana igual en toda una vida de
trabajo. Y los invitados más íntimos se llamaban «los hijos de la cámara
nupcial», con una expresión típicamente hebrea.
(i) Es sumamente significativo que Jesús
comparara la vida cristiana con una fiesta de bodas. La alegría debe ser la
primera característica cristiana. Son
demasiados los que creen que la religión los obliga a hacer todo lo que no
quieren, y a no hacer lo que quieren. La risa se convierte en un pecado, en vez
de -como la llamaba un famoso filósofo- «una gloria repentina.» No habéis visto
congregaciones donde creen que rostros serios de mandíbulas apretadas aparentan
espiritualidad, vienen siendo como aquellos que para ayunar se blanqueaban el
rostro. Sus rostros impasibles han vuelto inmisericordes sus corazones,
poniendo sumo cuidado al partir el pan, pero indolentes para partir los
corazones con sus miradas.
(ii) Al mismo tiempo Jesús sabía que llegaría el día en que el novio les sería arrebatado. La muerte no le pilló desprevenido. La cruz siempre estaba a la vista; pero aun en el camino de la cruz no le faltó el gozo que nadie le podía quitar: el gozo de la presencia de Dios.
(iii) La
Ley mosaica sólo pedía ayunar un día una vez al año, el Día de la Expiación (Levítico
16). Ayunar dos veces por semana es un buen ejemplo del tradicionalismo
exagerado (Zacarías 7-8). El ayuno pierde su valor espiritual cuando llega a
ser un mandato y pretende llamar la atención sobre uno mismo (Mateo 6:16-18 cuando
ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus
rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen
su recompensa. 17 Pero tú, cuando
ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18
para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.).
La pregunta del verso 34 espera una respuesta
negativa. Hay mucha imaginería involucrada en el concepto veterotestamentario
del “esposo”. En el Antiguo Testamento, YHWH es el esposo de Israel. Sin
embargo, nunca es un título mesiánico. En este contexto, Jesús es el esposo; y
la Iglesia, la novia (Efesios 5:23-32).
En el verso 35 la frase “es quitado el esposo”
se refiere a un tiempo de separación. Como intérpretes tenemos dos opciones:
primero, podemos verlo como una metáfora cultural sobre el tiempo de gozo relacionado
con la boda. ¡Nadie ayuna durante una boda! En segundo lugar, lo podemos ver
como una parábola del período de Jesús en la tierra, y la crucifixión que se
acerca. Marcos (quien escribió los sermones de Pedro, en Roma, y los desarrolló
posteriormente en el primer Evangelio) debió conocer la implicación de estos
términos plenos de metáforas (en el Judaísmo, el marido –novio- era una imagen,
no del Mesías, sino del reino venidero de Dios). ¿Esto es una predicación sobre
la muerte de Jesús? Claramente reveló su mesianismo y deidad a través de sus
palabras y hechos (ej. los exorcismo, las sanidades, el perdón de pecados). Sus
seguidores ayunarán de manera apropiada, no inapropiada.
Los paralelos de Marcos (2:21 Nadie pone remiendo
de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de
lo viejo, y se hace peor la rotura.) y Mateo (9:16
Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido
viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.) nos
ayudan a entender la parábola al explicarnos que el remiendo de un pedazo liso
de tela no va a encogerse). El nuevo parche (Jesús y el evangelio) destruirá la
tela vieja (Judaísmo). Sin embargo, se debe tener cuidado en cuanto a la
naturaleza y extensión de esta flexibilidad. Es una condena a la interpretación
literal de la tradición oral por parte del Judaísmo rabínico. ¡Qué Dios nos
ayude!
A veces estamos más comprometidos con el
legalismo y la tradición que con Dios (Isaías 29.13
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se
acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos
de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido
enseñado;). La parábola es un paralelo de Marcos 2:19-20 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar
mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no
pueden ayunar. 20 Pero vendrán días
cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán.;
Mateo 9:16-17 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque
tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. 17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra
manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero
echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan
juntamente.
"…odres” Esto se refiere a una cabra que
era despellejada de tal manera, que la piel podía ser usada como depósito de
líquidos (Génesis 21:15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, Jueces 4:19 Y él le dijo:
Te ruego me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre
de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir. Josué 9: 13 Estos cueros de
vino también los llenamos nuevos; helos
aquí ya rotos; también estos nuestros
vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.).
Los cueros nuevos tenían cualidades elásticas. Cuando envejecía, el
proceso de fermentación y la expansión del vino nuevo hacían que reventaran. El
Judaísmo fue incapaz de asimilar las observaciones y correcciones de Jesús, por
lo que estaba a punto de ser declarado nulo y vacío. ¡El Nuevo Pacto (Jeremías 31:31-34 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después
de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado) ha llegado en Jesús! Nada puede seguir
siendo lo mismo.
En este pasaje Jesús rechaza la mente cerrada
y recomienda que no despreciemos lo nuevo sólo porque lo es.
(i) No
debemos tener miedo a la libertad de pensamiento. Si creemos en el Espíritu
Santo, debemos estar dispuestos para que Dios nos guíe a nuevas verdades.
Fosdick pregunta en alguna parte: "¿Cómo estaría la medicina si los
médicos no pudieran usar nada más que las medicinas y las técnicas que se
conocían hace trescientos años?» Y sin embargo, nuestros parámetros doctrinales
son mucho más antiguos. El que propone algo nuevo siempre tiene que luchar. A
Galileo le tenían por hereje porque decía que la Tierra gira alrededor del Sol.
Lister tuvo que luchar para que se aplicaran los antisépticos en las
operaciones quirúrgicas. Simpson tuvo que arrostrar la oposición al uso del
cloroformo. Tengamos cuidado con rechazar todo lo nuevo bíblico, porque podría
querer decir que hemos perdido la elasticidad mental. No eludamos la aventura
del pensamiento.
(ii) No
debemos tener miedo de nuevos métodos. El que algo se haya hecho siempre
puede que sea la mejor razón para dejar de hacerlo. El que algo no se ha hecho
nunca puede que sea la mejor razón para intentarlo. No hay negocio que marche
con métodos anticuados -y sin embargo la iglesia sigue intentándolo. Cualquier
negocio que hubiera perdido tantos clientes como la iglesia habría tratado de
renovarse hace mucho -pero la iglesia sigue rechazando todo lo nuevo fiel a la
palabra de Dios.
Hay un
conservadurismo sabio y otro que no lo es. Tengamos cuidado de no ser
tradicionalistas reaccionarios en el pensamiento o en la acción cuando debemos
ser, como cristianos, intrépidos aventureros.
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