} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 2; 39-40

jueves, 9 de diciembre de 2021

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS Capítulo 2; 39-40

 Capítulo 2; 39-40

 39  Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

 40  Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.

 

             Observamos en estos versículos cuan evidente es la prueba que tenemos de que el Señor fue real y verdaderamente hombre, lo mismo que Dios. Jesús y sus padres eran judíos

Ortodoxos en todo el sentido de la palabra. Cumplieron a cabalidad con los requerimientos mosaicos exigidos por el templo para ellos y su hijo.

Leemos, que cuando María y José volvieron a su ciudad de Nazaret, "el niño crecía y se hacía fuerte en espíritu.  El pueblo donde Jesús creció era llamado Nazaret. No se menciona en el Antiguo Testamento, el Talmud o en Josefo. Aparentemente no fue poblado sino hasta en tiempo de Juan Hircano, quien gobernó entre 134-104 a.C. La presencia de José y María en este lugar implicaba que pertenecían al clan davídico que se había establecido allí.

Podría haber una relación etimológica entre el nombre de Nazaret y el título mesiánico de la rama (Mateo 2:23; “llamado nazareno”), que es el término nezer en hebreo. Aparentemente era un término despectivo dada su ubicación en la zona gentil y la lejanía de Jerusalén (Juan 1:46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.; Hechos 24:5, Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.   pese a lo cual se trataba de una profecía, Isaías 9:1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles ). Quizá fue porque la frase “Jesús de Nazaret, rey de los judíos” fue escrita en la placa que se colocó en la parte superior de la cabeza de Jesús.

La naturaleza de Jesús encierra, sin duda, profundos misterios. Cómo la misma Persona pudo ser a un tiempo perfecto Dios y perfecto hombre, es cosa  necesariamente superior a nuestra comprensión. De qué manera y en qué grado se revelase en Sus primeros años esa inteligencia divina que indudablemente  poseía, no lo podemos explicar. Es para nosotros asunto muy elevado. No nos es dado comprenderlo. Una cosa, a lo menos, es perfectamente clara, y haremos  bien en asirnos firmemente de ella: nuestro Señor participó de cuanto es propio de la naturaleza humana, exceptuando solamente el pecado. Como hombre  nació niño; como hombre creció de la infancia a la adolescencia; y como hombre cada año adquiría mayor fuerza corporal e intelectual, desde la infancia hasta  la edad viril. Porque como tenía un cuerpo verdadero, también tenía un alma razonable; cuyas facultades estaban lejos de ser débiles, eran extremadamente fuertes y parecían cada vez más fuertes cada día; su entendimiento era claro, su juicio sólido y su memoria fuerte y retentiva, su voluntad y los deseos de ella, estaban en lo que es bueno, y sus afectos se adhirieron a ello. Las versiones Persica y Etíope dicen, "fue fortalecido en", o "por el Espíritu Santo"; y conocimiento como hombre; porque esto debe entenderse, no de su sabiduría esencial como Dios, ni de esos tesoros de sabiduría y conocimiento, que estaban escondidos en él como mediador, para ser dispensados a su iglesia; sino de su sabiduría creada y natural, como hombre; en el cual fue aumentando gradualmente, a medida que su cuerpo crecía, y las facultades de su alma se abrían bajo las influencias de su deidad y el poder de su Espíritu. Y la gracia de Dios fue sobre él; que no diseña la plenitud de la gracia que había en él, como mediador, para el suministro de su pueblo, sino esa gracia interior que fue otorgada a su naturaleza humana, incluso las diversas gracias del Espíritu de Dios, y que fluyeron del gracia de unión de las dos naturalezas en él; o más bien el amor y el favor de Dios, que en varios casos se le manifestó de manera muy singular. 

El término griego charis tiene una amplia cobertura semántica. Louw y Nida en “El Léxico Griego-Inglés”, vol. 2, p.262 enumera como posibles traducciones: “amabilidad, regalo, gracia y buena voluntad”. El significado más probable en este versículo es único en los Evangelios Sinópticos. La palabra se utiliza varias veces en el Evangelio de Lucas, pero sólo aquí parece con el sentido de “gracia”.

De todas las condiciones inocentes del hombre, como primera debilidad, su crecimiento, su desarrollo no interrumpido hacia la edad madura, él participo  en el sentido más alto. Es menester que nos satisfagamos con este conocimiento. Indagar más es inútil, y saber esto bien es de mucha importancia. La falta de  convicciones firmes sobre este punto ha llevado a muchos a extravagantes herejías.

Una lección práctica y consoladora nos presenta desde luego esta verdad, que nunca debe pasarse por alto. Nuestro Señor puede compadecerse del hombre en  cualquier periodo de su existencia desde la cuna hasta la sepultura, puesto que conoce por experiencia la índole y las inclinaciones del párvulo, del niño y del  joven. Ha pasado por la misma edad; ha ocupado su lugar; y conoce sus corazones. No olvidemos esto, cuando hablemos con los jóvenes acerca de la  salvación de sus almas. Digámosles sin vacilar que hay un Ser en el cielo a la mano derecha del Padre que puede ser Amigo de ellos. Aquel que murió en la  cruz fue una vez niño, y siente tanto interés por los niños, como por la gente de mayor edad.

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