} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 2 Septiembre: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

domingo, 2 de septiembre de 2018

2 Septiembre: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



  Filipenses 1; 12
Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio,

       Pablo escribío esta carta aproximadamente diez años después de haber establecido la iglesia en Filipos. Epafrodito fue enviado por la iglesia a Roma para llevar ayuda a Pablo y para que, en turno, pudiera traer informes a la iglesia de la condición de Pablo. Los filipenses lo amaban mucho, y habiendo aprendido de sus prisiones, querían saber de él y también de la causa de Cristo.
 “Hermanos ", una palabra que tenía significado muy importante para Pablo. Hoy en día esta palabra se usa tan ligeramente entre gente latina que prácticamente ha perdido su importancia. Todo el mundo es "hermano", y no tiene ni la importancia de "amigo" porque a muchos se les dice "hermano" cuando son totalmente desconocidos. ¡Es una lástima!
         También algunos acostumbran decir "hermanos" a los "evangélicos" simplemente porque a nosotros nos dicen "hermanos", y si alguna persona está asistiendo a las reuniones de la iglesia y aceptando estudios en el hogar, para tales hermanos éstos ya son "hermanos". De esta manera una palabra bíblica pierde su significado especial (1Pe_4:11). Es mi hermano el que obedece al evangelio de Cristo y llega a ser hijo de Dios. Si él es hijo de Dios y si yo soy hijo de Dios, los dos somos hermanos.
 “que las cosas que me han sucedido ", acusaciones falsas que le obligaron a apelar a César (Hch_28:17-19), encarcelamientos, sufrimientos, persecuciones, en fin, todos los eventos narrados por Lucas desde Hch_21:1-40 hasta Hch_28:1-31, y también mencionados en las cartas de Pablo mismo (1Co_4:9-13; 2Co_11:24-28; etcétera). Es importante observar en este texto que aunque Pablo se refiere a "las cosas que me han sucedido", el tema no es Pablo y sus sufrimientos, sino el efecto de tales cosas sobre el evangelio. El pensamiento principal es que el encarcelamiento de Pablo había obrado siempre para la gloria de Cristo. Lo que se había aprendido fue que Pablo no era un prisionero político común y corriente, y que no había cometido ningún crimen, sino que todo lo que sufría fue causado por su relación con Cristo.
  " han redundado más bien para el progreso del evangelio ". Aunque Pablo llegó a Roma en cadenas, no dejó de predicar el evangelio (Hch_28:19; Hch_28:30-31). La cárcel no era impedimento a la proclamación del evangelio; aun podía evangelizar la casa de César (4:22). Por eso Pablo podía hablar del "progreso" del evangelio. Esta palabra (PROKOPE) significa "un golpear hacia delante... Originalmente esta palabra se utilizaba de un pionero abriéndose paso a machetazos a través de arbustos". Tiene que ver, pues, con quitar impedimentos u obstáculos. Pablo estaba en cadenas pero "la palabra de Dios no está presa", 2Ti_2:9. Las cadenas no cerraron las puertas de oportunidad para el evangelio, sino que, más bien, las abrieron. Como hombre libre Pablo no pudiera haber predicado en la casa de César.
         ¿Por qué permitió Dios que el apóstol Pablo, poderoso embajador a los gentiles, quedara "inmovilizado" (en cadenas) en tiempos tan importantes para el evangelio? El Señor dijo a Ananías (Hch_9:15) acerca de Pablo, "instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel". ¿Cómo podía Pablo predicar a Félix, a Festo, a Agripa y aun a los de la casa de César? ¿Cómo podía Dios abrir la puerta para que Pablo predicara a tales hombres eminentes? ¿Cómo podía Dios quitar los obstáculos puestos por Satanás para que el evangelio no avanzara? Simplemente por medio de convertir los obstáculos en oportunidades. Los impedimentos llegaron a ser pasaderas o escalones para que el evangelio siguiera adelante. Es otro ejemplo de la providencia de Dios. El diablo piensa obrar en contra nuestra, pero Dios lo convierte en bendición para nosotros. Cuando José se dio a conocer a sus hermanos, les dijo, "Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros... Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien" (Gén_45:5; Gén_50:20).
         Pablo entendió esto. Entendió que no podía predicar a los gobernadores y reyes como hombre libre, sino solamente como preso. Pero "la palabra de Dios no está presa" (2Ti_2:9; Isa_40:8; Isa_55:11). Hubo conversos aun en "la casa de César" (4:22), y el César de ese tiempo era el famoso Nerón, que con tanta furia persiguió a la iglesia.

Filipenses 1; 19-21
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación,
   conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
   Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

          Pablo tenía mucha confianza en la eficacia de la oración de los filipenses, como también en la de otros hermanos (Rom_15:30; Rom_15:32; 2Co_1:11; Col_4:2; 1Ts_5:25; 2Ts_3:1). Estaba de acuerdo con lo que Santiago dice acerca de la oración eficaz del justo (Stg 5:16).
          Es una verdad importante de que "La oración eficaz del justo puede mucho", pero no hay esperanza de recibir nada de Dios sin la " suministración (provisión) del Espíritu de Jesucristo ". Anhelaba ver de nuevo a estos hermanos, y tenía la esperanza de hacerlo (Flp 2:23,24), pero la palabra traducida "liberación" es la palabra "salvación", y no se puede afirmar con seguridad que Pablo se refiera en este versículo a la liberación física.
Quería las oraciones de los santos por él, y quería la ayuda del Espíritu quien "ayuda nuestra debilidad" (Rom_8:26), para poder soportar aflicciones, y para seguir predicando "el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo". Quería todo esto para que Cristo fuera siempre magnificado en su cuerpo, o por vida o por muerte. El dejó en manos de Dios el asunto de cómo servirle, es decir, Dios diría si "por vida o por muerte".
         Pablo magnificó a Cristo cuando obedeció al evangelio (Hch_9:18; Hch_26:19). Magnificó a Cristo cuando inmediatamente comenzó a predicar la fe que una vez destruía (Hch_9:20; Gál_1:23), y al seguir predicando "a tiempo y fuera tiempo" hasta el momento de escribir esta carta. Magnificó a Cristo en su sufrimiento por el evangelio (Hch_21:13). Además, Pablo estaba dispuesto a magnificar a Cristo en el acto de morir por su predicación del evangelio.
         Si Dios siguiera dándole vida, seguiría magnificando a Cristo con esa vida, en Roma o en otro lugar. Sin embargo, si llegara la sentencia de muerte, magnificaría a Cristo en su muerte, con espíritu sumiso y tranquilo, demostrando la confianza de un verdadero hijo de Dios cuando llegara su momento de atravesar el "valle de sombra de muerte". Muchos cristianos lo han hecho, exhibiendo el poder sostenedor de la fe, confiadamente entregando su espíritu al Padre de los espíritus.
Cristo es nuestra vida (Col_1:27). La meta de Pablo no era el honor humano, ni el placer, ni el oro. Cristo era su vida. Estaba entregado alma y cuerpo a Cristo. El empeño de Pablo se puede comparar con la entrega del soldado que no "se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado" (2Ti_2:4). En cuanto al fervor de espíritu, Pablo se puede comparar con el político muy ambicioso de ganar cierto puesto, o con el atleta que, con tanto entusiasmo, corre con toda la energía que posee para ganar el premio corruptible (1Co_9:24-25). El ministerio de Pablo se puede comparar con los esfuerzos muy intensivos de los comerciantes que promueven sus negocios para enriquecerse. Como los hombres de este mundo se entregan totalmente a sus profesiones, carreras y pasiones, así Pablo se entregó totalmente a su ministerio. El mismo llamó su vida y ministerio una "batalla" y una "carrera" (2Ti_4:7).
         ¿Cuál es nuestro concepto de la vida? ¿Cuál es nuestra meta y nuestra mira? ¿A qué dedicamos el tiempo, la energía, los recursos, el tiempo? Pablo quiere que para todos "el vivir" sea Cristo. "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús " (Flp 2:5); "gozaos en el Señor " (Flp 3:1); "regocijaos en el Señor siempre" (Flp 4:4); nuestra "ganancia" incluye el "conocimiento de Cristo Jesús " (Flp 3:8); nuestro anhelo es "ser hallado en él " (Flp 3:9); y "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Flp 4:13).
  " y el morir es ganancia ", la muerte física fue "ganancia" para Pablo, y lo es para todos los fieles. "Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor" (2Co_5:8). "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (2Ti_1:12). Pablo tenía muchas inversiones con Cristo. Ya había estimado sus ganancias terrenales como pérdida por Cristo (Flp 3:7,8). Por lo tanto, no temía la muerte. Si se puede decir "para mí el vivir es Cristo", también se puede decir, "el morir es ganancia". La muerte es ganancia para los fieles porque en la muerte seremos libertados del pecado en otra manera.
         En esta vida fuimos libertados del dominio del pecado cuando obedecimos al evangelio (Rom_6:12-18), pero en la muerte seremos libertados aun de la presencia del pecado. "Porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos" (2Pe_2:8). En esta vida nunca sabemos cuándo seremos tentados o probados -- ni cómo, ni dónde, ni qué tan fuerte -- pero después de la muerte, ya no habrá más tentación. Los fieles serán librados de todos los enemigos, perseguidores, calumniadores y burladores; la muerte del santo le suelta de toda persecución. No habrá más sufrimiento causado por enfermedades, ni por la separación de los seres amados, ni por causa alguna.
         Dios no quiere que sus hijos teman la muerte. La muerte es un evento tan normal como el nacimiento. Dice Pablo (1Co_3:21-22) que "todo es vuestro:... sea la vida, sea la muerte". Por lo tanto, Pablo dijo que la muerte es ganancia para el cristiano. Nosotros también debemos considerarla de esta manera. En un sentido somos prisioneros que desean la libertad; somos como enfermos que desean la salud; y como peregrinos que desean llegar a la "ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Heb_11:10). La muerte es la puerta por la cual tenemos que pasar para realizar estos anhelos. 2Co_4:16-18; 2Co_5:1-4.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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