} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 19 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 19 de enero de 2018

19 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

   

2 Timoteo 4; 3-4
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;
   y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos.

El referido tiempo es un fenómeno repetido en diferentes épocas. El mundo no cambia; sino la iglesia. Siempre habrá apostasías, porque siempre habrá quienes se apartan de la sana doctrina. (Pero siempre habrá también un remanente fiel). Pablo no se refiere a la enseñanza en general, sino en particular a la doctrina que es sana.
            La sana doctrina no tiene defecto alguno; es de cabal salud. De su inspiración y utilidad Pablo acabó de hablar (2 Timoteo 3:16,17). En cambio la doctrina de los hombres contamina, enferma, y aleja de Dios. La gente quiere una doctrina que les deje cómodos en sus pecados y errores, y en su búsqueda de sus propias filosofías que son según la cultura moderna. Tal doctrina es todo menos sana.
 Pablo habla de hermanos en la fe que desean que se les hagan cosquillas en los oídos, o se los rasquen. Buscan quienes les halaguen, diciéndoles lo que quieran oír. De la demanda se origina la oferta. Siempre habrá en abundancia lo que la gente busque. (Hay predicadores “asalariados”, en el sentido de conformarse a la demanda de parte de quienes les sostienen. No tienen convicción). Los hermanos espirituales siguen celosamente las enseñanzas inspiradas por el Espíritu Santo, 1Corintios 2:15; Romanos 8:1; Gálatas_5:16, mientras que los hermanos carnales buscan la novedad. Ellos oyen solamente lo que satisface sus concupiscencias. Habiendo dejado la sana doctrina, estos cristianos profesos buscan maestros que piensen como ellos.
Hay personas que llegan a la casa de oración solamente para oír, pero no para aprender. Hacen caso del sonido, pero no de la substancia. Se deleitan en la novedad y en la aceptación de la cultura actual, y buscan la paz para su conciencia atribulada sin hallarla porque quieren continuar en sus errores y pecados.
El mundo no cambia, pero ¡la iglesia sí cambia! Los de la iglesia que hoy en día promueven la llamada “nueva hermenéutica del movimiento de la fe mundial” critican y menosprecian la sana doctrina, el patrón del Nuevo Testamento, la iglesia, y el bautismo para perdón de los pecados, mientras abogan fuertemente por “la expansión del papel de la mujer en la iglesia”, la comunión con las iglesias sectarias, y el subjetivismo. Es lo que muchos quieren oír, y buscan maestros conforme a sus concupiscencias que les enseñen de esa manera. Lo que Pablo aquí dice a Timoteo, respecto al tiempo que vendría, es un tiempo que se repite muchas veces en la historia del pueblo de Dios.
Esta gente va a tornar de la verdad “el oído”, que es el canal por el cual pasa la verdad al corazón del hombre.
No sabemos exactamente qué eran estas fábulas en particular, pero sí eran “diferente doctrina” a la apostólica (1Timoteo 1:3), y por eso eran falsas. Sabemos que los judíos a través de los siglos habían juntado una colección de interpretaciones alegóricas, cuentos de milagros, e ideas tradicionales. Los gentiles también tenían sus filosofías y cuentos imaginarios. Pero de todo lo que es de precepto y mandamiento de hombres resulta la adoración vana (Mateo 15:3-9; Colosenses_2:22-23), porque es de invención humana.
El hombre carnal prefiere la fábula en lugar de la verdad, lo “neo” en lugar de la “doctrina de Cristo”(2Juan_1:9). Hoy en día se oye del “nuevo movimiento de unidad”, de la “nueva hermenéutica”, y del cambio cultural en la iglesia. La palabra clave hoy en día entre los más liberales de la hermandad es la palabra “cambio”--cambiar, o morir, dicen.
            La mente carnal (1Juan_2:15-17) siempre deja la verdad para tornarse a lo popular y cultural. Los tales dejan de “retener la forma de las sanas palabras” , y no les queda otra cosa que la fábula. No son como Pablo que no buscaba agradar al hombre (Gálatas 1:10), sino que ellos buscan lo popular, y con razón llegan a ser miembros destacables de iglesias locales y aquellas con grandes membresía.
            Hay maestros dispuestos a rascar el oído del oyente, pero es la gente misma la que se torna de la verdad a las fábulas. Tiene problema con el corazón. Es gente que no presta atención a Proverbios_4:23.
El cristiano no ha de ser víctima de modas; el equilibrio ha de ser su norma en un mundo desequilibrado y a menudo insensato.

En los días de Timoteo había por todas partes maestros falsos pregonando conocimientos de pacotilla. Su táctica era ofrecer argumentos por los que una persona se pudiera justificar por hacer lo que quisiera. Cualquier maestro, hasta el mismo día de hoy, cuya enseñanza tienda a hacer que las personas den menos importancia al pecado es una amenaza para el Cristianismo y para la humanidad.


¡Maranata! ¡´Sí, ven Señor Jesús!

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