} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 1 ENERO 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

lunes, 1 de enero de 2018

1 ENERO 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.



   Romanos 1; 20
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

              Este versículo prueba que el hombre estuvo en el principio de la creación porque desde entonces el hombre ha podido entender las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad  Marcos_10:6. Hay quienes reclaman ser cristianos que niegan esta gran verdad, afirmando que el mundo es mucho más antiguo (por millones de años) que la humanidad.
  Al observar el mundo creado, toda persona puede encontrar abundante evidencia de la existencia y el poder de Dios.
Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza. Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No seas negligente como mi familia que rechaza de plano a Jesucristo. Cuando llegue el día en que deban ser juzgados por lo que hayan escogido, no habrá excusa. Empieza a darle hoy tu devoción y adoración a Dios por medio de Su Hijo Jesucristo.
En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios. Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta. Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.
 ¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas. Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece. En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.

  Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre. El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza (Génesis_3:17-19). Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes. En Romanos_8:19-21, Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado (Apocalipsis_22:3).

Pablo avanza aún otro paso. ¿Qué hace el pecador? En lugar de mirar hacia Dios, se mira a sí mismo. Se enreda en vanas especulaciones y se cree sabio, cuando en realidad no es más que un necio. ¿Por qué? Porque hace de sus ideas, sus opiniones y sus especulaciones, en lugar de la voluntad de Dios, el principio y la ley de la vida. La necedad del pecador consiste en hacer "al hombre dueño y señor de las cosas.» Basa sus principios en sus propias opiniones en lugar de en las leyes de Dios. Vive en un universo del que él es el centro, en lugar del universo del que el centro es Dios. En lugar de caminar con la mirada fija en Dios, no se mira nada más que a sí mismo y, por no mirar por dónde ni adónde va, cae.
El resultado es la idolatría. Se cambia la gloria de Dios por imágenes de formas humanas y animales. La raíz del pecado de la idolatría es el egoísmo. El hombre hace un ídolo, le trae ofrendas y le dirige oraciones. ¿Por qué? Para que prosperen sus planes y sus sueños. Su religión no tiene en cuenta a Dios, sino a sí mismo.
En este pasaje nos encontramos cara a cara con el hecho de que la esencia del pecado es ponernos a nosotros mismos en el lugar de Dios.


Zacarías 9; 17
Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas.
La salvación que obrará será de restauración; la tierra producirá por causa de la presencia de Dios, y el trigo y la uva abundarán. La promesa no es solo la producción de trigo y vino, sino el efecto que esto producirá en el pueblo. Cabe mencionar nuevamente que este es un lenguaje metafórico para indicar la época de prosperidad y bienestar que vendrá el día que Jehová actúe para salvación.
De este modo surgirá una nueva generación llena de juventud y vigor. Con la bendición divina, los campos redoblarán su fertilidad, y entonces la tierra sustentará a una nueva juventud, esperanza de la nación. El profeta desborda su optimismo al contemplar en espíritu a las nuevas generaciones, que crecen sin temor y en la abundancia bajo la protección de Dios. El grano y el vino abundantes indican paz y abundancia. El vino nuevo que alegra a las doncellas es peculiar a este pasaje. Refuta a aquellos que prohiben el uso del vino como alimento. Los judíos, hasta ahora reducidos en provisiones por causa de la presión del enemigo, ya tendrán abundancia para alegrarse, no meramente los viejos, sino hasta los jóvenes y las doncellas.


¡Maranata!¡Sí, ven Señor Jesús!

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