Romanos 1; 20
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Este versículo
prueba que el hombre estuvo en el principio de la creación porque desde
entonces el hombre ha podido entender las cosas invisibles de Dios, su eterno
poder y deidad Marcos_10:6.
Hay quienes reclaman ser cristianos que niegan esta gran verdad, afirmando que
el mundo es mucho más antiguo (por millones de años) que la humanidad.
Al observar el mundo creado, toda persona puede
encontrar abundante evidencia de la existencia y el poder de Dios.
Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un
enfático no. Dios ha revelado
su existencia a través de la naturaleza. Cada persona, por lo tanto, debe
aceptar o rechazar a Dios. No seas negligente como mi familia que rechaza de
plano a Jesucristo. Cuando llegue el día en que deban ser juzgados por lo que
hayan escogido, no habrá excusa. Empieza a darle hoy tu devoción y adoración a
Dios por medio de Su Hijo Jesucristo.
En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un
Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó
acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su
creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios.
Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por
no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son
siempre mejores que nuestra conducta. Si la gente suprime la verdad de Dios a
fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir
las consecuencias de pasarla por alto.
¿Qué tipo de Dios nos revela la
naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso,
un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas. Esta es su
revelación general. A través de
su revelación especial (la
Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida
eterna que Dios ofrece. En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras,
para que podamos creer en El.
Dios se
revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha
distorsionado con la caída del hombre. El pecado de Adán motivó que la
maldición divina cayera sobre la naturaleza (Génesis_3:17-19).
Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y
hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes. En Romanos_8:19-21, Pablo dice que la naturaleza misma
espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado (Apocalipsis_22:3).
Pablo avanza aún
otro paso. ¿Qué hace el pecador? En
lugar de mirar hacia Dios, se mira a sí mismo. Se enreda en vanas especulaciones
y se cree sabio, cuando en realidad no es más que un necio. ¿Por qué? Porque
hace de sus ideas, sus opiniones y sus especulaciones, en lugar de la voluntad de Dios, el principio y
la ley de la vida. La necedad del pecador consiste en hacer "al hombre
dueño y señor de las cosas.» Basa sus principios en sus propias opiniones en
lugar de en las leyes de Dios. Vive en un universo del que él es el centro, en
lugar del universo del que el centro es Dios. En lugar de caminar con la mirada
fija en Dios, no se mira nada más que a sí mismo y, por no mirar por dónde ni
adónde va, cae.
El resultado es la idolatría. Se cambia la gloria de
Dios por imágenes de formas humanas y animales. La raíz del pecado de la
idolatría es el egoísmo. El
hombre hace un ídolo, le trae ofrendas y le dirige oraciones. ¿Por qué? Para que prosperen sus planes y sus sueños. Su
religión no tiene en cuenta a Dios, sino a sí mismo.
En este pasaje nos
encontramos cara a cara con el hecho de que la esencia del pecado es ponernos a
nosotros mismos en el lugar de Dios.
Zacarías 9; 17
Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El
trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas.
La salvación que obrará será de restauración; la tierra producirá por
causa de la presencia de Dios, y el trigo y la uva abundarán. La promesa no es
solo la producción de trigo y vino, sino el efecto que esto producirá en el
pueblo. Cabe mencionar nuevamente que este es un lenguaje metafórico para
indicar la época de prosperidad y bienestar que vendrá el día que Jehová actúe
para salvación.
De este modo surgirá una nueva generación llena de
juventud y vigor. Con la bendición divina, los campos redoblarán su fertilidad,
y entonces la tierra sustentará a una nueva juventud, esperanza de la nación.
El profeta desborda su optimismo al contemplar en espíritu a las nuevas
generaciones, que crecen sin temor y en la abundancia bajo la protección de
Dios. El grano y el vino abundantes indican paz y
abundancia. El vino nuevo que alegra a las doncellas es peculiar a este pasaje.
Refuta a aquellos que prohiben el uso del vino como alimento. Los judíos, hasta
ahora reducidos en provisiones por causa de la presión del enemigo, ya tendrán
abundancia para alegrarse, no meramente los viejos, sino hasta los jóvenes y
las doncellas.
¡Maranata!¡Sí, ven Señor Jesús!
No hay comentarios:
Publicar un comentario