} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 9 de enero de 2018

9 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.


Jeremías 17; 9-10
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.



       El corazón es el ser interior, que piensa, siente y actúa; la esencia del ser humano (Proverbios_4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.), pero es a la vez engañoso y perverso. El corazón, la conciencia del hombre, en su estado corrupto y caído, es engañoso por sobre todas las cosas. Llama bueno a lo malo y malo a lo bueno; y grita paz a lo que no le corresponde. De ahí que el corazón sea perverso; está muerto; está desesperado. Indudablemente que el caso es malo si la conciencia que debiera enderezar los errores de las otras facultades, es líder del engaño. No podemos conocer nuestros propios corazones ni lo que harán en una hora de tentación. ¿Quién puede entender sus errores? Mucho menos podemos entender el corazón del prójimo o confiar en ellos. El que cree el testimonio de Dios en esta materia, y aprende a vigilar su propio corazón, encontrará que esto es un retrato correcto aunque triste, y aprenderá muchas lecciones para dirigir su conducta. Pero mucho de nuestros corazones y de los corazones ajenos permanecerá desconocido. Sin embargo, Dios ve cualquier iniquidad que esté en el corazón. Se puede defraudar al hombre, pero no se puede engañar a Dios.
Dios aclara por qué pecamos: es un asunto del corazón. Nuestros corazones han estado inclinados hacia el pecado desde el momento en que nacimos. Es fácil caer en la rutina de olvidar y abandonar a Dios. Pero aún podemos decidir si continuamos o no en pecado. Podemos ceder a una tentación específica, o podemos pedir ayuda a Dios para resistir la tentación cuando esta llegue.
 Al decir de los judíos que son engañosos de corazón, el profeta usa con mucha propiedad un término que alude a su antepasado, cuyo engañoso proceder, no su fe, imitaban; Jacob. Su “suplantación” la realizó con la mira de obtener la bendición de Jehová. Abandonan a Jehová para “confiar en el hombre”, y luego creen que engañan a Dios, como si escapase a su conocimiento que es en el hombre y no en él en quien confían. Perverso e “incurable” es el corazón  (Miqueas_1:9). Confiar en el propio corazón es tan necio como confiar en el prójimo (Proverbios_28:26).

Hay un buen camino y un mal camino para realizar cualquier tarea. Jeremías dice que el hombre que se enriquece mediante el engaño terminará insensato y pobre. Ya sea en el trabajo, en la escuela o en el juego, debemos luchar por ser honestos en nuestros tratos, viviendo con integridad ante Dios. Obtener un ascenso, pasar un examen o ganar prestigio con injusticia nunca traerá bendición de Dios ni felicidad duradera. Que Dios permita no significa que Dios está bendiciendo. De ahí la confusión de muchos que no conocen el carácter de Dios. Seamos sabios a tiempo; lo que obtengamos, obtengámoslo con honestidad; y lo que tengamos, usémoslo con caridad, para que seamos sabios por la eternidad.


Salmo 69; 32
Lo verán los oprimidos, y se gozarán.
Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón,
           
    El salmo que empezó con quejas por su pesar, el salmista lo concluye con santo gozo y alabanza. Gran consuelo para nosotros es que las alabanzas humildes y agradecidas agraden más a Dios que los sacrificios más caros y pomposos. El humilde mirará a Él y se alegrará; quienes lo buscan por medio de Cristo vivirán y serán consolados.
Dios hará grandes cosas por la iglesia del evangelio, en lo cual regocíjense todos los que desean el bien. Una simiente le servirá en la tierra, y sus siervos heredarán el reino celestial. Los que aman su nombre habitarán por siempre ante Él. El que no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas libremente? Levántate tú, Gran Restaurador de los lugares antiguos para habitar en ellos, y aparta la impiedad de tu pueblo.

Cuando David dice "vivirá vuestro corazón", significa que "se sentirán contentos y gozosos".
La mayoría de la gente quiere un gozo perdurable y hará casi cualquier cosa para obtenerlo, desde arrebatar el dinero hasta involucrarse en aventuras amorosas. La única fuente genuina para la felicidad es Dios y recibimos un gozo duradero solo cuando lo buscamos.
¿De qué forma tratas de encontrar la felicidad? Busquemos a Dios y vivamos de la manera en la que Él quiere (Mateo_6:33-34) y pronto encontraremos el verdadero gozo, y podremos decir como Job, “conocía a Dios de oídas”
¿Cuántos podríamos decir lo mismo que Job? Seguro que nadie. Al menos que Dios opine de nosotros como de ese hombre justo, Job 1; 1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
¿Tú crees que estás a la altura de Job? Y, no escuchas desde los púlpitos que conocemos a Dios. Es cierto que en este siglo que vviimos tenemos mucho conocimiento de Dios, pero también es innegable que es la época de mayor incredulidad, pues no obedecemos a Dios. Podemos conocer mucho, pero no creemos a Dios, no confiamos  en Él, pues no Le obedecemos; y para muestra la pasividad espiritual cuando no estancamiento espiritual en la que se encuentran sumidas las iglesias. ¿Cuántas están como la iglesia de Éfeso del Apocalipsis? Y sabemos cuál fue el resultado final. ¡¡Arrepiéntete!! Y mira de dónde te desviaste, de dónde saliste, de dónde caíste. Examinarse, hacer un alto, y ver dónde estamos para rendir cuentas a Dios, porque El advierte, permite pero no bendice a la iglesia de Éfeso, como tampoco a muchas que han optado por seguir los criterios humanos y no obedecer a Dios.
El salmista no puede esconder su espíritu evangelizador, pues esta victoria dará gloria a Dios porque otros la verán y serán animados. No puede dejar de invitar a sus oyentes a que busquen a Dios. La frase es un mandato, buscad, y una promesa, vivirá. El salmista no duda que Dios responderá a su propia oración y puede decir a los demás que tienen necesidades que Dios les escuchará. Cuando uno relata su experiencia con Dios, debe despertar la fe de los oyentes.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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