} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 6 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

sábado, 6 de enero de 2018

6 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.


 1 Corintios 1; 18
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.


  Pablo hace contraste entre la sabiduría de palabra humana  y la palabra de la cruz. La palabra de la cruz es el mensaje o la doctrina concerniente a lo que Dios ha hecho por el pecador en la cruz, o muerte, de Cristo. Juan_3:14-17
El contenido del evangelio no es sencillamente una filosofía entre otras, pues ninguna filosofía puede salvar eternamente al pecador. El evangelio une a todos en Cristo para salvación, pero las filosofías humanas dividen al hombre. ¡Con razón había divisiones en la iglesia en Corinto!
Un mutuo antagonismo existe entre la sabiduría de este mundo y la sabiduría de Dios, y el conflicto se manifiesta de manera suprema en la cruz de Cristo. Dios obra más sabiamente y de manera más poderosa por vías directamente opuestas a las expectativas humanas. Aun viendo a Jesús en la cruz los, judíos pedían alguna señal de su poder (Mateo_27:40-43).  Los griegos hicieron de la búsqueda de la sabiduría un fin carente de significado en sí mismo, como descubrió Pablo en Atenas (Hechos_17:21).

Para la persona que considera al evangelio por medio de la sabiduría humana, el evangelio es locura; no tiene poder alguno. ¿Cómo puede la muerte del héroe tener poder para salvar a sus seguidores? Tal persona en el mundo, perdida en sus pecados (Juan_8:24), sigue siendo persona perdida. Sigue rechazando al evangelio. Y ¿a éstos querían algunos miembros de la iglesia en Corinto impresionar e imitar, al hacer tanto caso de hombres considerados como grandes líderes? ¿Para qué enamorarse de quienes se están perdiendo, e imitarles?
Pablo hace contraste entre “los que se están perdiendo” y “los que nos estamos salvando”, y entre la locura, según la conclusión del hombre perdido, y el poder de Dios según el caso de los corintios cristianos. Estos últimos, habiendo sido lavados, santificados y justificados por el mensaje de la cruz , demostraban el poder del evangelio. Ninguna sabiduría humana había podido lograr tal cambio en el hombre, ni puede.  2 Corintios_2:14-16.
            Por esta razón Cristo envió a Pablo a predicar el evangelio; es la única Palabra con el poder necesario para salvar al hombre perdido. Y ahora, ¿qué diremos de la iglesia en Corinto? Estaba manifestando actitudes basadas, no en este evangelio, sino en la sabiduría humana que es carnalidad; conflictos de intereses, orgullo, reconocimiento, status, categorías. Si la perdición y la locura van juntas, como la salvación y el poder, ¿eran sabios los hermanos en Corinto al hacer tanto caso de ideas filosóficas hasta causar cismas en la iglesia?  Así actúan los líderes de una iglesia,  cuando vez tras vez producen división y “salen de rositas”, ¿Qué evangelio estarán predicando para que esto se produzca?

    Si para alguien la cruz es algo despreciable e inadmisible, si estorba y se opone a la idea de lo que el hombre necesita para su más alto cultivo y expansión, si esta imagen del nombre le parece demasiado primitiva y esta imagen de Dios demasiado grosera, este aire de superioridad está ya juzgado y condenado por la misma cruz, Pablo ha reflexionado con frecuencia sobre el escándalo de un salvador crucificado. Él mismo se había pronunciado durante años en contra de él, hasta que el mismo crucificado se le apareció como resucitado por el poder de Dios y le hizo ver toda la revelación y los caminos salvíficos de Dios a partir precisamente de este punto, primero el más obscuro y luego el más brillante y luminoso. Tras esta afirmación, expuesta a modo de tesis y de una manera al parecer enteramente objetiva, se esconde la más vital y personal de las experiencias. Es preciso leerla desde esta perspectiva. Y leerla con suma atención para ver lo que dice y lo que no dice.   Lo que dice es que el hecho de que se acepte o no se acepte el mensaje del Crucificado, es decisivo para la salvación o la condenación. Pablo ha visto confirmada muchas veces en sus afanes misionales aquella fundamental experiencia por él mismo vivida, y de una manera particularmente expresiva y dolorosa en los lugares próximos a Corinto.
Pablo había sido criado en el saber judío; pero la clara predicación de Jesús crucificado era más poderosa que toda la oratoria y filosofía del mundo pagano. Esta es la suma y la sustancia del evangelio. Cristo crucificado es el fundamento de todas nuestras esperanzas, la fuente de todo nuestro gozo. Nosotros vivimos por su muerte. La predicación de la salvación de los pecadores perdidos por los sufrimientos y la muerte del Hijo de Dios, si se explica y aplica fielmente, parece locura para los que van por el camino de la destrucción. El sensual, el codicioso, el ambicioso, el orgulloso, por igual, ven que el evangelio se opone a sus empresas preferidas. Pero los que reciben el evangelio, y son iluminados por el Espíritu de Dios, ven más de la sabiduría y el poder de Dios en la doctrina de Cristo crucificado, que en todas sus otras obras.
Dios dejó a una gran parte de la humanidad librada a seguir los dictados de la razón jactanciosa del hombre, y el hecho ha demostrado que la sabiduría humana es necedad, e incapaz de encontrar o retener el conocimiento de Dios como Creador. Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Por la locura de la predicación, no por lo que justamente podría llamarse predicación loca, sino que la Palabra predicada era locura para los hombres sabios según el mundo. El evangelio siempre fue, y será, necedad para todos los que van por el camino de la destrucción. El mensaje de Cristo, entregado con sencillez, ha sido siempre una piedra de toque por la cual los hombres pueden saber por qué camino viajan. Pero la despreciada doctrina de la salvación por fe en el Salvador crucificado, Dios en naturaleza humana que compra a la Iglesia con su sangre, para salvar a multitudes, a todos los que creen, de la ignorancia, el engaño y el vicio, ha sido bendecida en toda época. Los instrumentos más débiles que Dios usa, son más fuertes en sus efectos que los hombres más fuertes.  

Hechos 2; 36
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

    Con este versículo final la predicación de Pentecostés alcanza su punto culminante y también su fin interno. Este versículo con su redacción concentrada y fácil de retener en la memoria lo tenemos ante nosotros como una notificación autoritaria de la Iglesia. La declaración está preparada y se funda en la exposición precedente. Sobresalen dos ideas fundamentales de la adhesión de la Iglesia primitiva a Jesús: Jesús, el Señor, y Jesús, el Cristo, el Mesías. El mensaje va dirigido a «toda la casa de Israel». Las consideraciones y pruebas precedentes también están orientadas, como vimos, hacia la manera de pensar de los judíos.  
Hechos hace hincapié en la Resurrección como la prueba definitiva de que Jesús era el Escogido de Dios. Algunas veces se ha llamado a Hechos el Evangelio de la Resurrección. Para la Iglesia Primitiva la Resurrección era de suprema importancia. Debemos tener presente que sin la Resurrección no existiría la Iglesia Cristiana. Cuando los discípulos predicaban la centralidad de la Resurrección lo hacían movidos por su propia experiencia. La Cruz los había dejado totalmente destrozados, sin esperanza ni razón para seguir viviendo.    el derramamiento del Espíritu es una señal de que Jesús ha sido exaltado a la derecha del Padre. Pentecostés es una señal de que Jesús es el Señor.
  Una de las razones por las cuales algunas iglesias están como están es la predicación ligth se habla del perdón d pecados, reconocer el pecado, la muerte y resurrección, pero no se habla de arrepentimiento, o solo se menciona,  si acaso. Todos los domingos, el primer día de la semana, son el Día del Señor, como su nombre indica. Los cristianos celebramos el domingo en vez del sábado en recuerdo de la Resurrección del Señor; y, si no es eso lo que celebramos, ¿qué es entonces? El Domingo de Resurrección en la Iglesia Oriental, cuando se encuentran dos creyentes, se saludan diciendo uno: «¡Ha resucitado el Señor!» Y el otro contesta: "¡Es verdad que ha resucitado!» Un cristiano no debe olvidarse nunca de que vive y anda con el Señor Resucitado.
Probarles solamente que Jesús era el Mesías, podía haberlos dejado a todos sin sentir conmoción de corazón. Pero convencerlos de que aquel a quien ellos habían crucificado, había sido exaltado por la diestra de Dios, y constituido el SEÑOR a quien David en espíritu adoró, ante quien toda rodilla ha de doblarse, y el mismo CRISTO de Dios, era llevarlos a “mirar a aquel a quien traspasaron, y a hacer llanto sobre él” Cristo había derramado dones milagrosos e influencias divinas sobre sus discípulos, y ellos fueron testimonio de sus efectos. Mediante el Salvador se dan a conocer los caminos de la vida y se nos exhorta a esperar la presencia de Dios y su favor para siempre. Todo esto surge de la creencia segura que Jesús es el Señor y el Salvador ungido.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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