Efesios 5; 18-20
Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución,
sino sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y
cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor;
El embriagarse y el
libertinaje son íntimos compañeros, porque el alcohol suprime o quita la
restricción moral y calla la conciencia. Por lo tanto, los que están bajo
la influencia del alcohol, toman libertades para decir o hacer cosas que
normalmente no dicen ni hacen. Es por esto que muchos se sienten más valientes
cuando beben alcohol; la timidez se suprime. Pero no reconocen el efecto que el
alcohol tiene sobre su mente. Creen que pueden conducir un auto mejor que
nunca, y por eso en más de la mitad de los accidentes de automóviles está
involucrado el alcohol.
Pero la sociedad no
quiere hablar de "borrachos" (se dice "alcohólicos"), como
tampoco de pecadores y, desde luego, para muchos la borrachera no es pecado,
sino una enfermedad. Según la mentalidad moderna, los "alcohólicos"
son víctimas de los tiempos y de las presiones de la civilización moderna.
¿Quién debe hacer algo para corregir el problema? Pues, el gobierno, sin lugar
a dudas (porque los del mundo no creen en la responsabilidad individual, ni en
la del hogar). Pero el gobierno no puede corregir el mal, porque muchos
senadores, representantes, jueces, etc. practican este vicio.
Además, la industria de toda clase de bebidas alcohólicas paga muchos
impuestos, ayuda en las campañas políticas, y pone mucha presión sobre los
gobernantes para que no haya problemas grandes.
Hay hermanos que
enseñan que está bien tomar alcohol con moderación, y defienden la "bebida
social". Dicen que la Biblia condena solamente la borrachera. Pero
considérese bien 1Pe_4:3, que menciona
"borracheras" (oinophlugiais), y en el mismo versículo dice,
" potois " que tiene que ver con beber bebidas alcohólicas,
pero no necesariamente con exceso. La Versión New American Standard Bible
traduce la palabra "potois" como "fiestas para
beber"; esto demuestra que no se condena solamente la borrachera, sino el
beber mismo.
El punto es que Pedro condena esta práctica de beber y no solamente la
borrachera. El emplea tres palabras: potois, komois, y oinophlugiais.
Representan tres niveles: " potois " se refiere a los que
están simplemente tomando, y no necesariamente en exceso; " komois
" se refiere a los que han tomado más y están más bajo la influencia del
alcohol (pero todavía están muy vivos, hablan y cantan, y se gozan de la
ocasión); luego viene la borrachera, el estado de aquel que tropieza y se cae,
habla y canta pero puras tonterías, se duerme en un estupor, y luego se
despierta con martillazos en el cerebro.
"antes bien sed llenos del Espíritu", un contraste entre "llenos del
Espíritu" y llenos del alcohol. Y ¡qué contraste! El Espíritu Santo
ilumina la mente, mientras que el vino la oscurece y destruye. El Espíritu de
Dios nos ayuda a gobernar nuestro cuerpo con sus apetitos, pero el vino suprime
el impulso moral, y quita la fuerza y control del dominio propio. El vino
quita los frenos que la conciencia aplica a la conducta. El desenfreno causado
por el vino produce pleitos (porque quita inhibiciones y da valor), adulterios
(porque quita inhibiciones morales), y toda forma de libertinaje y disolución.
"El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por
ellos yerra no es sabio" (Pro_20:1; Pro_23:29-35).
Como el vino promueve
toda forma de destrucción, el Espíritu promueve toda forma de edificación.
Construye y fortalece los muros de defensa contra tentaciones; fortalece
nuestra voluntad, y da dirección a las emociones.
¿Quién está en verdad
lleno del Espíritu? ¿Los carismáticos que hablan tanto del Espíritu Santo? Se
requiere mucho más que el sólo pronunciar su nombre. Los que están
verdaderamente llenos del Espíritu son aquellos que están completamente bajo su
dirección a través de su Palabra. "Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Rom_8:14).
Estos llevarán el "fruto del Espíritu" (Gál_5:21-22).
La expresión “llenos
del Espíritu” no implica que alguno pueda ser medio lleno del Espíritu, porque
si no estamos “llenos del Espíritu”, estamos “llenos” de Satanás (Luc_4:28-29, ira; Hch_5:3,
engaño, 17, celos, etc.).
"hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones".
Los que están llenos de vino cantan canciones mundanas pero el que es
lleno del Espíritu alaba a Dios.
Los
"salmos" dan alabanza a Dios, exaltando su nombre, poder, atributos y
obras, como los salmos de David.
Los
"himnos" dan alabanza a Dios, con acción de gracias y súplicas,
expresando nuestra dependencia de Dios.
Los "cánticos
espirituales" dan expresión a una gran variedad de temas espirituales,
basados en las palabras reveladas por el Espíritu Santo. "Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren" (Jn 4:24); por lo tanto, los himnos
y cánticos deben estar basados en las enseñanzas y pensamientos espirituales,
para que en ellos nuestros espíritus puedan tener comunión con Dios. Los himnos
que cantamos deben estar en perfecta armonía con la palabra de Dios. Debemos
ser estrictos en lo que predicamos y enseñamos, y debemos ser estrictos en lo
que cantamos. No conviene cantar lo que no podemos enseñar en el púlpito.
"hablando entre vosotros".
El cantar es hablar un mensaje, dar una enseñanza. Es para el Señor, y
para la iglesia. El cantar no es para divertir a la gente. Es un acto de
adoración, y no es meramente para introducir el culto. Muchos hermanos llegan
tarde al culto y no participan en el primer canto (o en los primeros cantos).
Algunos entran durante esta parte del culto e interrumpen la adoración de
otros. (Los que llegan tarde deben esperar en la entrada hasta que se termine
el canto o la oración; si llegan durante el sermón, deben ocupar los asientos
de atrás, para causar menos estorbo). Pero el punto es que los cantos son
mensajes, y no puro rito o ceremonia.
"cantando y alabando al Señor en vuestros corazones".
Algunos de los que usan instrumentos musicales en el culto dicen que
la palabra " psallontes ", traducida "alabando",
significa cantar con instrumentos. Es verdad que bajo el Antiguo Testamento se
tocaban instrumentos con los cantos; y es verdad que en la versión Septuaginta
(versión griega del Antiguo Testamento), la palabra " psallo "
se usaba para indicar tanto el tocar como el cantar. (Pero recuérdese que los
israelitas usaron los instrumentos por el mandamiento de Dios, 2Cr_29:25; y que no hay tal mandamiento para la
iglesia).
Este verbo (psallo)
se halla en Rom_15:9 ("cantaré"); 1Co_14:15 ("cantaré") Stg_5:13 ("cante alabanzas"); y en Efe_5:19 ("alabando").
No hay ninguna versión que traduzca el verbo " psallo "
como "tocar" en el Nuevo Testamento. Para el siglo primero la
palabra " psallo " ya había perdido el significado de tocar y
cantar, y significó simplemente cantar.
Pablo sí nombra algún
instrumento, pero ¿cuál es? El corazón ("alabando al Señor en vuestros
corazones). El significado radical de la palabra "psallo" es tañer,
y se aplicó a todos los sonidos producidos por la vibración de las cuerdas de
cualquier instrumento. Es muy razonable que se usara, pues, con referencia a la
voz humana, que es el sonido que sale de los pulmones y de la boca del hombre,
habiendo pasado por las cuerdas vocales. "La voz humana es el más
complicado, delicado y perfecto instrumento musical conocido por al hombre. Es
la perfección de la obra del Creador como instrumento musical, y es capaz de
producir combinaciones y armonía musicales mucho más dulces y variadas que las
de cualquier instrumento de fabricación humana, aun más que aquellos inventados
por David" .
Las iglesias
evangélicas actuales son muy
inconsecuentes. Denuncian las muchas prácticas de la iglesia católica romana
que carecen de apoyo bíblico (tales como el rosario, la misa, quemar incienso,
invocar a María y los "santos", etc.), pero se quedan con los
instrumentos de música. Durante los primeros seis siglos no se usaron
instrumentos de música en la iglesia. Es otra invención católica.
"en vuestros corazones".
No es suficiente denunciar el
uso de instrumentos mecánicos en el culto. Si no empleamos el instrumento
correcto, los cantos de nosotros tampoco serán aceptables. ¡Qué fácil es cantar
sin pensar en lo que decimos! y máxime cuando cantamos los mismos himnos en
cada reunión. Se saben de memoria y se pueden cantar sin ninguna concentración
en la letra. Si cantamos sin meditar en el mensaje del himno para alabar de
corazón a Dios (como también para exhortar al hermano), nuestro servicio sigue
la rutina católica romana de rezar el "Padre Nuestro", un servicio
nada aceptable a Dios.
"dando siempre gracias por todo al Dios y Padre",
Flp_1:3; Flp_1:12-21; Col_1:3; Col_1:12; Col_2:7; Col_3:17;
Col_4:2; Flm_1:4; a través de
oraciones y cantos. Muchos cantos son expresiones de gratitud a Dios. ¡Qué
importante que los cantemos de corazón! El evangelio cambia el cantar de la
gente. Las canciones del mundo son temas de sensualidad y toda forma de carnalidad.
Pero los salmos, himnos y cánticos de los cristianos son espirituales,
expresiones de gratitud a Dios.
Damos gracias todos y
por todo. Los jóvenes deben dar gracias por su juventud. Los ancianitos deben
dar gracias al Señor por los años que les ha concedido. Todos debemos dar
gracias por el pan de cada día, y por la salud. Demos gracias por el empleo. Y
por la familia que Dios nos da. Por todas las bendiciones espirituales. Demos
gracias en tiempos de prosperidad y en tiempos de escasez (Flp_4:11-13). En tiempos de enfermedad y pobreza,
demos gracias por la salud y los recursos que nos quedan, y también por la
fuerza que Dios nos da para soportar tribulaciones, sabiendo que nos ayudan a
ser más fuertes. "Me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades,
en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte" (2Co_12:10).
Todos deben estar
contentos y agradecidos. Nunca hay excusa para tener amargura de espíritu.
Todos -- absolutamente todos -- debemos dar gracias a Dios. Sin excepción.
"en
el nombre de nuestro Señor Jesucristo".
Siempre
nos acercamos a Dios por la mediación de Cristo. "Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí... y todo lo que pidiereis
al Padre en mi nombre, lo haré" (Jn_14:6; Jn_14:13).
¡Maranata!¡Sí,
ven Señor Jesús!
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