} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 23 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 23 de enero de 2018

23 Enero 2018 Sembrando la Palabra de Dios en la Biblia.



Hebreos 13; 4
Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.

    Las exhortaciones que siguen van contra dos vicios que en el Nuevo Testamento se mencionan con frecuencia conjuntamente: codicia y lujuria. Aquí llama la atención lo razonable y moderado que se muestra el autor. No exige, por ejemplo, como reacción contra el pecado, continencia absoluta y una renuncia radical. Su ideal de pureza sexual es el matrimonio ejemplar, y en lugar de elegir la pobreza voluntaria, deben los fieles contentarse con lo que tienen: actitud que no excluye por principio el disfrute de las riquezas de la tierra con contento y satisfacción. El contento juntamente con la confianza en Dios suena como virtudes burguesas, y por cierto más de una vez se ha observado frunciendo ligeramente el entrecejo que, con estas exhortaciones, se desvía la carta, a ojos vistas, de las severas normas del sermón de la montaña.  

 En orden de alertar contra la inmoralidad sexual, Dios ha creado el sagrado vínculo matrimonial. Sin mancilla: Supone algo más que una sanción de la relación conyugal, abarca la responsabilidad de las parejas de preservar su intimidad de las prácticas perversas y envilecedoras de una sociedad lasciva.
Tenemos que guardar la pureza en el matrimonio. Lo primero, el matrimonio se debe respetar universalmente. Pero había ascetas que despreciaban el matrimonio. Algunos, hasta llegaban a castrarse para llegar a lo que ellos consideraban la pureza. Orígenes, por ejemplo, llegó a ese extremo para poder enseñar el Evangelio también a las jóvenes.   El autor de hebreos insiste, frente a esos ascetas, en que hay que honrar, y no despreciar, el matrimonio.  
 Había quienes estaban en peligro de volver a la inmoralidad. El autor de hebreos usa dos palabras. Una denota vivir en adulterio; la otra, toda clase de impureza, tal como el vicio contra naturaleza: la homosexualidad. Los cristianos trajeron al mundo un ideal nuevo de pureza. Hasta los paganos lo reconocían.   Cuando Plinio, el gobernador de Bitinia, examinaba a los cristianos e informaba al emperador Trajano, tenía que admitir, aunque estaba buscando razones para condenarlos, que en sus reuniones en el día de su Señor, "se comprometen bajo juramento, no a cometer ningún crimen, sino a no cometer robos ni hurtos ni adulterios, ni faltar a su palabra o negarse a devolver un depósito cuando se les reclama.» En los primeros tiempos, los cristianos presentaban al mundo tal ejemplo de pureza que hasta sus críticos o sus enemigos no podían por menos de admirar.
El judaísmo y el gnosticismo juntos habían pronto de arrojar descrédito sobre el matrimonio.      
  
 La palabra "fornicación" (porneia) "se usa de una relación sexual ilícita... incluyendo adulterio", pero la palabra "adulterio" (moicheia) denota el tener relación ilegítima con el esposo, o la esposa, de otro. "Fornicación" es el término comprensivo o inclusivo. No se limita a relación sexual entre solteros. El adulterio, la homosexualidad, la bestialidad, y la poligamia, son todos casos de fornicación. Todo adulterio es fornicación, pero no toda fornicación es adulterio. "Fornicación" es término general; "adulterio" es término específico.

En la vida de la iglesia, el contacto entre hermanos y hermanas es inevitable. Por lo tanto, para ser protegidos y no caer en contaminación, debemos tener el matrimonio en honor y no conducirnos de una manera liviana. Esto es un asunto que afecta seriamente nuestra primogenitura en la economía de Dios. Rubén perdió su primogenitura debido a su contaminación (Génesis_49:3-4 ; 1Crónicas_5:1), y José la recibió por causa de su pureza (1Crónicas_5:1 ; Génesis_39:7-12 . Dios juzgará a los fornicarios y a los adúlteros, y la iglesia también debe juzgarlos (1Corintios_5:1-2, 1Corintios_5:11-13). Este asunto es lo que más perjudica a los santos y a la vida de la iglesia.

 El Dios Santo no tolerará ninguna contaminación entre nosotros. El juzgará a Su pueblo.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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