Salmo 49; 1-2
Para el director
del coro. Salmo de los hijos de Coré. Oíd esto, pueblos todos; escuchad,
habitantes todos del mundo,
tanto humildes
como encumbrados, ricos y pobres juntamente.
Este salmo ofrece una esperanza a «los que nada tienen» cuando
«quienes lo tienen todo» parecen aventajarlos. La futilidad de la mundanalidad:
riquezas, jactancia y fama, resuenan en este salmo. Comparable en su forma con
el libro de Eclesiastés, este salmo es uno de los pocos escritos cuyo propósito
es enseñar, más que alabar.
Este Salmo instruye y consuela. Enseña que las
ventajas terrenales no son dignas de confianza para asegurar la felicidad permanente,
y que por más prósperos que sean los mundanos por algún tiempo, su destino
final es ruina, mientras que los piadosos están seguros en el cuidado de Dios
Rara vez nos encontramos con una presentación más solemne; no hay
verdad de mayor importancia. Todos oigamos esto y apliquémoslo a nosotros
mismos. Los pobres corren peligro por el deseo indebido de la riqueza del
mundo, y los ricos por tener su gozo en ellas. El salmista empieza aplicándolo
a sí mismo, y ese es el método correcto de tratar las cosas divinas. Antes de
presentar la necedad de la seguridad carnal, él expone, por propia experiencia,
el beneficio y el consuelo de la seguridad santa en la gracia, que disfrutan
quienes confían en Dios y no en su riqueza mundana.
En el día del juicio, la iniquidad de nuestros talones, o de nuestros
pasos, de nuestros pecados pasados nos acosará. En esos días la gente perversa,
mundana, tendrá temor, pero ¿de dónde debiera temer la muerte el hombre que
tiene a Dios con él?
Juan 8; 12
Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida.
Si algún hombre -- un mero hombre -- hablara de
esta manera, todos se darían cuenta de que estaba loco, pero repetidas veces
Jesús demostró que verdaderamente Él es la luz del mundo. "¡Jamás hombre
alguno ha hablado como este hombre!" (Juan 7:46),
y podemos agregar que jamás hombre alguno ha tenido la pureza moral, la
profunda sabiduría y la influencia duradera de Cristo.
Como el sol que El creó es la fuente de luz,
fuerza y energía del mundo físico, así también Cristo es la fuente de toda luz,
fuerza y energía espiritual. Jesús es nuestro Salvador y Mediador, nuestro
ejemplo a seguir, el perfecto Maestro para alumbrar el camino para que no
andemos en tinieblas (ignorancia, pecado). "Aquella luz verdadera, que
alumbra a todo hombre, venía a este mundo" (Juan
1:9). Alumbra a todo hombre, porque Él es "el resplandor de"
la gloria de Dios. Hebreos_1:3.
Dios es luz. Cristo es luz. Pero ¿cómo alumbra
nuestro camino? "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino" (Salmo_119:105). Con esta luz no
tomaremos el camino equivocado, evitaremos las desviaciones y obstáculos en el
camino. "La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los
sencillos" (Salmo_119:130). "Porque el
mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las
reprensiones que te instruyen" (Proverbios_6:23).
Es necesario entender la palabra de Dios, pero también es necesario que esté
"sobre tu corazón". Deuteonomio_6:6-7,
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás (Filipenses_3:1;
2Pedro_1:12) a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes"; es decir,
todo el tiempo y en todo lugar debemos enseñar a los hijos las maravillosas
obras de Dios. La palabra clave en este texto es "repetirás", porque
de otro modo los niños no aprenden bien, se distraen, olvidan y fácilmente son
llevados a caminos malos por sus amigos. El enemigo número uno de los niños es
la televisión; los padres que no reconocen este peligro pueden perder a sus
hijos. Los que no enseñan con toda diligencia a sus hijos descuidan algo más
importante que el alimento, la ropa y la salud física. Los niños y jóvenes que
no han sido enseñados diligentemente andarán
en tinieblas. Los que andan en tinieblas sufren una vida de miseria,
porque hacen malas decisiones, cometen muchos errores y, aun peor, pierden sus
almas. Por ejemplo, los que no andan en luz tienen muchos problemas
matrimoniales, se divorcian, se vuelven a casar, pelean sobre los hijos, y su
vida es una miseria continua.
También,
la iglesia fiel refleja esta luz (Mateo_5:13-16).
"En otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad
como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y
verdad" (Efesios_5:8-9; 1Tesalonicenses_5:1-8).
Los siete candeleros de oro eran las siete iglesias de Asia (Apocalipsis_1:20). "Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable" (1Pedro_2:9).
El
evangelio de Cristo y la vida fiel de los santos (Filipenses_2:15;
1Pedro_3:1-4) son los medios que Dios usa para esparcir esta luz. La
obra de la iglesia es, pues, alumbrar
el camino de los hombres por medio de vidas ejemplares y la enseñanza de la
palabra de Cristo. "Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que
se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandeza la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2Corintios_4:3-4).
"Dios
es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con
él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si
andamos en luz, como él está en
luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1Juan_1:5-7). "El que ama a su hermano, permanece
en la luz, y en él no hay
tropiezo" (1Juan_2:10).
También
la luz nos protege. Romanos_13:12, "La
noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de
la luz".
Cristo no nos da luz solamente para que
entendamos su voluntad, sino para que le sigamos. La palabra seguir se refiere a una manera de
vivir; es decir, seguirle habitualmente, como soldados que siguen a sus
capitanes o generales, como esclavos que obedecen a sus amos, etc. El cristiano tiene luz, no anda a tientas como
un ciego.
¿Quién
puede andar en tinieblas (ignorancia, decepción, pecado) sin tropezar? En la
luz hay seguridad (Salmo 119:105). Hay peligro
en las tinieblas. Sin la luz son invisibles los hoyos, los obstáculos, las
fieras, etc.
La
luz quiere decir entendimiento. Salmo 119:130,
"la exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los
sencillos". Pero no basta con aprender la verdad: "¡Ay de los que a
lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que
hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo
por dulce, y lo dulce por amargo" (Isaías_5:20).
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!
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