} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 12 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 12 de junio de 2018

12 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Santiago 5; 11
Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo, y misericordioso.

 Al decir "tenemos", Santiago incluye a sus lectores; es decir, todos nosotros que somos cristianos y estudiamos las Escrituras sabemos que el que persevera bajo la aflicción injusta es bienaventurado, porque recibirá recompensa del Señor. 
Santiago no habla meramente de sufrir, sino de ¡perseverar bajo aflicción! (en lugar de abandonar la fe, o aun quejarse a Dios por su condición). Habla de sufrir con paciencia, pues pasa a hablar en la próxima frase de la paciencia de Job.
         Uno es bienaventurado, pues, si soporta la aflicción, porque el portarse así indica cuál fin recibirá del Señor.  
En 2Ts_1:6-11 Pablo recuerda a los cristianos afligidos que recibirán descanso, mientras que los que afligen serán afligidos. Vivir con esta seguridad requiere fe; el creyente, pues, sufre aflicción y su fe es apremiada.        
 La conclusión feliz de la experiencia de Job (42:10-17) enseña que el Señor tiene propósitos al dejar sufrir injusticias por un tiempo: quiere mostrarnos gran misericordia y compasión. Dios siempre bendice ampliamente a sus fieles (Rom_8:28; Rom_8:32; Rom_8:38-39).
         Así es que la felicidad verdadera no consiste en la mundanalidad, con sus placeres, lujurias, y promesas inmediatas, sino en la perseverancia (paciencia), permitiendo que Dios finalmente nos saque de las pruebas difíciles para traernos felicidad duradera. 
         La vida es una gran serie de pruebas, y las pruebas tienen su propósito.
Siempre es un consuelo saber que otros han pasado por lo que nosotros tenemos que pasar. Santiago les recuerda a sus lectores que los profetas y los hombres de Dios no habrían podido cumplir su ministerio ni dar testimonio si no hubieran sido capaces de resistir pacientemente. Les recuerda que Jesús mismo había dicho que el que persevere hasta el fin será bienaventurado, porque será salvo (Mat_24:13).

A continuación les cita el ejemplo de Job, de quien habrían oído hablar a menudo en los discursos de la sinagogas Solemos hablar de la paciencia de Job, que es la palabra que usa aquí la Reina-Valera. Pero paciencia es una   palabra demasiado pasiva. En cierto sentido, Job era todo menos paciente. Leyendo el drama de su vida, le vemos protestando apasionadamente de lo que se le ha venido encima, cuestionando apasionadamente los argumentos convencionales de los supuestos amigos, agonizando apasionadamente con la terrible suposición de que Dios le hubiera olvidado. Pocas personas se han expresado tan apasionadamente; pero lo fundamental acerca de él es que, pese a todas las preguntas agonizantes que le rasgaban el corazón, nunca perdió la fe en Dios. «He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré» (Job_13:15). «Mas he aquí que en el Cielo está mi Testigo, y mi testimonio en lo Alto» (Job_16:19). "¡Yo sé que tengo un Redentor Que está vivo!» (Job_19:25). La suya no fue una sumisión muda y pasiva; peleó, y preguntó, y a veces hasta desafió; pero la llama de su fe nunca se extinguió.

La palabra que se le aplica aquí es esa gran palabra del Nuevo Testamento, hypomoné, que describe, no una paciencia pasiva, sino ese espíritu caballeresco que arrostra a pecho descubierto la marea de la duda y del dolor y del desastre, y surge al otro lado con una fe aún más fuerte. Puede que exista una fe que nunca se queja ni cuestiona; pero más grande es la que surge del asedio de las dudas todavía creyendo. Fue la fe que se mantuvo firme la que salió triunfante por la otra orilla; porque «el Señor bendijo el postrer estado de Job más que el primero» (Job_42:12).

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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