Salmo
71; 1
En ti,
oh SEÑOR, me refugio; jamás sea yo avergonzado.
No sabemos quién escribió este Salmo ni
cuándo, pero sabemos que era un anciano que había experimentado la comunión con
Dios y su fidelidad durante muchos años. El salmista había envejecido y veía su
vida como un testimonio de todo lo que Dios había hecho por él. Recordar las
bendiciones de Dios a través de nuestra vida nos ayudará a ver la firmeza de su
gracia en todos esos años, confiar en El para el futuro y decirle a otros los
beneficios de seguir a Dios. El salmista, probablemente en su ancianidad,
invoca el socorro de Dios en contra de sus enemigos; fundándose en favores
anteriores da a conocer su presente necesidad, y seguro de ser oído en su
súplica, promete hacimiento de gracias y alabanza.
Salmo 86; 7
El
Salmista se siente con derecho a procurarse la protección del que es el centro
de su vida espiritual. Su misma vida de piedad es una causa suficiente para
atraer su atención. Angustiado por las contradicciones, el salmista se siente profundamente
abatido, y pide que se levanten sus ánimos. Yahvé es indulgente y está
más pronto a perdonar que a castigar; por eso tiene completa confianza en que
ha de ser escuchado Los creyentes podemos sufrir angustias, pero sabemos
a quién acudir. Porque tú me respondes
nos hace recordar Filp_4:6-7.
Algunas
veces nuestros problemas o dolores son tan grandes que lo único que podemos
hacer es gritar a Dios: "Guarda mi alma". Y a menudo, cuando no
vislumbramos alivio alguno, todo lo que podemos hacer es recordar la grandeza
de Dios y aguardar que vengan días mejores. La convicción de que Dios responde
las oraciones nos debe sostener en tiempos difíciles.
Isaías 26; 3
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti
confía.
Lo
que Isaías dice es que aquel cuya imaginación creativa (su capacidad de
concebir proyectos e ideas), descansa firmemente en el Dios eterno, disfrutará
de la paz en todas sus manifestaciones.
Nunca
podremos evitar los conflictos en el mundo que nos rodea, pero con Dios conoceremos
la paz perfecta aun en medio del caos. Cuando nos entregamos a Él, nuestra
actitud es firme y estable. Apoyados por el amor inalterable y el gran poder de
Dios, la confusión que nos rodea no nos conmoverá (Filp_4:7).
¿Deseas la paz? Mantén tus pensamientos y tu confianza en Dios.
Completa paz es su don de bienestar y plenitud a una mente
no meramente constante sino firme.
Tú
¡Oh Dios! los guardarás en paz; en completa paz, paz interior, paz exterior,
paz con Dios, paz de conciencia, paz en todos los tiempos, en todas las
circunstancias. Confía en el Señor para esa paz, esa porción, que será para
siempre. Cualquiera sea la cosa en que confiemos en el mundo, durará sólo un
momento, pero los que confían en Dios no sólo hallarán fuerza en Él para llevarlos a esa bendición
que es para siempre, sino que la recibirán de Él. Entonces, reconozcámosle en todos nuestros caminos y
confiemos en Él en todas las pruebas.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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