} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 29 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 29 de junio de 2018

29 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Deuteronomio 32; 3-4
Porque quiero aclamar el nombre de Yahvéh. ¡Dad gloria a su nombre!
 de lealtad y no de iniquidad; él es justo y recto.

     Después de esta bella y ampulosa introducción, el poeta proclama el tema de su composición: celebrar el nombre de Yahvé, sus manifestaciones gloriosas en la historia de Israel. Y, llevado de su entusiasmo, invita a sus oyentes a proclamar la gloria de su Dios. Los rasgos enérgicos y las insinuaciones delicadas se entrelazan en un conjunto poético lleno de armonía y de inspiración. Yahvé es la Roca, es decir, el castillo, el refugio seguro de Israel en todas sus tribulaciones. Es inconmovible, porque está revestido de sus atributos intocables: perfección, justicia, fidelidad y rectitud. Sus obras, sobre todo las obras de Dios para con Israel, son la manifestación clara de estos atributos. Su perfección se  revela en el mundo con sus maravillas, y su justicia y rectitud aparecen en el gobierno de la humanidad, y especialmente en la historia de Israel, y su fidelidad brilla en el cumplimiento de las- antiguas promesas para con su pueblo.
 “¡Él es una Roca!”. Esta es la primera vez que se llama así a Dios en la Escritura. La expresión denota que el poder, la fidelidad y el amor divino, revelados en Cristo y el evangelio, forman un fundamento que no puede ser cambiado ni movido, sobre el cual podemos edificar nuestras esperanzas de felicidad. Bajo su protección podemos encontrar refugio de todos nuestros enemigos y en todos nuestros problemas; como las rocas de aquellos países escudaban contra los rayos abrasadores del sol, y de las tempestades o eran fortalezas contra el enemigo. —”Su obra es perfecta”: la de redención y salvación en que se despliega completa la perfección divina en todas sus partes. Todos los tratos de Dios con sus criaturas están regulados por una sabiduría que no puede errar y por su perfecta justicia. Ciertamente Él es justo y recto; Él cuida que nadie se pierda por Él.
Se presenta una gran acusación contra Israel. Aun los hijos de Dios tienen sus máculas mientras están en este estado imperfecto; pues si decimos que no tenemos pecado, ninguna mancha, nos engañamos a nosotros mismos. Pero el pecado de Israel no era habitual, notable e impenitente, lo cual es característico de los hijos de Satanás.
Fueron necios al abandonar sus misericordias a cambio de las vanidades mentirosas. Todos los pecadores voluntarios, especialmente los pecadores de Israel, son necios e ingratos.

Job 36; 5
He aquí que Dios es poderoso, pero no desprecia a nadie. Es poderoso en la fuerza del entendimiento.

Eliú muestra aquí que Dios actúa como Rey justo. Siempre está dispuesto a defender a los que son heridos. Si nuestro ojo estuviera siempre dirigido a Dios en el deber, su ojo estaría siempre sobre nosotros con misericordia y, cuando estamos más hundidos, no nos pasaría por alto. Dios quiere develarnos pecados pasados cuando nos aflige, y nos los trae a la memoria. También, dispone nuestros corazones para ser enseñados: la aflicción hace que la gente se disponga a aprender por medio de la gracia de Dios que obra con ella y por ella. Además, nos disuade de pecar en el futuro. No tener más que ver con el pecado es un mandamiento.
Si servimos fielmente a Dios, tenemos la promesa de la vida que es presente y sus consolaciones, en cuanto sea para la gloria de Dios y nuestro bien: ¿y quién los desearía más aun? Tenemos la posesión de placeres interiores, la gran paz que tienen los que aman la ley de Dios. Si la aflicción no hace su obra los hombres deben esperar que se caliente el horno hasta que sean consumidos. Quienes mueren sin conocimiento, mueren sin gracia y están deshechos por siempre. Véase la naturaleza de la hipocresía; yace en el corazón: es por el mundo y la carne mientras, exteriormente, parece ser por Dios y la fe. El caso de los pecadores es espantoso, sea que mueran jóvenes o vivan mucho para acumular ira. Las almas de los malos viven después de la muerte, pero en desgracia eterna.
¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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