Salmo 23; 4
Aunque pase por el valle
de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y
tu cayado me infunden aliento
Valle de sombra de muerte
significa profunda oscuridad. Para el creyente habrá experiencias difíciles y
oscuras; pero aun allí no debe temer sino debe confiar completamente. ¿Por qué?
Porque tú, ¡Oh Dios!, estarás conmigo.
¿Será posible mayor seguridad o mayor razón de no temer? La Biblia repite a
menudo: “No temas.”
En
la hora más obscura y de más prueba Dios está cerca. Ese Valle de sombra de muerte es un lugar
físico; es una senda rodeada de peñascos precipitosos, con densos bosques, que
bien puede inspirar el miedo al tímido y proporcionar guardia para las fieras.
Mientras que expresa cualquier peligro grande o motivo de terror, no excluye
por cierto el mayor de todos, al que se aplica comúnmente, y el que el término
sugiere, la muerte. Tu vara y tu cayado
son símbolos del oficio pastoril. Con ellos dirige las ovejas.
La muerte
proyecta una sombra aterradora sobre nuestra vida porque estamos completamente
indefensos cuando llega. Podemos luchar con muchos otros enemigos -dolor,
sufrimiento, enfermedad, daños- pero la fortaleza y el ánimo no pueden vencer a
la muerte. Esta tiene la palabra final. Solo una persona puede caminar con
nosotros a lo largo del valle sombrío de la muerte y hacernos pasar hasta el
otro lado a salvo: el Dios de la vida, nuestro Pastor. La vida es incierta, y
por eso debemos seguir a este Pastor que nos ofrece eterno solaz.
La
vara y el cayado pueden ser dos diferentes
instrumentos. El primero, con una maza se usaba en defensa; el segundo era para
sostén y para conducir (a veces con disciplina) a las ovejas. Dios sabe usar
los instrumentos necesarios para dar seguridad a sus ovejas. Aun cuando los usa
para disciplinarnos y enderezarnos es para nuestro bien; debe alentarnos.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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