Como Jesús mandó al comienzo de su
ministerio: «Arrepentíos, y creed en el evangelio» (Mr. 1:15). En los términos más simples, la conversión es igual al
arrepentimiento y la fe.
Dice
que nos «volvemos» de nuestro pecado a Dios, «recibimos» a Cristo, y
«confiamos» en él solamente como el suficiente Salvador. El Nuevo Testamento está
lleno de pecadores que abandonan su pecado, reciben a Cristo, y confían en él.
Piensa en Leví —el recaudador de impuestos— dejando su negocio para seguir a Cristo.
O la mujer del pozo. O el centurión romano. O Pedro, Santiago y Juan. O Saulo —el
perseguidor de los cristianos— que se convirtió en Pablo, el apóstol de los gentiles.
La lista es extensa. Cada uno de ellos se convierte, confía, y sigue. Esto es
la conversión.
No
se trata de recitar un credo. No es hacer una oración. Tampoco es una
conversación. No consiste en convertirse en un occidental. No es llegar a
cierta edad, asistir a una clase, o hacer algún otro rito cuando somos adultos.
No es un viaje, con todos esparcidos por el camino en diferentes etapas. Más
bien, la conversión es cambiar toda nuestra vida pasando de una justicia propia
a la justificación de Cristo, de la autonomía al gobierno de Dios, de la
adoración a ídolos a la adoración a Dios.
LA
CONVERSIÓN ES UNA OBRA DE DIOS EN NOSOTROS
Sin
embargo, observa también otra cosa que dice esta declaración acerca de nuestra
conversión. Nos volvemos a Dios porque estamos «profundamente convencidos de
nuestra culpa, peligro e impotencia, y del camino de la salvación por medio de
Cristo». ¿Cómo sucede esto? ¿Quién nos convence? «Son obradas en nuestras almas
por el Espíritu regenerador de Dios».
La
declaración cita dos partes de las Escrituras para apoyar esta idea:
«Entonces,
oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que
también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!» (Hch.11:18).
«Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios» (Ef. 2:8).
Si
entendemos nuestra conversión como algo que nosotros hemos hecho, aparte de lo
que Dios hace primero en nosotros, entonces lo estamos entendiendo mal. La
conversión ciertamente incluye una acción de nuestra parte, tal y como hemos
comentado. No obstante, la conversión es mucho más que eso. La Escritura enseña
que nuestros corazones deben ser cambiados, nuestras mentes transformadas, y
nuestros espíritus vivificados. Nosotros mismos no podemos hacer nada de esto.
El cambio que todo ser humano necesita es tan radical, tan al nivel de la raíz,
que solamente Dios puede hacerlo. Él nos creó la primera vez, así que él nos
debe hacer nuevas criaturas. Él fue el responsable de nuestro nacimiento
natural, así que él nos debe dar un nuevo nacimiento. Necesitamos que Dios nos
convierta.
FRUTO MALO Y BUENO
Cuando
una iglesia no comprende la enseñanza de la Biblia acerca de la conversión,
bien puede llenarse de personas que hicieron declaraciones sinceras en algún momento
de sus vidas, pero que no han experimentado el cambio radical que la Biblia
presenta como la conversión.
La
verdadera conversión puede o no implicar una experiencia emocional. Sin
embargo, se evidenciará en su fruto. ¿Dan las vidas evidencia de cambio (un
despojo de lo viejo y un revestimiento de lo nuevo)? ¿Están los miembros
interesados en batallar contra su propio pecado, incluso si continúan
tropezando? ¿Muestran un nuevo interés en disfrutar de la comunión con los cristianos
y tal vez tienen nuevas motivaciones para pasar tiempo con no creyentes? ¿Están
empezando a responder a pruebas y desafíos de manera diferente a como lo hacían
cuando no eran cristianos?
Un
entendimiento correcto de la conversión se hará notorio no solo en los
sermones, sino que también en los requisitos de una iglesia para el bautismo y
la Cena del Señor. Se ejercerá cuidado. Los pastores no estarán presionados por
bautizar a las personas apresuradamente y sin examen.
Se
notará en las expectativas de la iglesia para la membresía. La admisión no será
inmediata. Tal vez se ofrezca una clase de membresía. Se pedirá un testimonio, así
como una explicación del evangelio por parte del miembro potencial.
Se
mostrará en que la iglesia no estará dispuesta a tomar los pecados conocidos a
la ligera. El rendir cuentas, el dar ánimo, y la exhortación serán lo común, no
algo extraordinario. Se practicará la disciplina en la iglesia.
Una
de las marcas importantes de una iglesia sana es un entendimiento bíblico de la
conversión.
Todas
las personas necesitamos cambiar urgentemente ya que por naturaleza estamos
separados de Dios, somos rebeldes con Dios, y estamos bajo la ira de Dios.
Independientemente
del hecho de que muchas personas se opondrían a esta idea, la Biblia enseña que
todos los seres humanos están en necesidad de un cambio fundamental.
Considera
lo que Pablo dice acerca de la humanidad en Romanos capítulo 1:
18
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia
de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
19
porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
20
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de
las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
21
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias,
sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
22
Profesando ser sabios, se hicieron necios,
23
y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de
sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
25
ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron
el uso natural por el que es contra naturaleza,
27
y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
28
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada, para hacer cosas que no convienen;
29
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia,
maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
30
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios,
altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
31
necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
32
quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas
son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que
las practican. (Romanos 1:18-32).
1.
¿De quién está hablando Pablo en estos versículos?
2.
¿Cuáles son todas las cosas que la gente hace en este pasaje, según Pablo? Haz
una lista. ¿Hay algo de lo que dice Pablo que te impacte, sorprenda, o te
plantee preguntas?
3.
¿Cuál es la actitud de Dios hacia la humanidad, según este pasaje?
4.
¿Según lo que dice Pablo, qué puede conocerse acerca de Dios (vv. 19-20)? ¿Cómo
se dan a conocer estas cosas (v. 20)?
5.
¿Cómo deberíamos responder a este conocimiento (v. 21)?
6.
¿Qué han hecho las personas con la verdad de Dios? (Véase vv. 18, 21, 22, 23)
7.
¿Qué le pasó a nuestra mente y a nuestro corazón como resultado? (Véase v. 28)
8.
¿Cómo resumirías la enseñanza de este pasaje acerca de la naturaleza humana y
la actitud de Dios hacia toda la humanidad?
9.
A la luz de este pasaje, ¿cómo responderías a alguien que dijera que los seres
humanos son buenos en esencia?
10.
¿Qué evidencia ves en el mundo que demuestre que
la
enseñanza de este pasaje es cierta?
11.
¿Por qué crees que es importante para nosotros como cristianos proclamar
claramente que la gente está en necesidad de un cambio radical? ¿Qué pasaría si
nos calláramos en cuanto a esta parte del mensaje cristiano?
12.
¿Cuáles son algunas maneras en que la iglesia local en conjunto puede comunicar
claramente esta necesidad de cambio?
Como
cristianos, nos regocijamos en que esta mala noticia acerca de la humanidad no
es el final de la historia.
Sabemos
que puesto que Dios es bueno, él castigará el pecado. Esta expectativa es
terrible ya que —como hemos visto— todos los seres humanos somos rebeldes contra
Dios. Sin embargo, también sabemos que, ya que Dios es misericordioso, él envió
a Jesucristo al mundo para vivir la vida de obediencia perfecta que nosotros
deberíamos haber vivido, y para morir en la cruz como sustituto por los pecados
de todos los que confiarían en él. En la cruz, Dios derramó su ira contra el
pecado sobre Jesús; no por ningún pecado que Jesús hubiera cometido,
sino por nuestros pecados. Y después de tres días, Jesús se levantó de la
tumba, venciendo a la muerte y reivindicando su derecho a ser Señor y Salvador.
Y
ahora Dios llama a todas las personas en todas partes al cambio más fundamental
y radical posible: arrepentirnos de nuestros pecados y confiar en Cristo para
ser perdonados, aceptados por Dios, reconciliados con él, y recibir la vida eterna
para vivirla en comunión con él.
La
mala noticia es que necesitamos cambiar desesperadamente.
La
buena noticia es que a través de la muerte y resurrección de Cristo, el cambio
que necesitamos es posible. Nuestra naturaleza pecaminosa puede ser renovada a la
imagen de Dios por medio de Espíritu Santo, y podemos ser reconciliados con
Dios a través de Cristo.
En
los siguientes estudios vamos a ver más acerca de cómo Dios nos cambia por medio
del evangelio, comenzando por el hecho de que, a través de Cristo, el cambio
que necesitamos es posible.
¿ES POSIBLE CAMBIAR?
PARA
EMPEZAR
Muchas
personas hoy en día creen que la gente no puede cambiar verdaderamente. Podemos ser capaces de hacer
algunos pequeños ajustes aquí y allá, pero no podemos cambiar fundamentalmente
quienes somos.
1.
¿Cuáles son algunas de las razones por las que la gente cree esto?
2.
¿Crees que la gente realmente puede cambiar? ¿Por qué sí o por qué no?
LA
IDEA PRINCIPAL
Por
la gracia de Dios, por medio del evangelio, podemos cambiar. A través de
la fe en Cristo, por el poder del Espíritu Santo, recibimos una nueva
naturaleza que se deleita en hacer la voluntad de Dios.
PROFUNDIZANDO
En Hechos 9 leemos acerca del cambio radical
que Dios provocó en la vida de Saulo de Tarso, a quien conocemos principalmente
como el apóstol Pablo:
1 Saulo,
respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo
sacerdote,
2 y le pidió cartas para las sinagogas de
Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los
trajese presos a Jerusalén.
3 Mas
yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente
le rodeó un resplandor de luz del cielo;
4 y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?
5 Él
dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura
cosa te es dar coces contra el aguijón.
6 Él,
temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le
dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
7 Y
los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz,
mas sin ver a nadie.
8 Entonces
Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que,
llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
9 donde
estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
10
Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo
en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
11
Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en
casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora,
12
y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos
encima para que recobre la vista.
13
Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre,
cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
14
y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos
los que invocan tu nombre.
15
El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi
nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
16
porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
17
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo:
Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde
venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu
Santo.
18
Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la
vista; y levantándose, fue bautizado.
19
Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días
con los discípulos que estaban en Damasco.
20
En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo
de Dios.
21
Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba
en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos
ante los principales sacerdotes?
22
Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en
Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo. (Hch. 9:1-22)
1.
¿Qué está haciendo Saulo al comienzo de este pasaje (vv. 1-2)?
2.
¿Qué le sucedió a Saulo mientras se aproximaba a Damasco (vv. 3-9)?
3.
¿Cómo respondió Ananías inicialmente cuando el Señor Jesús le dice que vaya
poner las manos sobre Saulo? ¿Qué dice esto acerca de la reputación de Saulo
(vv. 10-14)?
4.
Describe cómo la vida de Saulo cambió inmediatamente después de su conversión (
vv. 19-22).
5.
¿Cómo cambió el entendimiento de Pablo acerca de Jesús como resultado de este
encuentro? ¿Qué creía acerca de Jesús antes y después de este encuentro decisivo?
(Véase vv. 20-22)
6.
¿Cómo es la conversión de Saulo similar a las conversiones de todos los demás
cristianos?
Obviamente
no todas las conversiones son dramáticas e instantáneas como la de Pablo.
Algunas personas vienen a Cristo gradualmente, durante un largo tiempo.
Y
algunas personas no pueden precisar el momento exacto de su conversión. Está
bien. El Espíritu Santo obra de formas maravillosamente diversas.
7.
¿En qué otros aspectos podría ser diferente la conversión de Pablo a las
conversiones de otros cristianos?
En
1 Timoteo 1, el apóstol Pablo reflexiona sobre el gran cambio que Dios obró en
su vida, el cual comenzó con el evento que acabamos de considerar:
12
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo
por fiel, poniéndome en el ministerio,
13
habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a
misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
14
Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en
Cristo Jesús.
15
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que
Cristo
Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el
primero.
16
Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí
el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para
vida eterna.
17
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea
honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (1 Tim 1:12-17)
8.
¿De qué diferentes maneras Pablo se describe a sí mismo —ya sea en la
actualidad o en el pasado— en este pasaje?
9.
¿Qué recibió Pablo de Cristo (v. 13)?
10.
¿Qué es la «Palabra fiel» que Pablo nos da? ¿De qué es digna esta palabra (v.
15)?
11.
¿Con qué propósito fue Pablo recibido a misericordia (v. 16)?
12.
¿Qué significa que Pablo es un ejemplo de los que habrían de creer en Cristo
(v. 16)? ¿Qué nos enseña esto acerca de la posibilidad de un cambio verdadero a
través del evangelio?
En
caso de que seas tentado a pensar que el cambio solo le ocurre a los apóstoles,
considera lo que Pablo dice en 1 Corintios 6:9-11:
9 ¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios,
ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones,
10
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores,
heredarán el reino de Dios.
11
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.
13.
Según lo que dice Pablo, ¿qué éramos algunos de nosotros?
14.
¿Qué dice Pablo que nos ha sucedido? ¿Cómo hemos sido cambiados?
15.
A la luz de estos tres pasajes, ¿cómo responderías a alguien que dijera que la
gente no puede cambiar de verdad?
16.
¿Cómo debería impactar esta buena noticia de que podemos cambiar de la manera
más fundamental a través del evangelio:
a)
Nuestras oraciones por nuestras propias vidas?
b)
Nuestras oraciones por los demás?
c)
Nuestra evangelización?
d)
Cómo manejamos los conflictos en la iglesia?
e)
Cómo nos relacionamos con los miembros difíciles o inmaduros de la iglesia?
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