Santiago 1; 22
Mas sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.
De nuevo nos presenta Santiago con su
maestría pictórica probada uno de sus cuadros gráficos. Lo primero de todo, nos
presenta al que va a la reunión de la iglesia, y oye la lectura y la exposición
del Evangelio, y cree que con eso ya es cristiano. Tiene los ojos cerrados al
hecho de que lo que se lee y se oye en la iglesia tiene que vivirse. Todavía se
suele identificar el ir a la iglesia y el leer la Biblia con el Cristianismo,
pero eso no es ni la mitad del camino. Lo realmente importante es trasladar a
la acción lo que hemos escuchado.
Santiago
señala que no basta con conocer la Escritura o la enseñanza piadosa. El simple
conocimiento es algo inútil. Es peor aún que algo inútil, porque quien piensa
que conocer la Biblia convierte a alguien en piadoso se engaña a sí mismo. Al
contrario, lo que le hace piadoso es el ser hacedores. ¿Cuál es la fuente de esta enseñanza para Santiago?
La perfecta ley de la libertad
es lo que debe ser obedecido, y eso es el AT interpretado por Jesús junto con
sus demás enseñanzas. Como Él también dijo, lo que produce bendición no es el
oír de palabras sino el obedecerlas (Mat. 7:24-27).
Rom_10:17,
"Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios". Por
lo tanto, es sumamente importante oír las palabras de Cristo. Muchísimas personas no las oyen. La
Biblia para ellos es libro desconocido, es un libro cerrado. La Biblia ni
siquiera se encuentra en muchos hogares, y en muchos otros es puro ornamento.
Los humanistas hacen burla de estas enseñanzas para destruir todo aspecto de la
moralidad bíblica para promover el libertinaje.
Es una gran
bendición oír la palabra de Cristo, pero no
basta con solamente oír. Muchos
están contentos con solamente oír la palabra y leerla. Existe una
actitud muy peligrosa con respecto a oír la palabra. Muchas personas leen la
Biblia, permiten que se les presente estudios bíblicos, y aun asisten a las
reuniones. Pero hasta allí llegan. Dicen que reciben una gran bendición porque
leen y oyen la palabra. Se sienten muy contentos, muy bendecidos por hacerlo.
Después de oír una lección dicen, ¡Qué bonito fue el sermón! ¡Me gustó mucho!
No dejan de aplaudir al maestro o predicador, pero creen que basta con
solamente oír.
Pero ¿cuántos de ellos ponen en práctica lo escuchado?
Es lo que Jesús buscaba y busca. El no busca personas que simplemente "se
admiren" de Él y de su doctrina. El no vino al mundo para exhibir su
talento y capacidad como el Maestro de maestros. El busca el verdadero discipulado.
Hay muchos "sabios" que no son sabios.
Job_32:9 Los de años avanzados deben ser sabios,
pero la mayoría de ellos ni siquiera obedecen al evangelio.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
No hay comentarios:
Publicar un comentario