Masacre de los
protestantes en el día de San Bartolomé.
El
22 de agosto de 1572 comenzó la sangrienta masacre de San Bartolomé. Este debía
ser un golpe fatal para destruir el movimiento protestante en Francia. El rey
de Francia astutamente había arreglado el matrimonio de su hermana con el
almirante Coligny, el máximo líder protestante. Hubo un gran banquete y mucha
celebración. Después de cuatro días de festejo, los soldados recibieron una
señal. A las 12:00 de la noche ingresaron a la fuerza, y al mismo tiempo, a las
casas de todos los protestantes. Asesinaron al almirante, lanzaron su cuerpo a
la calle por una ventana, luego lo decapitaron y su cabeza la enviaron al papa.
También le cortaron los brazos y genitales, y durante tres días arrastraron su
cuerpo por las calles, hasta que finalmente lo llevaron fuera de la ciudad y lo
colgaron de los talones. También mataron a muchos otros protestantes conocidos.
En los primeros tres días asesinaron a más de 10 mil protestantes. Sus cuerpos
los tiraban al río y la sangre corría por las calles hacia el río, hasta que
éste parecía una corriente de sangre. Su ira infernal era tal, que mataban aun
a sus seguidores si sospechaban que la creencia de ellos en el papa no era muy
firme. De París, la destrucción se extendió a todo el país. Más de ocho mil
personas fueron asesinadas entonces. Muy pocos protestantes escaparon de la
furia de sus perseguidores. En 1641, una masacre similar ocurrió en Irlanda.
Para ello, los conspiradores escogieron el 23 de octubre, la fiesta de Ignacio
de Loyola, fundador de la orden jesuita. El plan consistía en un levantamiento
general en todo el país. Todos los protestantes serían asesinados a la vez. A
fin de que estuvieran desprevenidos mientras preparaban los planes, realizaron actos
extraordinarios de bondad hacia los protestantes. Esa mañana, muy temprano, los
conspiradores salieron armados y mataron a todos los protestantes que
encontraban. No tuvieron misericordia. Mataron a todos, desde niños hasta
ancianos. Ni siquiera los inválidos se libraron. Fueron tomados por sorpresa.
Por muchos años habían vivido en un ambiente de paz y seguridad, pero en esa
ocasión no encontraron ningún lugar a donde huir. Fueron masacrados por sus
vecinos, amigos y aun por sus familiares.
En
muchos casos, lo que menos temían era la muerte. A las mujeres las ataban a
postes, las desnudaban hasta la cintura, luego les cortaban los senos con
tijeras y las dejaban sangrando hasta morir. A las que estaban embarazadas, las
ataban a las ramas de los árboles, y mientras sus esposos eran forzados a
mirar, sacaban a los bebés para dárselos a los perros como alimento. Lo que
acaba de leer está documentado y son hechos históricos reales. Se encuentra en
Book of Martyrs (Libro de los mártires) de Foxe. Deseo que se dé cuenta de que
estos dos asaltos criminales del Vaticano contra los cristianos de Francia e
Irlanda, siguieron un plan similar. Antes de cada ataque, hubo un tiempo de
reconciliación, cuando los católicos romanos actuaban amigables y cariñosos, y
en ambos casos los cristianos sintieron un alivio tal que se confiaron, bajaron
la guardia y dieron por sentado que el Vaticano había cambiado. Este fue su
error fatal y les costó la vida. Mi oración es que usted no olvide lo que acaba
de leer.
Capítulo
3 UNA INQUISICIÓN EN EL SIGLO XX
Tal
vez usted dirá: "Eso sucedió hace mucho tiempo. Hoy las cosas han
cambiado". Pero, ¿ha cambiado realmente el Vaticano? Veamos lo que hizo
durante la Segunda Guerra Mundial. Quizá usted no haya leído LOS PADRINOS, de
la serie de historietas Los Cruzados, o el libro LA HISTORIA SECRETA DE LOS
JESUITAS; por tanto, no sabe lo que sucedió entre bastidores durante la Segunda
Guerra Mundial. Permítame dar un breve resumen de lo que ocurrió.
A
fin de conquistar el mundo para el catolicismo romano, el Vaticano formó y
financió la maquinaria de guerra de Hitler y los jesuitas prepararon
secretamente la Segunda Guerra Mundial. Hitler, Mussolini y Franco serían los
defensores de la fe. Ellos fueron preparados para ganar y conquistar el mundo,
y establecer un milenio para el papa. Entre bastidores, los jesuitas
controlaban la Gestapo. Todos estos datos están totalmente documentados en LA
HISTORIA SECRETA DE LOS JESUITAS, libro publicado por Chick Publications. El 3
de mayo de 1945, el día en que murió Hitler, la prensa de Franco, el dictador
español, publicó lo siguiente: "Adolfo Hitler, hijo de la Iglesia
Católica, murió mientras defendía al cristianismo". Más adelante decía:
"Sobre sus restos mortales se yergue su victoriosa imagen moral. Con el
triunfo del mártir, Dios le da a Hitler los laureles de la victoria".
Hitler mismo declaró: "Aprendí mucho de la orden de los jesuitas. Hasta
ahora, nunca ha existido en la tierra nada más grandioso que la organización
jerárquica de la Iglesia Católica. Yo transferí a mi partido mucho de esta
organización". Walter Schellenberg, ex jefe del contraespionaje nazi,
declaró: "Himmler formó la organización de la Gestapo siguiendo los
principios de la orden jesuita. Los reglamentos y Ejercicios Espirituales, prescritos
por Ignacio de Loyola, fueron el modelo que Himmler trató de copiar
exactamente. El título de Himmler como jefe supremo de la Gestapo se usó como
equivalente del título de 'general' de los jesuitas, y toda la estructura fue
una imitación casi exacta del orden jerárquico de la Iglesia Católica".
Franz von Papen, otro nazi poderoso cuya participación fue fundamental para
establecer el concordato entre Alemania y el Vaticano, dijo: "El Tercer
Reich es la primera potencia mundial que no sólo reconoce, sino que pone en
práctica los elevados principios del papado". Y, ¿qué es un concordato? Es
un acuerdo entre el Vaticano y un gobierno. En lo que respecta al Vaticano, el
gobierno que firma el concordato llega a ser parte del gobierno de Dios, y el
Vaticano tiene el propósito de estabilizar ese gobierno, y brindarle protección
divina y protección internacional.
ADOLFO
HITLER DIJO: "Personalmente estoy convencido del gran poder y profunda
significación del cristianismo, y no permitiré que se promueva ninguna otra
religión. Por esa razón me alejé de Ludendorff y rechazo el libro de Rosenberg.
Lo escribió un protestante. No es un libro del Partido. El no lo escribió como
un hombre del Partido. Que los Protestantes discutan con él... Como católico,
nunca me siento cómodo en la iglesia evangélica o sus estructuras. Por eso
tendría gran dificultad si tratara de reglamentar los asuntos de las iglesias
protestantes. De todas maneras el pueblo evangélico o los protestantes me
rechazarán. Pero ustedes pueden estar seguros: Protegeré los derechos y la
libertad de las iglesias y no permitiré que las toquen, por tanto, no deben
temer por el futuro de la iglesia." Hitler también estuvo dispuesto a
dialogar con el obispo acerca de sus puntos de vista respecto a los judíos:
"En cuanto a los judíos, sólo estoy siguiendo la misma política que
durante 1,500 años ha adoptado la Iglesia Católica, al considerarlos peligrosos
y confinarlos a guetos, etc., porque ella sabía cómo eran ellos. No pongo la
raza por encima de la religión, pero en los representantes de esta raza veo el
peligro para la iglesia y el estado, y tal vez yo esté prestando un gran
servicio a la cristiandad”.
Los
tres grandes defensores de la fe católica romana fueron Hitler, Mussolini y
Franco. Los tres firmaron concordatos con el Vaticano. Cuando la maquinaria de
guerra nazi arrasó los Balcanes mientras se dirigía a atacar Rusia, Yugoslavia
ya había sido ocupada por los nazis.
El
papa despreció a los miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa. A estos los llamaron
serbios y en Yugoslavia los sentenciaron a la muerte. Sólo les dieron una
opción: convertirse al catolicismo, o morir. ¿Por qué los mataron? ¿Por qué el
papa tenía tal aversión contra los ortodoxos rusos? Como dijimos en LOS
PADRINOS, el Vaticano creó el partido comunista para destruir a uno de sus más
grandes enemigos, la Iglesia Ortodoxa Rusa. Sin embargo, los comunistas
traicionaron al papa y rehusaron destruir a los miembros de esa iglesia.
Finalmente, el papa Pío XII creó un plan para hacer lo que los comunistas no
habían hecho: matar a todos los miembros de la Iglesia Ortodoxa y a sus
ministros. Veamos cómo lo llevaron a cabo.
Los
sacerdotes católicos cambiaron la sotana por el uniforme de los temibles
escuadrones asesinos de la Ustashi, dirigieron los asaltos más bárbaros y
brutales contra los ortodoxos, y practicaron torturas satánicas que nunca antes
se habían visto en el siglo XX. No hablamos de 800 años atrás, sino del año
1940. Para entonces yo estaba en la secundaria. La ramera del Apocalipsis
mostró sus colmillos, destruyó por completo a sus enemigos y encubrió sus
crímenes astutamente. Todo esto está documentado en muchos libros, incluyendo
el de Avro Manhattan, CATHOLIC TERROR TODAY (El Terror Católico Hoy), de donde
tomamos las siguientes citas: "A la población no católica de la Croacia
católica (Yugoslavia) le dieron a escoger: la conversión o la muerte. Cerraron
sus templos, destruyeron los documentos parroquiales, quemaron los edificios
eclesiásticos, con frecuencia arrestaban a los feligreses ortodoxos en sus
templos y los dejaban allí, o en salones locales, mientras esperaban su suerte:
conversión a la fuerza, campos de concentración o ejecución. Su supervivencia a
menudo dependía del capricho de los comandantes de la Ustashi y de los padres
católicos (sacerdotes) que los acompañaban".
"A
la población no católica de la Croacia católica (Yugoslavia) le dieron a
escoger: la conversión o la muerte. Cerraron sus templos, destruyeron los
documentos parroquiales, quemaron los edificios eclesiásticos, con frecuencia
arrestaban a los feligreses ortodoxos en sus templos y los dejaban allí, o en
salones locales, mientras esperaban su suerte: conversión a la fuerza, campos
de concentración o ejecución. Su supervivencia a menudo dependía del capricho
de los comandantes de la Ustashi y de los padres católicos (sacerdotes) que los
acompañaban". "Además de los asesinatos masivos, realizaban la
masacre de individuos, mayormente en los distritos rurales. La Ustashi
frecuentemente usaba las armas más primitivas, tales como horcas, palas,
martillos y serruchos, para torturar a sus víctimas antes de matarlas. Les
quebraban las piernas, les arrancaban la piel y la barba, los cegaban
cortándoles los ojos con cuchillos e inclusive arrancándoles los ojos de sus cuencas".
Esta información está documentada con fotografías y el testimonio bajo
juramento de los sobrevivientes.
"No
perdonaban ni a mujeres ni a niños. Citaremos sólo un caso: 'En las aldeas
entre Vlasénica y Kladanj, las tropas nazis ocupantes descubrieron a niños que
la Ustashi había atravesado con estacas; sus pequeños miembros se veían
retorcidos por el dolor'. Los sacerdotes católicos apoyaban la matanza de
niños. "Un sacerdote católico llamado Juric dijo: 'Hoy ya no es pecado
matar a un niño de siete años, si ese niño se opone a nuestro movimiento de la
Ustashi'".
"Las
peores atrocidades, aunque parezca extraño, las ejecutaron los miembros de la
inteligencia. El caso de Peter Brzica es, sin duda, uno de los más increíbles
en esta categoría. Peter Brzica asistió al Colegio Franciscano de Siroki,
Brijeg, en Herzegovina. Fue estudiante de leyes y miembro de la organización
católica de los Cruzados. La noche del 29 de agosto de 1942, en el campo de
concentración de Jasenovac, se dio la orden de llevar a cabo ejecuciones. Se
hicieron apuestas sobre quién podría matar al mayor número de detenidos. Con un
afilado cuchillo de carnicero, Peter Brzica cortó el cuello de 1,360
prisioneros. Después de proclamarlo como el ganador de la competencia, lo
eligieron Rey de los Cortacuellos. Sus premios fueron un reloj de oro, una
vajilla de plata, un lechón asado y vino". Las atrocidades cometidas por
la Ustashi iban más allá de la tortura física. Sus víctimas también eran
torturadas emocionalmente. Un ejemplo de esa brutalidad sin precedentes está
registrado en los testimonios bajo juramento de varios testigos en relación al
siguiente incidente. En Nevesinje, la Ustashi arrestó a toda una familia
serbia, formada por el padre, la madre y cuatro hijos. La madre y los hijos
fueron separados del padre. Durante siete días no les dieron nada de comer ni
beber. Luego, a la madre y a los hijos les dieron un buen trozo de carne asada
y mucha agua. Puesto que tenían tanta hambre, se comieron toda la carne.
Después que terminaron de comer, los de la Ustashi les dijeron que habían
comido carne de su padre. Esto sucedió en el siglo XX. Es un ejemplo de la ira
incontrolable del Vaticano. En cierta ocasión leí: "Cuando Roma está en la
minoría, es tan tierna como un cordero; cuando está en igualdad de posiciones,
es tan astuta como un zorro; y cuando está en la mayoría, es tan feroz como un
tigre". Creo que esta es una descripción exacta del catolicismo romano.
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