} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 20 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

miércoles, 20 de junio de 2018

20 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



   Romanos 5; 20
Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia,

Uno de los propósitos de la ley era hacer evidente el pecado, y de esa forma manifestar mejor la necesidad de la redención. Dios no dio leyes para constituirles pecadores a los hombres. Al contrario, toda ley de Dios es para el bien y la dirección del hombre. Pero entre más leyes hay, más puntos hay en que peca el hombre. En este sentido la ley hace que el pecado “abunde. La ley de Dios hizo que el hombre viera lo abundante del pecado, y que como pecador estaba bajo el dominio del pecado que trae la muerte. El pecado vencía al pecador, le dejaba débil, y sin esperanza en sí. Aunque “abundaba” el pecado, “sobreabundó la gracia,” ofreciendo al pecador libertad del pecado y de sus consecuencias.
Como pecador, separado de Dios, usted ve la Ley desde abajo, similar a una escalera que debe subirse para llegar a Dios. Quizás ha intentado subirla en más de una oportunidad, solo para caer al piso cada vez que alcanzaba uno o dos peldaños. O a lo mejor le parecía tan abrumadora la escarpada escalera que nunca se decidió siquiera a iniciar su ascenso. En cualquier caso, ¡qué alivio debe serle ver a Jesús con los brazos abiertos ofreciéndole pasarle por encima de la escalera de la Ley y llevarlo directamente a Dios! Una vez que Jesús lo eleva hasta la presencia de Dios, usted es libre para obedecer: por amor, no por necesidad, y mediante el poder de Dios, no el suyo. Usted sabe que si se tambalea, no caerá al suelo. Los brazos amorosos de Cristo no lo dejarán caer y lo sostendrán.


Romanos 3; 21-22
porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
   Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas;
La ley aquí referida es la ley de Dios, o como revelada durante la dispensación patriarcal, o la más completamente revelada ley de Dios que tenían los judíos en las Sagradas Escrituras. Pero el gentil no había guardado esa ley, ni tampoco el judío. Por tal razón no habían encontrado la justificación por medio de ley. ¿Por qué? Porque la ley no justificaba; solamente declaraba el pecado y condenaba al transgresor de ella. (La ley “justifica” solamente al que la guarda perfectamente). Por ley viene el conocimiento de pecado, pero no el perdón del pecado. Gál_2:16.
Pablo se refiere de primera intención al Salm_143:2: «Porque ningún viviente es justificado delante de ti.» Esta afirmación del orante  la aplica el Apóstol ahora a la apurada situación de la humanidad entera antes del Evangelio. No puede afirmarse sin más que el salmista tuviese en su mente algo parecido. En el judaísmo podían coexistir perfectamente la afirmación de la culpa y la conciencia de ser el pueblo elegido, sin que por ello el reconocimiento de culpabilidad indujese necesariamente a una humillación insincera. Mas para Pablo ya no pueden darse juntamente este reconocimiento de la propia culpa y la conciencia de elección. Lo que se excluye es precisamente esta conciencia judía que se manifiesta en la insistencia de que el judío posee la ley. Y esto es lo que Pablo enuncia rápidamente en su tesis del v. 20 al citar el salmo y añadir el pequeño inciso interpretativo de «por las obras de la ley».

Es en «las obras de la ley» en las que se pone de manifiesto la impotencia de esa misma ley. La Ley exige, pero no posibilita el cumplimiento de sus exigencias. Lo cual no significa que no pueda cumplirse la ley, sino que de hecho no se cumple. Por las «obras de la ley» nadie se justifica. Semejante afirmación debía impresionar naturalmente al judío en lo más profundo, en su mismo ser. Y con ello Pablo ataca la posición especial que el judío afirmaba ocupar en la historia do la salvación. Y la ve suprimida por lo que ahora resulta perfectamente posible: la justificación por la fe.  Así las cosas, por lo que respecta a la pregunta del judío acerca de la ley sólo cabe una respuesta categórica: la ley sólo ha traído el conocimiento del pecado.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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