} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 13 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

miércoles, 13 de junio de 2018

13 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Jeremías 33; 2-3
así dice el SEÑOR que hizo la tierra, el SEÑOR que la formó para establecerla; el SEÑOR es su nombre:
   "Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces."


Dios exhorta a Jeremías como a representante de su pueblo, a que ore por aquello que Dios ha determinado concederles, a saber, la restauración. Las promesas de Dios no deben amortiguar, sino más bien avivar el espíritu de oración de su pueblo (Salm_132:13, Salm_132:17; Isa_62:6-7).
La firme promesa de Dios es que si clamamos a Él, nos revelará cosas grandes y ocultas que no conocemos.
Dios prometió a Jeremías que, si le llamaba, no sólo le contestaría, sino que le revelaría «cosas grandes y ocultas», que no podrían conocerse de otra manera.  Dios daría a Jeremías «intuición reveladora», al revelar cosas que de otra manera permanecerían aisladas o inaccesibles.
Tal «intuición reveladora» siempre ha sido esencial para el claro entendimiento de una victoriosa guerra espiritual. Uno no puede orar efectivamente sin cierta intuición en cuanto a cómo orar, y tampoco sin saber lo que Dios verdaderamente anhela que busquemos en la oración. (2Rey_6:8-17/Pro_3:5-6)
Los que esperan recibir consuelo de Dios deben invocarlo. Se dan promesas no de destruir, sino de vivificar y alentar la oración. Estas promesas nos guían al evangelio de Cristo; y en él Dios ha revelado su verdad para dirigirnos, su paz para tranquilizarnos. Todos los que son limpiados de la inmundicia del pecado por la gracia santificadora, por la misericordia perdonadora son liberados de la culpa. Cuando los pecadores reciben la justicia, y son lavados y santificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu Santo, son capacitados para andar delante de Dios en paz y pureza. Muchos son llevados a notar la diferencia real entre el pueblo de Dios y el mundo que los rodea, y a temer la ira divina.
Se promete que el pueblo que estuvo entristecido por mucho tiempo, de nuevo se llenará de gozo. Donde el Señor da justicia y paz, dará todo lo necesario para las necesidades temporales; y todo lo que tenemos serán consolaciones como santificados por la palabra y la oración.

Mateo 7; 7
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Jesús no dice "rezar", sino "pedid". Hay mucha diferencia entre el rezar y el orar. No hay virtud alguna en recitar o leer oraciones. Lo que agrada a Dios es el pedir, buscar y llamar.
El Sermón del Monte contiene enseñanzas bien difíciles para nosotros a menos que nuestro corazón esté completamente sumiso a la voluntad de Dios. Es necesario que haya cambio de corazón y de vida. ¿Cómo es posible hacer estos cambios? “Pedid... buscad... llamad". Debemos llevar todo problema a Dios en oración. Si estamos resueltos a hacer la voluntad de Dios (ver 21), si estamos resueltos a cooperar con la oración (poner nuestra parte), y si comprendemos que urgentemente necesitamos de la ayuda de Dios, Él nos oirá.
¿Qué implica la palabra "pedir"?

  Indica que el orar no es un rito o ceremonia (no es rezar), sino es "pedir", en el sentido ordinario de la palabra.
  Implica que somos dependientes de Dios, que estamos necesitados de sus bendiciones y favores. "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia" (Pro_3:5). ¿Qué pidió el fariseo de Luc_8:11-12? No pidió nada y no dio gracias, sino que solamente quería hablar de su propia "justicia".
 Implica que no confiamos en cosas materiales (Mat_6:19-34), sino en la providencia de Dios. Pedimos a Dios en lugar de confiar en lo que tengamos o en lo que podamos hacer. Los que no conocen a Dios confían en varias cosas: la educación, la preparación para algún oficio o profesión, las inversiones, los ahorros, las posesiones, la buena salud, la fuerza física, en el poder político o financiero, la popularidad con la gente, etc.
El "pedir" implica la humildad y sinceridad.
Implica comunión con Dios, porque pedimos como hijos de Dios y Él nos oye y ayuda como nuestro Padre.

¿Qué implica la palabra "buscar"?

  Implica la oración sincera e intensa. "Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego..." (Dan_9:3).
  Implica el esfuerzo personal. Mat_6:33, "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia".
  Implica que sinceramente cooperamos con nuestra oración (que ponemos nuestra parte). Cuando oramos por el reino, nos ocupamos en los asuntos del reino para que avance. Cuando oramos "hágase tu voluntad", nos esforzamos por hacerla e insistir en que otros la hagan. Cuando pedimos el pan, trabajamos para aprovechar las provisiones hechas por Dios (El "pone los medios"). Antes de pedir el perdón, perdonamos a otros. Cuando pedimos que Dios no nos meta en tentaciones, las evitamos y huimos de ellas. Cuando pedimos la sanidad, hacemos todo lo posible por aprovechar la ayuda de médicos y medicina, que son bendiciones de Dios. Cuando pedimos el crecimiento espiritual, ponemos nuestra parte, estudiando la Biblia y amando a nuestros hermanos ser miembros activosen nuestras congregaciones.

  ¿Qué implica la palabra "llamar"?

  Implica la perseverancia en la oración, Luc_11:5-8; Luc_18:1-5. Ejemplos de esto son: Abraham, Gén_19:32; Elías, Stg_5:16-18; la mujer cananea, Mat_15:27; Pablo, 2Co_12:8; y Jesús, Mat_26:44.
 La perseverancia en la oración se enseña en muchos textos: 1Ts_5:17; Col_4:2; Rom_12:12.
El desaliento nos destruye espiritualmente. El diablo no tiene que seducirnos a cometer fornicación, etc. para destruirnos, porque basta con desanimarnos. Por eso Jesús nos enseña "la necesidad de orar siempre y no desmayar" (Luc_18:1). 2Co_4:1; 2Co_4:16, "no desmayamos".

"Recibe... halla... se le abrirá".

El que cumple con los requisitos de la oración aceptable nunca quedará decepcionado cuando pide a Dios.   Deu_7:9; Jos_21:45; 1Re_8:56; Neh_1:5.
Dios contesta nuestras oraciones en varias maneras: en primer lugar, tenemos la plena seguridad de que Él nos oye si estamos en comunión con El, y que Él nos ama y quiere ayudarnos y bendecirnos. No siempre concede lo que pedimos (2Co_12:8), pero siempre nos da lo que pedimos o algo mejor que lo que pedimos (lo que es espiritualmente mejor para nosotros).

¡Maranata! Ven pronto mi Señor Jesús!

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