} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

sábado, 9 de junio de 2018

9 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Mateo 9; 6
Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

  Este hombre de la historia evangélica sabía que era pecador; porque era pecador, estaba seguro de que Dios era su enemigo; porque creía que Dios era su enemigo, estaba paralítico. Una vez que Jesús le trajo el perdón de Dios supo que Dios ya no era su enemigo, sino su amigo, y por tanto se curó.
Pero fue la manera como se efectuó la cura lo que escandalizó a los escribas. Jesús se había atrevido a perdonar pecado; eso era prerrogativa exclusiva de Dios; por tanto, Jesús había insultado a Dios. Jesús no se puso a discutir. Trató la cuestión con ellos en su propio terreno. «¿Cuál de las dos cosas es más fácil decir -les preguntó-: "Tus pecados te son perdonados," o decir: "Levántate y sal andando"?" Ahora bien; recordemos qué estos escribas no creían que nadie pudiera levantarse y echar a andar a menos que se le perdonarán sus pecados. Si Jesús podía hacer que este hombre se levantará y anduviera, entonces eso era la prueba incontestable de quo los pecados del hombre estaban perdonados, y de que el derecho de Jesús a perdonar pecados era legítimo. Así que Jesús demostró que era capaz de traer el perdón al alma de una persona y la salud a su cuerpo. Y sigue siendo eternamente verdad qué no podemos estar como es debido físicamente hasta que lo estemos espiritualmente, que la salud del cuerpo y la paz con Dios van de la mano.

1 Juan 5; 13
Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.

Con este párrafo llega a su fin la carta propiamente dicha. Lo que sigue es más bien una posdata. El final es la afirmación de que la esencia de la vida cristiana es la vida eterna.

La palabra para eterna es aiónios. Quiere decir mucho más que simplemente que no se acaba nunca. Una vida que durara para siempre, que no tuviera fin, podría considerarse una maldición y no una bendición, una carga intolerable y no un regalo maravilloso. Hay solamente Uno a Quien se puede aplicar adecuadamente aiónios, y es Dios. En el verdadero sentido de la palabra, Dios es el único que posee y habita la eternidad. La vida eterna no es otra cosa que la vida de Dios mismo. Lo que se nos promete es que aquí y ahora se nos puede conceder participar de la misma vida de Dios.

En Dios hay paz, y por tanto la vida eterna quiere decir serenidad. Quiere decir una vida liberada de los temores que asedian la situación humana. En Dios hay poder, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota de la frustración. Quiere decir una vida llena del poder de Dios, y por tanto victoriosa sobre las circunstancias. En Dios hay santidad, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota del pecado. Quiere decir una vida revestida de la pureza de Dios e impenetrable a las infecciones contaminantes del mundo. En Dios hay amor, y por tanto la vida eterna quiere decir el final del rencor, la amargura y el odio. Quiere decir una vida que tiene en el corazón el amor de Dios, y el invencible amor del hombre en todos sus sentimientos y en todas sus acciones. En Dios hay vida, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota de la muerte. Quiere decir una vida que es indestructible porque tiene en sí la indestructibilidad de Dios mismo.

Juan está convencido de que tal vida nos viene por medio de Jesucristo y no de ninguna otra manera. ¿Por qué había de ser así? Si la vida eterna es la vida de Dios, quiere decir que podemos poseer esa vida sólo cuando conocemos a Dios y somos capacitados para acceder a Él y descansar en Él. Podemos hacer estas dos cosas solamente en Jesucristo. El Hijo es el único que conoce plenamente al Padre; y por tanto es el único que puede revelarnos plenamente cómo es Dios. Como decía Juan en su evangelio: " Nadie ha visto nunca a Dios. Es el único, Que es Dios, Que está en el seno del Padre, Quien nos lo ha dicho todo acerca de Dios" (Jn_1:18). Y Jesucristo es el único Que nos puede traer a Dios. Es en Él en Quien se nos abre el camino nuevo y vivo a la presencia de Dios (Heb_10:19-23). Podemos usar una analogía sencilla. Si queremos llegar a alguien a quien no conocemos, y que se mueve en un nivel totalmente diferente del nuestro, podemos conseguirlo solamente si encontramos a alguien que le conozca y esté dispuesto á presentárnosle. Eso es lo que Jesús hace por nosotros en relación con Dios. La vida eterna es la vida de Dios, y sólo podemos encontrarla por medio de Jesucristo.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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