} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 24 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

domingo, 24 de junio de 2018

24 Junio: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



  Juan 3; 36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.

Este texto muestra claramente que el creer en Cristo equivale a obedecerle. 'El que es desobediente al Hijo'". ¿Qué significa creer en el Hijo? Para entenderlo debo preguntarme  ¿cuál es lo opuesto de creer? Ser desobediente. Obviamente, pues, creer equivale a obedecer. Jesús dice que todo el que cree en Él tiene (no dice que tendrá) vida eterna. La vida eterna se recibe cuando uno se une a la vida de Dios, la cual por naturaleza es eterna. Así que la vida eterna comienza en el momento del nacimiento espiritual.

Juan, el escritor de este Evangelio, demostró que Jesús es el verdadero Hijo de Dios. Establece ante nosotros la gran alternativa en la vida. A nosotros nos toca elegir hoy a quién obedeceremos (Jos_24:15) y Dios quiere que lo elijamos a El (Deu_30:15-20). Postergar nuestra elección es decidir no seguir a Cristo. La indecisión es una decisión fatal.

1Juan 5; 12
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida
Dios ha testificado respecto a la vida eterna que está en el Hijo. Esta vida es alcanzada solamente por los que tienen al Hijo. Los que rechazan el testimonio de Dios quedan excluidos. Este versículo hace un contraste que sirve de resumen de todo lo que ha dicho Juan sobre el creyente y el incrédulo, y sobre el nacido de Dios y el que es del maligno.
Esta frase equivale a “el que cree que Jesús es el Cristo”, con todo lo que esto implica.   Guárdese en mente que a través del contexto Juan habla, no de protestantes y de católicos que hoy en día profesen creer en Cristo, sino de los hermanos fieles y de los profesados cristianos del gnosticismo. Los gnósticos no tenían al Hijo; es decir, no confesaban fe en la deidad de Él. Si abandona la fe, pierde la promesa. (1Ti_5:12, 2Ti_2:16-18)
En Dios hay paz, y por tanto la vida eterna quiere decir serenidad. Quiere decir una vida liberada de los temores que asedian la situación humana. En Dios hay poder, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota de la frustración. Quiere decir una vida llena del poder de Dios, y por tanto victoriosa sobre las circunstancias. En Dios hay santidad, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota del pecado. Quiere decir una vida revestida de la pureza de Dios e impenetrable a las infecciones contaminantes del mundo. En Dios hay amor, y por tanto la vida eterna quiere decir el final del rencor, la amargura y el odio. Quiere decir una vida que tiene en el corazón el amor de Dios, y el invencible amor del hombre en todos sus sentimientos y en todas sus acciones. En Dios hay vida, y por tanto la vida eterna quiere decir la derrota de la muerte. Quiere decir una vida que es indestructible porque tiene en sí la indestructibilidad de Dios mismo.

Juan está convencido de que tal vida nos viene por medio de Jesucristo y no de ninguna otra manera. ¿Por qué había de ser así? Si la vida eterna es la vida de Dios, quiere decir que podemos poseer esa vida sólo cuando conocemos a Dios y somos capacitados para acceder a Él y descansar en Él. Podemos hacer estas dos cosas solamente en Jesucristo. El Hijo es el único que conoce plenamente al Padre; y por tanto es el único que puede revelarnos plenamente cómo es Dios. Como decía Juan en su evangelio: " Nadie ha visto nunca a Dios. Es el único, Que es Dios, Que está en el seno del Padre, Quien nos lo ha dicho todo acerca de Dios" (Jn_1:18). Y Jesucristo es el único Que nos puede traer a Dios. Es en Él en Quien se nos abre el camino nuevo y vivo a la presencia de Dios (Heb_10:19-23). Podemos usar una analogía sencilla. Si queremos llegar a alguien a quien no conocemos, y que se mueve en un nivel totalmente diferente del nuestro, podemos conseguirlo solamente si encontramos a alguien que le conozca y esté dispuesto a presentárnosle. Eso es lo que Jesús hace por nosotros en relación con Dios. La vida eterna es la vida de Dios, y sólo podemos encontrarla por medio de Jesucristo.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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